Septiembre de 2008
Año IV, Número 34


Editorial

El pasado 27 de agosto, la Coordinación de Humanidades realizó el encuentro Revista de revistas del Subsistema de Humanidades, en donde se reunieron editores, académicos y especialistas para hacer una evaluación de la revista académica. En la actualidad, la Universidad genera una gran variedad de publicaciones periódicas de índole informativa, cultural, científica y de divulgación. Estela Morales Campos, coordinadora de Humanidades, explicó que "en el campo de las ciencias sociales y de las humanidades, el libro es una pieza primordial como resultado de una investigación, pero otro producto de igual importancia es el artículo de revista, ya sea impresa o electrónica".

El Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas inició sus actividades el 30 de noviembre de 1976. En agosto de 1978, a sugerencia de su entonces director honorario, Luis González y González, se llevaron a cabo las primeras Jornadas de Historia de Occidente, con el propósito de estudiar y discutir los trabajos de investigación, precisamente desde el occidente de México. Luis Prieto Reyes, actual director general del centro, conversó con Humanidades y Ciencias Sociales sobre el origen de las jornadas y sus aportaciones en el ámbito académico, político y social.

La Diana Cazadora es, hoy en día, uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos del Paseo de la Reforma. Fruto de la inspiración del escultor Juan Fernando Olaguíbel y el arquitecto mexiquense Vicente Mendiola, la Flechadora de la Estrella del Norte ha trascendido las épocas y las ideas, la memoria y el olvido. El número ofrece el reportaje Diana Cazadora. Flechadora de la Estrella del Norte.

Se incluye además la segunda entrega del reportaje El Debate Universitario sobre la Reforma Energética, así como los en-sayos Tribus urbanas: rostros de la diversidad juvenil, de Aurora Zavala Caudillo, especialista del Instituto de Investigaciones Antropológicas, y Cuadernos Americanos de Adalberto Santana, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe.a 


Las revistas académicas

Como uno de los frutos del Reglamento de Extensión Universitaria, al inicio de los años treinta la UNAM emprendió una nueva etapa de su labor editorial, con el objetivo de ofrecer a quienes no se encuentran en condiciones de asistir a sus aulas y laboratorios, las enseñanzas que produce. Obedeciendo a ese tradicional espíritu, en la actualidad esta casa de estudios genera gran variedad de publicaciones periódicas de índole informativa, cultural, científica y de divulgación. En lo que se refiere al campo de las humanidades y de las ciencias sociales, por primera vez se realizó un encuentro de publicaciones de estas áreas. Revista de revistas del Subsistema de Humanidades se llamó el evento que tuvo lugar en el auditorio de la Coordinación de Humanidades el pasado 27 de agosto, en donde se reunieron editores, académicos y especialistas para hacer una evaluación actual de la revista académica.

Durante la ceremonia de inauguración, la coordinadora de Humanidades, Estela Morales Campos, declaró que "la trascendencia de la reunión de todos los directores y editores del Subsistema de Humanidades, se debe a la discusión de uno de los productos más importantes que tiene un investigador: la revista, principal vehículo donde se expone su conocimiento para que sea visible en el mundo académico y social".

"En el campo de las ciencias sociales y de las humanidades -continuó Morales Campos-, el libro es una pieza primordial como resultado de una investigación, pero otro producto de igual importancia es el artículo de revista, ya sea impresa o electrónica. Hoy podemos contabilizar el universo de nuestras publicaciones y es sorprendente enterarnos de que en el Subsistema tenemos alrededor de cincuenta títulos de revistas".

"Cuando el Subsistema pide presupuesto para publicaciones -añadió la coordinadora-, aboga por una de las actividades vitales para el investigador. Cuando buscamos que nuestros departamentos de edición nos apoyen, es porque el trabajo del investigador debe tener esa salida pública, de lo contrario se queda en las cuatro paredes de su cubículo. Ésta es la importancia de nuestras revistas".

Morales Campos explicó que existe una división en la producción de publicaciones, pues las hay de corte estrictamente académico y de difusión o divulgación. Al respecto, destacó que ambas variedades son importantes, porque dan cuenta del quehacer cotidiano del investigador: "una revista de investigación y otra de divulgación, a pesar de contar con públicos diferentes, no se contraponen. Nuestra Universidad, nuestros centros e institutos tiene que llegar a dos públicos: por un lado, al gremio de investigadores y especialistas, y, por otro, a la sociedad, a través de las revistas de divulgación".

