Noviembre de 2008
Año IV, Número 36


La crisis financiera actual, fin del sistema post Bretton Woods

Alicia Girón

A principios de 2007 se presentaron los primeros síntomas visibles de lo que meses después se desarrollaría como la más aguda crisis económica mundial: gran parte de las entidades financieras de Estados Unidos se declararon en suspensión de pagos. El motivo: la quiebra de fondos de inversión por los créditos hipotecarios debido a que millones de estadounidenses dejaron de pagar sus deudas. Acto seguido, las bolsas de valores en Norteamérica, Europa y Asia se desplomaron, poder recuperarse por completo hasta la fecha. Hoy, el fantasma de la recesión amenaza a las principales economías del planeta.

En México la situación no es halagüeña, y a pesar de que hay opiniones que sorprenden por optimistas, lo cierto es que la desaceleración económica estadounidense ya se palpa en todos los ámbitos de la economía. Sólo por poner unos ejemplos, los ingresos al país por remesas cayeron 4.2%, las exportaciones de manufacturas disminuyeron en 3.8% y la venta de autos en 13%. A finales de agosto, la mezcla de petróleo mexicano se cotizó en 109.47 dólares por barril; la primera quincena de noviembre, su cotización fue de 42.58 dólares, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas. Pero hay algo más preocupante: de acuerdo con el INEGI, la tasa de desempleo se encuentra en 4.15%, la más alta desde 2005, lo cual significa que dos millones de mexicanos han perdido su empleo.

Para Alicia Girón, especialista en economía fiscal y financiera del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, se está observando el fin de una etapa en la economía mundial: "Se trata del fin del sistema post Bretton Woods, periodo que inició el 15 de agosto de 1971, cuando el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, devaluó el dólar frente al oro. A partir de ese momento comenzó un proceso de desregulación y liberación financiera que terminó con la aprobación de un paquete de rescate que recientemente presentó la Reserva Federal al Congreso de los Estados Unidos. El paquete se aprobó el 1° de octubre de 2008".

"En 1944, al finalizar la Segunda Guerra Mundial -añadió la economista- se hizo un consenso entre los países victoriosos para establecer un sistema financiero internacional que le diera liquidez al sistema capitalista y de esa manera favorecer a los grandes corporativos trasnacionales norteamericanos. Esto hizo que se estableciera un tipo de cambio sólido y estable fundado en el dominio del dólar, ligando esta moneda a una determinada cantidad de oro. Al mantenerse fijo el precio del dólar, los demás países fijaron el precio de sus monedas con relación a aquélla. De esta manera se estableció el Nuevo Orden Económico Mundial. En esto consistió el sistema Bretton Woods, llamado así porque los acuerdos arriba mencionados fueron resultado de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero del mismo nombre en New Hampshire".

¿Qué ha hecho fracasar el sistema Bretton Woods?

-Fundamentalmente, la expansión de las empresas trasnacionales. Pero también la política fiscal expansiva provocada por la guerra de Vietnam, la cual propició que las reservas de oro de los Estados Unidos disminuyeran considerablemente. El déficit financiero en que se vieron los norteamericanos lo intentaron resolver imprimiendo más dinero. A su vez, la abundancia de dólares hizo que la moneda dejara de estar realmente respaldada por las reservas de oro del gobierno estadounidense. Las especulaciones no se hicieron esperar y hubo una gran fuga de capitales en territorio norteamericano. Los bancos centrales de Europa se empeñaron en convertir sus reservas de dólares en oro, situación insostenible para los Estados Unidos hasta la devaluación del dólar en un 10% en 1971.

Alicia Adelaida Girón es economista con posgrado en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Es catedrática de las facultades de Ingeniería y Economía e investigadora de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Económicas, donde lleva a cabo el proyecto "Inestabilidad financiera: globalización y regionalización". Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Es autora, entre otras obras, de Cincuenta años de la Deuda Externa (1991) y Fin de siglo y Deuda Externa: Historia sin fin (1995). En la Colección Textos Breves de Economía de Miguel Ángel Porrúa Editores y el IIEc-UNAM, se han publicado sus libros Crisis financieras (2002) y Japón: Asimetrías y regulación del sistema financiero (2006).

¿En qué consiste la crisis financiera mundial y cuáles son sus principales rasgos?

-El problema primero se manifestó como una crisis que se formó en la esfera de los créditos hipotecarios. Esto fue resultado principalmente de los créditos que se dieron para la compra de casas ligados a la tasa subprime. Recordemos que esta modalidad crediticia del mercado financiero norteamericano se caracteriza por tener un alto riesgo de impago. Además, tales créditos pueden ser negociados por los bancos que los detentan con otros bancos u otras empresas, de forman que se les puede ceder a cambio del pago de un determinado interés.

