Marzo de 2009
Año V, Número 39


México tiene que invertir más en infraestructura tecnológica y potenciar la que posee

Patricia Hernández Salazar

Hoy en día, el uso y desarrollo de las denominadas tecnologías de información y comunicación (TIC) han ganado terreno en México, logrando con ello posicionarse como una de las herramientas indispensables para realizar labores cotidianas. Para hablar de este fenómeno en México, Patricia Hernández Salazar, investigadora de tiempo completo en el Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas (CUIB) de la UNAM, conversó con Humanidades y Ciencias Sociales.

La investigadora acotó que el aporte de las nuevas tecnologías ya se percibe con mayor intensidad en nuestro país. "Poco a poco, México se ha integrado a las sociedades de la información y la comunicación. Al ser un país tan multicultural -por la diversidad de etnias que habitan en él- y con divisiones económicas muy marcadas, podríamos pensar que estos aportes son diferentes en cada estrato; pero en términos generales, la mayoría de los ciudadanos se han visto favorecidos por sus beneficios. Muchos de los usuarios de estas tecnologías en México han resuelto infinidad de problemas a través de estas herramientas. Por ejemplo, la mayoría de los trámites relacionados con el pago de servicios -tesorería, luz, bancos, etcétera- ya pueden realizarse a través de las tecnologías de información".

Uno de los grupos más favorecidos por las nuevas tecnologías son los jóvenes. De acuerdo con la especialista, "este sector ha aprovechado al máximo esos servicios, lo cual no sé qué tan conveniente o inconveniente sea. De las herramientas más empleadas por los jóvenes, las redes sociales y escolares constituyen las principales. La mayoría de ellos emplea la web para hacer amigos y tareas escolares. En este sentido, las nuevas tecnologías han fortalecido mucho la educación a nivel primaria y secundaria, sobre todo la de aquellos que tienen acceso a ellas".

"Es una herramienta que se está empleando mucho hoy en día. De hecho, la Secretaría de Educación Pública habla ya de la importancia de la tecnología en la educación, e incluso de la necesidad de establecer vínculos con el sector industrial para recibir apoyos en esta materia. Podemos considerar que uno de los sectores más favorecidos por las tecnologías de información y comunicación es el educativo, sobre todo en términos de recuperación de información y educación a distancia".

"Por lo que toca a la investigación, la nueva tecnología favorece en gran medida el acceso e intercambio de información y las relaciones entre los usuarios. A manera de ejemplo, cuando un investigador viaja o tiene que ausentarse, puede estar en contacto con sus estudiantes o demás compañeros por esta vía. Yo estuve en Londres de año sabático, y pude comunicarme con mis asesorados y doctorandos a partir del Messenger o de Hotmail. Con sólo acordar el horario, podíamos estar en contacto sin importar la distancia. Asimismo, si no encontraba o no podía tener acceso a determinada información que necesitaba por allá, me comunicaba con el bibliotecario del centro y él me mandaba cuanto yo requería al día siguiente. Otro de los rubros educativos que se ven favorecidos es el relativo a la impartición de cátedra. Ahora la experiencia de aprendizaje es más enriquecedora para los alumnos. Hay tantas herramientas que facilitan esta labor, que debería fomentarse un poco más su uso".

¿Cuáles son los desafíos y obstáculos que México enfrenta en este campo?

-El mayor obstáculo es el de la infraestructura, la cual está muy ligada a la cuestión económica. México tiene que invertir más en infraestructura tecnológica y potenciar la que posee, sobre todo en el área de las telecomunicaciones; adquirir más equipos de cómputo y distribuirlos entre aquellos sectores que puedan explotarlos, lo que favorecería muchísimo el intercambio de información y el desarrollo científico-tecnológico.

Una de las asociaciones americanas más fuertes y con mayor injerencia en la toma de decisiones sociales -American Library Association- estableció, en 1999, seis estrategias para sumarse a la sociedad de la información. La quinta de éstas acotaba que los profesores deben formarse con un pensamiento crítico, que promueva el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y el acceso a la información.

En México, me parece que lo más importante es la reeducación de los actuales docentes, desde los que instruyen en preescolar hasta los que lo hacen en posgrado. No podemos dejar de lado ningún nivel. Equívocamente se tiene la idea de que entre mayor sea el grado educativo que tenga una persona, mayor será su conocimiento en esta materia; pero no necesariamente ocurre así. Muchos doctores en historia y filosofía, por ejemplo, no son tan propensos a usar estas herramientas, como lo son los alumnos de primaria y secundaria.

¿A qué se refiere el concepto "usuarios de la información"?

-Aunque no es un término común, ya comienza a emplearse entre diversos especialistas. Incluso la UNAM imparte, en la carrera de bibliotecología, una materia con ese nombre. Podemos decir que "usuario de la información" se refiere a todo sujeto que tiene alguna brecha de conocimiento y desea cubrirla mediante la información.