Terminó su intervención manifestando que es el momento de compartir el conocimiento sobre las publicaciones del Subsistema: "el resultado del encuentro puede ser el inicio de la sistematización de la información que aquí se recabe y proyectarlo en un catálogo o una base de datos sobre nuestras revistas".

Fernando Curiel Defossé, director de Divulgación de las Humanidades y de las Ciencias Sociales, expuso en su ponencia que una revista es una "obra colectiva que se quiere, además de original, diálogo público, sin retraimientos, reservas o solipsismos, en donde se cruzan polémicas y se experimentan nuevas textualidades, desbordando lo que rige el mercado de bienes simbólicos". Agregó que la revista académica presenta las mismas características que las publicaciones culturales o literarias, con la implicación de que la docencia y la investigación determinan su esencia; así, añadió algunas características que comparten entre sí: "el credo estético, un paradigma humanista o científico y una doctrina social".

Sobre el estado de los estudios del tema, Curiel señaló que aún se encuentran en ciernes, subrayando que tal ejercicio reclama un asedio multidisciplinario: "Aclaro. No que carezcamos de enfoques particulares de valía, reflexiones teóricas, índices, ediciones facsimilares; de lo que hablo es de la inconstancia del análisis integral del fenómeno bajo dos mínimos supuestos, a saber: a) el del sistema intelectual, sustrato de las revistas, y b) el de las interconexiones del sistema intelectual con otros, el educativo y el social de modo señalado".

EL UNIVERSO EDITORIAL DEL SUBSISTEMA

De acuerdo con el folleto Revista de revistas del Subsistema de Humanidades, editado por los organizadores del encuentro, existen 51 revistas dentro del Subsistema, siendo la de mayor antigüedad Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas (1937), y la más reciente Problema. Anuario de Filosofía y Teoría del Derecho (2007). Entre estos dos extremos temporales podemos mencionar a Tlalolcan. Revista de fuentes para el conocimiento de las culturas indígenas (1943), Anuario de Letras (1961), Estudios de Historia Novohispana (1966), Acta Poética (1970), Voices of Mexico (1986), Archipiélago. Revista Cultural de Nuestra América (1992), Estudios de Cultura Otopame (1998), Revista de Investigación Social (2005) y Norteamérica (2006), sólo por ofrecer una muestra, ya que el rigor del espacio impide desplegar la totalidad de los títulos.

El encuentro se organizó en tres mesas de trabajo, que obedecieron el siguiente orden cronológico:

Mesa I: "De los treinta a los cincuenta", donde presentaron sus respectivas publicaciones: Peter Krieger (Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas), Rosalba Casas (Revista Mexicana de Sociología), Adalberto Santana (Cuadernos Americanos), Nuria González Martín (Boletín Mexicano de Derecho Comparado) y Ricardo Salles (Diánoia).

Mesa II: "De los cincuenta a los sesenta", donde participaron Salvador Reyes (Estudios de Cultura Náhuatl), Maricela Ayala Falcón (Estudios de Cultura Maya), Mario Castillo (Anales de Antropología), Guadalupe Curiel (Boletín del Instituto de Inves-tigaciones Bibliográficas), Esther Iglesias Lesaga (Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía).

Mesa III: "De los setenta al presente", en la cual estuvieron Emma Paniagua Roldán (Perfiles Educativos), Juan José Calva González (Investigación Bibliotecológica: archivonomía, bibliotecología e información), José Gandarilla Salgado (Educación Superior: cifras y hechos), Norma Cano Yebra (Península), Nattie Golubov (Norteamérica).

Con dos ponencias se dio por terminado el evento: "La revista digital", de Juan Voutssás Márquez, e "Indicadores para la evaluación de las revistas académicas", de Jaime Ríos Ortega.

De manera significativa, las exposiciones de las tres mesas de trabajo reflejaron la intensidad de la labor editorial del Subsistema desde los años treinta hasta nuestros días; asimismo, se constituyeron en un observatorio de la transformación de las publicaciones mediante la evolución tecnológica de sus soportes. Por motivos de espacio, el presente reporte se dividirá en dos partes. A continuación ofrecemos el resumen de las exposiciones de la primera mesa, con el compromiso de ocuparnos de los aspectos más importantes de las mesas restantes en el próximo número.

Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas

Peter Krieger, director de Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, refirió que la gestación de la revista está íntimamente ligada con la fundación del Instituto de Investigaciones Estéticas, creado en 1935 y cuyo nombre original era Laboratorio del Arte, a semejanza del Laboratorio del Arte de la Universidad de Sevilla. "Desde sus inicios -aseveró Krieger-, el Instituto se integró a las redes académicas internacionales, y la revista, nacida en 1937, refleja esa integración que cumple una importante función correctiva en los nacionalismos unidimensionales implícitos en muchos estudios sobre el arte.

En años recientes -recalcó Peter Krieger-, Anales ha retomado esos debates en un contexto de revisiones conceptuales hacia la conversión de la historia del arte en ciencia de las imágenes. Cabe mencionar también que nuestra disciplina comprueba su utilidad social, basada en la libertad académica, por sus investigaciones e iniciativas sobre la preservación de la herencia cultural. Anales comunica los avances de las investigaciones estéticas en México a una comunidad nacional e internacional de interesados en las artes y en la cultura".

Revista Mexicana de Sociología

Si bien la Revista Mexicana de Sociología -fundada en 1939 por Lucio Mendieta y Núñez- no es la publicación más antigua del Subsistema, sí es la pionera en Ciencias Sociales de México y América Latina. Desde su origen ha hecho contribuciones notables en la producción sociológica, tanto teórica como empírica, en Hispanoamérica.

Uno de los periodos más importantes de la RMS es de 1966 a 1976. Al respecto, la directora del Instituto de Investigaciones Sociales, Rosalba Casas Guerrero, apuntó: "la revista vivió entonces una etapa de crecimiento y consolidación bajo la dirección de Pablo González Casanova; periodo también de expansión para las ciencias sociales en México y América Latina. La nueva perspectiva y la trayectoria profesional de su director, era la de considerar los problemas nacionales desde una óptica en donde los principales intereses eran el conocimiento global del desarrollo del país y convertir la sociología en una ciencia crítica, libre de las influencias positivistas y funcionalistas. El desarrollo fue el gran eje conductor de las actividades de investigación bajo el enfoque marxista".

Por último, enumeró las perspectivas de la revista, que son: fortalecerse en la discusión de temáticas de vanguardia en las ciencias sociales en el ámbito internacional, y convertirse en un referente obligado del pensamiento y la reflexión teórica y metodológica; ser un medio que favorezca el debate teórico y metodológico en la sociología y las ciencias sociales, y continuar con la ampliación y diversificación internacional del padrón de dictaminadores de la revista, con el objetivo de colocarla entre las mejores de ciencias sociales en el mundo.

Boletín Mexicano de Derecho Comparado

Este año, el Boletín Mexicano de Derecho Comparado cumple seis décadas de vida. Desde su nacimiento en 1948, ha reflejado fielmente las corrientes del pensamiento jurídico. Hasta hoy lleva publicados 180 números, que concentran más de 180 artículos doctrinales. La actual directora de esta publicación, Nuria González Martín, reseñó sus etapas más importantes: "En el mismo año en que nace el Instituto de Derecho Comparado de México, apareció su primer número con el nombre de Boletín de Derecho Comparado de México. Su fundador y primer director fue Joaquín Rodríguez y Rodríguez. Su nombre actual lo adquiere en 1967, cuando el IDC muda su nombre al de Instituto de Investigaciones Jurídicas.

En sus orígenes contenía cinco secciones: Doctrina, Legislación, Bibliografía, Revista de Revistas e Información. De ellas subsisten en la actualidad cuatro, pues se dejó de publicar Revista de Revistas, la cual incluía resúmenes de artículos de gran actualidad, e información sobre el desarrollo de la ciencia jurídica en el mundo. Su desaparición se debe a los avances tecnológicos, pues hoy es de suma facilidad el acceso a las publicaciones periódicas vía electrónica".

Sobre el estado actual del Boletín, la directora añadió: "a partir del año 2000, y con el fin de ajustarse a los lineamientos del CONACYT como organismo rector de la investigación en nuestro país, la revista dejó de estar en manos del director del IIJ para tener una dirección propia, la cual actualmente está a cargo de José María Serna y de una servidora. A partir de entonces se publica como revista estrictamente arbitrada y es reconocida en numerosos índices de revistas de excelencia, entre los que destaca el de Revista Mexicana de Investigación Científica y Tecnológica".

