Octubre de 2009
Año V, Número 44


Jóvenes mexicanos pierden el miedo al contagio del sida

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/sida) no es un tema que preocupe a la juventud de nuestros días. Cada vez más, aumenta el número de jóvenes que por decisión propia abandonan el uso del condón porque no temen al contagio. A pesar de que saben cómo se contagia, cómo se previene, cómo se usa un preservativo correctamente, no les preocupa contraer la enfermedad.

De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 50% de los casos registrados recientemente se presentaron en jóvenes menores de 24 años. El Centro para la Prevención y Control de VIH (CENSIDA) reveló que cerca de 35,000 jóvenes mexicanos viven hoy en día con esta enfermedad. Asimismo, esta instancia informó que el sida representa la cuarta causa de muerte de jóvenes entre 15 y 19 años, lo cual resulta alarmante ya que representan un sector potencial para la propagación del contagio.

De acuerdo con el sector salud, los jóvenes no platican mucho sobre el tema; su vida sexual es más abierta, tienen múltiples parejas sexuales y le preocupan mas los embarazos no deseados o el virus del papiloma humano que el VIH. Pese a sus temores, muchos de ellos no se previenen durante sus relaciones sexuales.

Otro factor que agrava la situación es el hecho de que a los jóvenes no les interesan las campañas de prevención que continuamente se promueven en los medios de comunicación, en los centros de salud y en las escuelas. Cabe recordar que a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, los jóvenes se veían muy influidos por la radio y la televisión, situación que favorecía la prevención del contagio. La juventud de entonces temía a la enfermedad porque fue testigo del deterioro de diversos artistas o músicos, como el vocalista de la banda británica Queen, Freddie Mercury, quien murió de sida en 1991. Aunado a lo anterior, los jóvenes eran más precavidos porque no existían tratamientos para prolongar la vida de los enfermos de sida.

Es importante señalar que a pesar de la existencia de medicamentos gratuitos en el sector salud, el abasto de los mismos no puede garantizarse de seguir aumentando los casos. Lo anterior, porque el costo de los antivirales es de aproximadamente 50,000 pesos al año por persona. Si bien el gobierno mexicano invierte anualmente cerca de tres millones de pesos para la adquisición de estos fármacos, la demanda supera constantemente al Seguro Social, y de incrementarse la cifra de enfermos, el desabasto será aún mayor.

Otro problema que se presenta es que, al no considerar esta enfermedad como un peligro, los jóvenes dejan de realizarse los estudios pertinentes para detectarla, y si se contagian no se someten a un tratamiento, por lo que sus posibilidades de vida disminuyen notoriamente, aunado al hecho de que el número de contagios se incrementa por la misma razón.

Lo cierto es que las cifras de contagio y muerte por sida en nuestro país van en aumento. Con base en datos proporcionados por censida, en 1989, 2,840 mexicanos ya vivían con el virus. Hasta marzo de 2009 la cifra se elevó a 130,969, de los cuales poco más de 35,000 son jóvenes.

Según un estudio realizado por el IMSS en 2005, 98% de las infecciones del virus en la ciudad de México sucedió por relaciones sexuales sin protección, cifra 6.5% superior a la que se presenta en el resto del país. México hoy ocupa el lugar 16 en América Latina y el 42 a nivel mundial en número de casos de vih. Lamentablemente no existen en nuestro país políticas públicas de prevención dirigidas específicamente a la juventud; lo que hay son esfuerzos desarticulados por parte de dependencias como el Instituto Mexicano de la Juventud, el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida y de la sociedad civil, por lo que urge elaborar y promover campañas de educación sexual y reproductiva más eficaces, para enseñarles a los jóvenes a ejercer su sexualidad responsablemente.