Noviembre de 2008
Año IV, Número 36


La obra gráfica de Luis Márquez Romay

Fotógrafo, actor, cineasta, coleccionista de indumentaria folclórica y viajero incansable, Luis Márquez Romay legó una obra gráfica de subido valor estético. Nacido en la ciudad de México en 1899, Márquez Romay se formó como fotógrafo en el Estudio Feilú, de La Habana, Cuba, donde su familia se había refugiado de la inestabilidad política del México revolucionario.

Entrada la década de los veinte regresó a México para colaborar en el Taller de Fotografía y Cinematografía de la Secretaría de Educación Pública. Su labor consistió en documentar los ritos y tradiciones de las diferentes etnias y pueblos del país. Inició entonces su apasionada actividad fotográfica, que lo llevó a registrar la danza, el paisaje, las artesanías, los rostros; toda la vitalidad de aquellas primeras décadas del siglo xx mexicano.

La ciudad de México no escapó a su mirada. Dúctil, transitable, gozosa, la ciudad en los ojos de Márquez Romay evoca una soledad mágica. En sus imágenes las personas son meros accidentes de escena y casi se asimilan a la arquitectura. El ojo las pierde o no las cree verdaderas. Así, la fotografía se vuelve festejo de la arquitectura, pedestal de una urbe ya perdida en el pasado. Una ciudad que sólo es posible habitar por el recuerdo de nuestros mayores, uno de ellos Romay.

Luis Márquez Romay murió el 11 de diciembre de 1978 en la ciudad de México. Su extensa obra fotográfica, integrada por más de once mil negativos, es resguardada por el Archivo Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

De la exposición "Una ciudad imaginaria", que se exhibe en la Casa Universitaria del Libro hasta el 5 de diciembre de 2008.