Diánoia

"En 1955, el Fondo de Cultura Económica publicó un anuario de filosofía. Se trataba del primer número de Diánoia, la primera publicación periódica en México dedicada exclusivamente a esta materia. Desde entonces aparece ininterrumpidamente, por lo que se ha convertido en la más longeva de su género", así lo expresó Ricardo Salles, actual director de esta publicación, durante su intervención en la mesa de trabajo. Y agregó: "Eduardo Nicol, su primer director, justifica la aparición del anuario como un espacio de diálogo que la investigación filosófica profesional reclamaba: en México había madurado el cultivo de la filosofía y necesitaba separarse de otro tipo de publicaciones, más ensayísticas por carecer de rigor y de sistematicidad".

Sobre las características de la ahora semestral publicación, señaló: "Desde la presente década se han publicado artículos de muchas orientaciones filosóficas y sobre filósofos de todas las épocas. Su director es elegido por los miembros de un comité de dirección. En pocas palabras, se modernizó y adquirió la estructura que hoy tiene la mayoría de las revistas académicas. Estos cambios responden a los lineamientos que el CONACYT ha establecido. Actualmente, Diánoia pertenece al Índice de Revistas Científicas de ese Consejo. La calidad académica ha sido su principal preocupación, y prueba de ello son sus páginas del pasado". 


Diana Cazadora
Flechadora de la Estrella del Norte

BUENOS DÍAS A DIANA CAZADORA

Muy buenos días, laurel, muy buenos días, metal, bruma y silencio.
Desde el alba te veo, grandiosa espiga, persistiendo a la niebla,
y eres, en mi memoria, esencia de horizonte, frágil sueño.
Olaguíbel te dio la perfección del vuelo y el inefable encanto de estar quieta,
serena, rodilla al aire y senos hacia siempre, como pétalos
que se hubiesen caído, mansamente, de la espléndida rosa adolescencia.

Muy buenos días, oh selva, laguna de lujuria, helénica y ansiosa.
Buenos días en tu bronce de violetas broncíneas, y buenos días,
amiga,
para tu vientre o playa donde nacen deseos de espinosa violencia.
¡Buenos días, cazadora, flechadora del alba, diosa de los crepúsculos!
Dejo a tus pies un poco de anhelo juvenil y en tus hombros, apenas,
abandono las alas rotas de este poema.

Efraín Huerta, 1956

Concebida desnuda, bucólica, femenina. Forjada a la distancia, con espíritu guerrero, cálida e impávida a la vez. Diana fue repudiada, remendada y censurada por los convencionalismos de una época; logró rebasarlos y permanecer airosa, a tres metros de altura.

Fue denominada en su origen como la Flechadora de la Estrella del Norte, pero se le rebautizó en el ideario popular como la Diana Cazadora en honor de la diosa romana. Data de los años cuarenta, y es fruto de la inspiración del escultor guanajuatense Juan Fernando Olaguíbel (1896-1976) y el arquitecto mexiquense Vicente Mendiola (1899-1986), quien se encargó de la edificación de la fuente. Hoy en día es considerada uno de los monumentos arquitectónicos más emblemá-ticos del Paseo de la Reforma.

Se gestó de abril a septiembre de 1942, en la calle Obrero Mundial, por mandato del entonces presidente de la Re-pública, Manuel Ávila Camacho, quien solicitó al regente del Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, la creación de varias fuentes colosales en el marco de un programa de embellecimiento de la ciudad.
El 19 de octubre del mismo año, pesando dos toneladas de puro bronce, la Diana Cazadora fue inaugurada en la glorieta ubicada en la confluencia de la avenida Río Ródano y la Puerta de los Leones del Bosque de Chapultepec.

En un contexto en el que la patria era el tema central de las esculturas que adornaban la principal avenida de la ciudad, la Flechadora de la Estrella del Norte irrumpió majestuosa, desafiante, soberana, y sin otro afán que el de exaltar la belleza, el arte, el cuerpo de la mujer.

Su desnudez fue víctima de la moral que prevalecía en aquellos años. La Liga de la Decencia, encabezada por Soledad Orozco de Ávila Camacho -esposa del presidente-, protestó calificándola de impúdica (protestas que derivaron la colocación de ropa interior). La presión ejercida por los sectores ultraconservadores de la sociedad propició que en 1944 se le pusiera un faldón de bronce, mismo que su creador, previendo tiempos de mayor libertad, soldó solamente con tres puntos. Iluminada por "cuatro rústicos reflectores de tipo intemperie, montados en el extremo de tubos de soporte, cual si fuera un anuncio luminoso callejero", Diana tendría que esperar veintitrés años para que la despojaran de su atuendo y recuperar su estado original.