¿Qué características poseen, cuál es su perfil, sus necesidades e intereses?

-Éste es uno de los subcampos que tenemos en bibliotecología, justamente: la posibilidad de identificar las características de los usuarios. Aquí hablamos de un área o subcampo que se llama estudio de usuarios, cuyo objetivo es determinar la posición del usuario con respecto al flujo de información, desde su creación hasta que la incorpora a su acervo cognoscitivo. Esto se logra utilizando una serie de métodos y técnicas multidisciplinarias. Ya que no podemos hablar de un solo usuario de la información, en realidad, a la manera de la antropología o la sociología, tenemos que hacer estudios de sujetos para identificar si tienen características homogéneas que los distingan de otros.

Hablamos de comunidades, de contextos -histórico, geográfico, regional, etcétera-, que propician que algunos sujetos posean tal o cual rasgo. Por ejemplo, hay comunidades como los homosexuales, los emos o los punks, que no están circunscritas o descritas en la literatura bibliotecológica. Por ello, a cada uno de los perfiles tiene que incluírsele una serie de características, como la edad, el sexo, el estrato socioeconómico, indumentaria, intereses principales, entre otras.

Básicamente, en nuestra disciplina tratamos de establecer conjuntos de características que determinan sus necesidades de información, los recursos que utilizan, su comportamiento al realizar una búsqueda, los métodos que emplean para llegar a ese recurso, si les satisface o no, y la opinión que les merecen los servicios a los que ingresan y las herramientas a las que recurren.

¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en los quehaceres de sus usuarios y en las relaciones que éstos sostienen?

-Depende mucho de quiénes las emplean, pero, en general, casi toda la población está viendo modificadas sus labores y relaciones por el uso de las nuevas tecnologías. Cada vez son más las personas que poseen un celular, que acuden a cafés internet o que utilizan estas herramientas para sus actividades cotidianas. Aunque todavía existe una polarización del recurso, sí se percibe una mayor aplicación entre los estratos más bajos de la sociedad. El requerimiento absoluto de recibir el dinero, sea en efectivo o cheque, únicamente a través de una tarjeta de banco, es uno de tantos ejemplos.

En materia educativa y científica, ¿cuáles son los aportes y los riesgos de las nuevas tecnologías?

-En el ámbito mundial, las tecnologías de información han sido básicas para la evolución de las sociedades. Por ello, se ha desarrollado una sociedad de la información que favorece la infraestructura tecnológica y la explotación de la misma. Asimismo, las políticas educativas y económicas se han ido reformando en aras de lograr una mayor competitividad y mayor intercambio científico y tecnológico.

En México, y en el resto de América Latina, éste es un fenómeno reciente. En Europa los aportes son más grandes. De hecho, países como el Reino Unido y Alemania basan su producción de conocimiento industrial y científico en las nuevas tecnologías; pero en países en desarrollo, como el nuestro, todavía existe un rezago importante que deviene, más que en beneficios, en riesgos.

En lo científico también hay grandes avances a partir de las tecnologías; pero, insisto, siguen muy polarizados. En la Universidad, por ejemplo, contamos con una macrocomputadora que nos permite lograr avances científicos. Sin embargo, el desafío está en que estos avances tengan una aplicación inmediata que se vea reflejada en toda la sociedad.

Por todo lo anterior, el mayor desafío consiste en dotar de nuevas tecnologías a todos los ciudadanos y en lograr que la educación a partir de ellas realmente sea palpable. Con dotar no me refiero únicamente a distribuir computadoras, porque se tienen los recursos para ello; se requiere capacitar adecuadamente a todos los profesores, para que las empleen correctamente y muestren cómo hacerlo a sus estudiantes.

En cuanto al campo científico, cada vez son más las computadoras que desarrollan cálculos y operaciones en segundos, lo que a un ser humano podría costarle días, meses, e incluso años. Se han dado grandes logros en biotecnología, ingeniería, robótica y salud, por mencionar algunas áreas, lo que constituye un motivo de gran valor para potenciar el uso de estas herramientas.

Patricia Hernández Salazar es doctora en ciencias de la información por la Universidad Complutense de Madrid, y catedrática en la UNAM y en la Universidad Autónoma del Estado de México. Es especialista en la fundamentación teórica del fenómeno usuarios y en la formación de usuarios.

Además, Hernández Salazar es autora de diversas obras y artículos especializados. Sus publicaciones más recientes son: Modelo para generar programas sobre la formación en el uso de tecnologías de información, "Análisis metodológico para abordar el fenómeno usuarios de la información en América Latina" y "La formación de usuarios como línea de investigación en un Centro Universitario de Investigaciones".