Diciembre de 2008 - Enero de 2009
Año V, Número 37


La necesidad de ver al mundo para entenderlo y ser entendido, es esencial para el escritor

Carlos Fuentes

Ochenta años atrás, el 11 de noviembre de 1928, nació Carlos Fuentes, uno de los escritores mexicanos más célebres y fecundos del siglo XX. Hoy, México e Hispanoamérica celebran su nacimiento y los cincuenta años de su novela La región más transparente. La Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) y la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), llevó a cabo el primero de los múltiples eventos que se realizaron, en diversas instituciones académicas, culturales y gubernamentales, para conmemorar al destacado narrador.

Durante la inauguración del Congreso Internacional La región más transparente: 50 años después. Homenaje a Carlos Fuentes -efectuado del 10 al 14 de noviembre-, Mercedes de la Garza, directora del IIFL, expresó que Fuentes "es el escritor mexicano vivo de mayor valía, uno de los más grandes que ha habido en nuestra historia y decisivo en el surgimiento del llamado boom latinoamericano. Así, en círculos concéntricos trasciende a la literatura mundial, pero a la vez su cultura universal, su peregrinaje por el mundo le permiten ver desde fuera, en perspectiva -mirada esencial para comprender-, lo nacional, los avatares de la historia, la multifacética y surrealista ciudad de México, la psicología de los distintos componentes del tejido social en la gran obra que ahora celebramos".

Por su parte, el director de la FFyL, Ambrosio Velasco, señaló que Fuentes, además de ser uno de los más grandes escritores que ha tenido nuestra nación a lo largo de su historia, "es uno de sus más destacados y comprometidos humanistas, precisamente por poner en caracteres mayores, en el entramado de la narrativa, esta tensión esencial de historia humana y de la historia mexicana". Asimismo, Georgina García-Gutiérrez, coordinadora del congreso, afirmó en su momento que "La región más transparente es una obra total, que toma en cuenta a todos los habitantes de la ciudad de México, en todos los tiempos, entre ellos a nosotros, a quienes la leemos en el siglo XXI en este aquí, para celebrar sus primeros cincuenta años".

"La novela de la ciudad y la ciudad de la novela -continuó García-Gutiérrez- es la generosa contribución de Carlos Fuentes. El autor de la obra homenajeada agasaja a sus lectores en este doble cumpleaños, el suyo y el de la novela".

Por otra parte, Sealtiel Alatriste, coordinador de Difusión Cultural, habló acerca de los aportes de la obra de Carlos Fuentes: "pocos escritores han concebido tan claramente su vocación literaria como Carlos Fuentes. Leyéndolo, uno se percata de que no podía haber elegido otra profesión; él mismo lo ha dicho muchas veces, y lo cito: 'Todas las mañanas me despierto contento porque sé que voy a volver a escribir. Escribir no es lo único que sé hacer sino lo único que me gusta'".

Estela Morales Campos, Coordinadora de Humanidades, reflexionó sobre las distintas facetas del autor. "Como observador de su entorno, Carlos Fuentes también ha sido analista de los cambios y problemas de una metrópoli que se volvió su ciudad. Además, ha tenido una singular y distinguida participación en la prensa, en diarios y revistas tanto de nuestro país como de otras naciones del mundo".

"La pluralidad que caracteriza a nuestra Universidad -prosiguió Morales Campos- constituye un marco adecuado para un hombre de nuestro tiempo que ha dedicado su atención a la interpretación de la sociedad mexicana y al acontecer internacional a través de la novela, el ensayo y sobre todo de su magistral manejo de la lengua, que nos invita y nos lleva a todos a la reflexión y al análisis. El congreso 'La región más transparente: 50 años después', permite abordar a Carlos Fuentes como escritor, lector, polígrafo".

Al evento asistieron, además, Enrique Márquez, representante del Gobierno de la Ciudad de México; Jorge Volpi, coordinador general del homenaje nacional "Carlos Fuentes, 80 años"; Claudia Lucotti, jefa de la División de Estudios Profesionales de la Facultad de Filosofía y Letras, y Héctor Perea, coordinador del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas.

Organizado en veintidós mesas de análisis, el coloquio ofreció más de ochenta ponencias de escritores, conferencistas y narradores -además de ocho conferencias magistrales-, y contó con la participación de estudiantes, catedráticos, intelectuales y público en general. Marta Portal, Florence Olivier, Alberto Vital, Maarten van Delden, Federico Álvarez, Julio Ortega, Rafael Olea, Juan Ramón de la Fuente, José de la Colina, Friedhelm Schmidt-Welle, Steven Boldy, entre otros, participaron en el encuentro.

Con la ponencia "Carlos Fuentes y la constelación de la lectura", Julio Ortega, catedrático de la Brown University-Providence, explicó que "pocos escritores latinoamericanos han logrado como Carlos Fuentes hacer de la pluralidad el carácter mismo de su identidad. Entre los escritores de hoy nos es el más contemporáneo en la medida que pocos son más independientes y menos predeterminados. Gracias a esa libertad crítica, a su vocación trashumante y su trabajo empático, ha contribuido a diversificar la escena pública del escritor latinoamericano, liberándola de sus diversos énfasis ideológicos y sanciones autoritarias".