Durante los tres primeros años la tasa de interés de estos créditos se mantenía baja. No obstante, para el tercer o cuarto año, la tasa se disparaba hasta tal punto que una persona, al cabo de un tiempo, estaba pagando incluso el doble por concepto de intereses. Muchas de estas personas no trabajaban en el sector formal de la economía por su condición de inmigrantes, o porque no contaban con historial crediticio, o bien no se les sometió a una investigación para saber el estado de su cartera de crédito. Por ello, mucha gente dejó de pagar. La realidad les impedía tener el suficiente ingreso para poder amortizar su deuda.

Esta situación sólo puede darse por el sistema de desregulación post Bretton Woods, que permitió a los bancos cobrar mayor autonomía y empezar a negociar los créditos. Los activos de los bancos son precisamente los créditos, los cuales, a la vez, se venden a otros bancos para obtener liquidez y así generar mayores créditos. El banco que compra uno de esos créditos también lo vende, y quien lo compra hace la misma operación; así se genera una serie de fondos de alto riesgo. Cuando ya no se puede pagar ese crédito, se genera una cartera vencida hasta que llega el momento en que la crisis afecta a todas las instituciones bancarias y no bancarias que invirtieron en ese mercado de títulos. Esto es lo que sucede actualmente. En el fondo, lo que está en crisis es el proceso de financiación y titulización de los préstamos.

El 24 de octubre de 1929, fecha conocida como jueves negro, se produjo la quiebra del mercado de valores de Nueva York, provocando una larga y aguda deflación. La situación contagió rápidamente al resto de la economía del planeta. La crisis desembocó en la contracción del comercio mundial y la ruptura del sistema de pagos internacionales. Era el inicio de la etapa que se conoce como la gran depresión. Sus consecuencias: desempleo masivo, vagancia, mendicidad.

Al respecto, Alicia Girón opina que la actual "es una crisis mundial que afectará a todas las economías emergentes; es un trance más profundo que lo acontecido en 1929. Se diferencia en que es una crisis global y en tiempo real. Existe gran desconfianza frente al sistema financiero internacional. Si en el sudeste de Asia, por ejemplo, la bolsa abre a la baja, surge el efecto dominó y la bolsa europea abre en la misma situación, luego la de Nueva York y, casi al mismo tiempo, las bolsas latinoamericanas. No hay paquete de rescate norteamericano, ni francés, ni inglés, que alcance para dar liquidez a las cantidades inimaginables en las que incurrieron los inversionistas, las instituciones bancarias y no bancarias".

¿Qué opina de la paradoja de que el Estado norteamericano intervenga nacionalizando bancos?

-No es del todo una paradoja. Hay un elemento en economía que se llama el empleador de última instancia. Éste salva siempre a los bancos. El Estado, a través de su Banco Central o la Reserva Federal de los Estados Unidos, actúa como prestamista de última instancia. La función para la cual se creó esta entidad consiste en dar liquidez al sistema financiero nacional e internacional. Se llama empleador de última instancia porque debe formular un plan de rescate de los bancos acompañado de un programa de pleno empleo para reactivar la economía.

ESTE TIPO DE SITUACIONES PARECIERAN DAR fin, o por lo menos poner en entredicho la ilusión acerca de la capacidad del capitalismo para autorregularse, dando paso, bajo distintas modalidades, a la intervención directa del Estado en los procesos de reproducción económicos. Sin embargo, la especialista aclara: "los Estados Unidos saldrán más fortalecidos de esta crisis, siempre y cuando se articulen los grupos financieros para quemar los títulos sobrevaluados y estén dispuestos a empezar de nuevo. Es decir, con esta crisis el capitalismo no se acaba; por el contrario, se hará más fuerte".

Durante la primera quincena de octubre, el Banco de México tuvo una actividad intensa. La demanda excesiva de dólares elevó su cotización a más de catorce pesos y existió el serio riesgo de que llegara a más de dieciséis. Al final de ese mes la moneda mexicana se depreció alrededor del 32%. Pero las autoridades hacendarias aún no atinan a ofrecer un plan firme para contrarrestar los efectos de la desaceleración del vecino del norte.

¿Cuál sería la mejor forma de afrontar esta crisis por parte de México y Latinoamérica?

-A partir de políticas públicas específicas que reactiven la demanda. Ampliando el gasto público y mejorando los renglones de salud y supervivencia, educación y empleo. Esto implica un cambio en el tipo de política monetaria. Implica también que los índices de competitividad no equivalen a bajar los salarios, sino todo lo contrario. Invertir en salud y educación, promover el empleo, además de que las mujeres participen en la vida pública: ésta es la forma de contrarrestar el ciclo económico.