"Desde el primer día de La región más transparente, la obra de Carlos Fuentes no ha sido cómoda para los hábitos de lectura en México. Es una obra cuyo nacimiento ha estado signado por la polémica, así como por la diatriba y el elogio extremos. Se puede adelantar que ese desasosiego de la lectura, esa inquietud a veces profunda con tales novelas, resultan, a la hora de los balances, sintomáticos y hasta elocuentes. La primera reseña de este libro auguró que en unos años dejaría de ser leído. Han pasado cinco décadas y seguimos leyéndolo, todavía perturbados por la inestabilidad que introduce en el sistema de escribir y leer".

En el marco de su conferencia, titulada "Diablo, duende, nonato: la malicia narrativa en La región más transparente y en Cristóbal nonato", Florence Olivier, catedrática de la Universidad de París, sostuvo que Carlos Fuentes es un experto en retórica: "cada una de las novelas urbanas y ciudadanas de Carlos Fuentes se presenta como un aleph quebrado de la ciudad, para el cual la situación mudable, la identidad varia de la voz fuente y recipiente o del foco de la visión difractada, son imperativo categórico".

En su momento, Marta Portal, catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, dictó la conferencia "La región más transparente: 40 años antes", en la que explicó que "la función estructural de Ixca en la trama de la novela está muy clara y bien definida. Es el interlocutor ideal que consigue que los personajes digan lo que hacen, lo que sienten y lo que ha marcado sus vidas íntimas y nunca se han atrevido a confesar".

En cuanto al personaje de Manuel Zamacona, la especialista apuntó que se trata de "un escritor distinguido de la ciudad de México y se pasea entre las tertulias y los personajes de la alta sociedad. Yo no dudo que lo que escribe en el texto de la novela es el discurso del propio Fuentes, o sea, que Zamacona es la voz y, en muchos aspectos, es el pensamiento del propio autor".

"Su propuesta es que México y los mexicanos no encontrarán su origen mirando hacia atrás, sino mirando hacia delante, creando con la experiencia esa originalidad que constituye el ser mexicano".

En la ceremonia de clausura, el ex rector de la Universidad, Juan Ramón de la Fuente, dictó la ponencia "México en Fuentes, Fuentes en México", en la cual enfatizó que la gran pasión del novelista ha sido México. "Su historia analizada, su territorio recorrido, su dinámica social rigurosamente descrita, su voluntad interpretada, su alma explorada, sus contradicciones, sus aciertos, su ambivalencia, sus habitantes, sus dioses, su vitalidad encarnada en él mismo a sus ochenta años".

De acuerdo con De la Fuente, "Alfonso Reyes le contagió su insaciable curiosidad intelectual y le inculcó para siempre la convicción universal de la cultura hispanoamericana. Gracias a esas influencias, Fuentes enfocó simultáneamente sus preocupaciones sociales, intelectuales, estéticas y culturales a la realidad mexicana, pero también a la del mundo entero".

A su vez, José Narro Robles, rector de la UNAM, destacó la trascendencia de la obra del escritor: "La importancia de la obra de Carlos Fuentes en la cultura nacional y la literatura internacional es absolutamente extraordinaria. ¿Serían iguales las letras y las artes, el cine y el teatro, el ensayo y el relato o el propio análisis socio-político sin las aportaciones de Carlos Fuentes? No, no serían los mismos: habría una profunda orfandad estética e intelectual, analítica y descriptiva, emotiva y reflexiva. Ya que con la obra de Carlos Fuentes se aprende y disfruta, se sueña y se emociona, se aprecia el pasado, se entiende el hoy y se vislumbra el porvenir. En él se conjugan el intelectual y el artista, el hombre culto y el científico de la condición humana".

Por último, con la conferencia magistral "La novela de la ciudad y la ciudad en la novela", Carlos Fuentes agradeció a la Universidad el homenaje y recordó las influencias académicas, literarias y personales que lo llevaron a escribir La región más transparente. "Este acto me da oportunidad de remontarme a las fuentes de Fuentes, es decir, a la formación personal, literaria, que me llevó a empezar a los veinticinco años de edad la novela que hoy recordamos".
"He de remontarme a los antepasados más remotos. Me centraré en tres temas: maestros, amigos, lecturas sin las cuales no hubiese escrito. Mis recuerdos son tan importantes como mi trabajo".

Tras rememorar cómo aprendió literatura, "en las rodillas de Alfonso Reyes" o a través de las enseñanzas de algunos de sus maestros y amigos, Fuentes externó que fue en Santiago de Chile donde escribió su primera novela, en la gaceta del Instituto Chileno. "Se llamaba Estampas mexicanas, muy patriotera, pero eso sí, llena de las mejores intenciones".

Asimismo, compartió con su auditorio uno de los momentos que lo ayudaron a definirse como escritor. "Una noche de verano conocí a Thomas Mann en un café. Era un hombre alto, elegante y sabía manejar a la perfección los cubiertos con los que comía. En ese instante, se me reveló un deseo, y dije: 'Si no puedo ser él, ni escribir como él, al menos quiero hacer lo que él', y al regresar a México con esa idea sentí claramente que esta ciudad me dijo al oído: 'Carlos, aquí te tocó, qué le vas a hacer, en la región más transparente'. Y el novelista nació".