La mentalidad de la sociedad mexicana de los sesenta, específicamente en 1967, era muy disímil de la que se tenía en décadas pasadas; los Juegos Olímpicos estaban próximos a efectuarse y se vivía un ambiente de mayor libertad. Fue así que Olaguíbel, valiéndose de esta situación, solicitó a Alfonso Corona del Rosal -entonces regente de la ciudad- el retiro del faldón, solicitud que fue autorizada.

Pero el remiendo causaría estragos, lastimaría su estructura. Al percatarse del daño, Olaguíbel resolvió hacerle una réplica, para que la supliera en aquel lugar. Se dice que, para evitar su destrucción, Diana fue vendida al regente de la ciudad, quien a su vez la donó a Ixmiquilpan, Hidalgo, donde permanece hasta la fecha, custodiada por sus habitantes.

De su réplica (en el supuesto de que lo sea), las transformaciones urbanas se encargarían. En 1974, las obras del Cir-cuito Interior -específicamente la construcción del paso a desnivel inferior que cruza el Paseo de la Reforma a esa altura- propiciaron que fuese desmontada y almacenada en casa de su autor por cerca de dos años. En 1976 se le reubicó en el parque Ariel, a un costado de la actual Torre Mayor, donde permaneció prácticamente encubierta hasta 1987, cuando "un grupo de artistas e intelectuales" exigió su reubicación "a la glorieta que se forma en el cruce de Paseo de la Reforma con la calle de Sevilla".

A la espera de nueva reubicación, la Diana Cazadora habría de amanecer, el 18 de mayo de 1992, con una máscara antigás, como una medida que la Asociación Greenpeace en México ejerció "para presionar a las autoridades del DDF para que se divulgara la información real y completa de los contaminantes que de manera alarmante degradaban el ambiente de la ciudad".

Meses después, con el respaldo de la ciudadanía, la Flechadora de la Estrella del Norte volvió a su espacio original, donde permanece en la actualidad, solemne, orgullosa de remontar las vicisitudes, de representar su pasado y de ser admirada, nuevamente, por quien desee observarla.

"Mira todas esas estatuas, porque cada una de ellas tiene una historia y guarda un recuerdo que no te puedo detallar, pero que condensa un momento de México", escribió Salvador Novo (1904-1974) en Nueva grandeza mexicana. Valdría la pena hacerle caso.

De la musa que inspiró a Juan Olaguíbel para la creación de la Diana poco se supo por cerca de cuatro décadas. Se pensó que más de dieciocho modelos posaron para él, siendo la actriz Ana Luisa Peluffo y la pintora María Asúnsolo las mujeres a las que más se les atribuían los méritos de la escultura. En 1987, con el movimiento social para su reubicación, la identidad de la modelo fue descubierta.

Helvia Martínez Verdayes, hoy esposa del ex director de PEMEX, Jorge Díaz Serrano, "había posado para Juan Fran-cisco Olaguíbel en 1942, cuando era una jovencita de dieciséis años y trabajaba como secretaria en la empresa PEMEX en una oficina dirigida por Vicente Mendiola, amigo del escultor. Fue ahí donde éste le propuso que modelara".

Al develarse la primera y única réplica de la escultura con el rostro y cuerpo originales de la Diana Cazadora -18 de diciembre de 2001- en las calles de Hamburgo y Génova, Zona Rosa, obra del escultor Ariel de la Peña, Martínez de Díaz Serrano expresó: "durante cincuenta años guardé el secreto. Hoy todo el mundo lo sabe y a la distancia aquellos dilemas -refiriéndose a la desnudez y a la moral- parecen insustanciales, ya que por fortuna las nuevas generaciones tienen un sentido más natural y saludable de lo que es el cuerpo humano".

Y así, la "flechadora desnuda de tiempos arcádicos, ensueño de nuestras modernidades resentidas", trasciende las épocas y las ideas, la memoria y el olvido.


La historia de México no se puede entender si no se estudia su pasado más remoto:
Luis Prieto Reyes

El Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas inició sus actividades el 30 de noviembre de 1976. En agosto de 1978, a sugerencia de su entonces director honorario, Luis González y González, se llevaron a cabo las primeras Jornadas de Historia de Occidente, con el propósito de estudiar y discutir los trabajos de investigación, precisamente desde el occidente de México.

Luis Prieto Reyes, actual director general del centro, conversó con Humanidades y Ciencias Sociales sobre el origen de las jornadas y sus aportaciones en el ámbito académico, político y social. Prieto Reyes también anunció que el 23 y 24 de octubre de este año se realizarán las XXX Jornadas de Historia de Occidente, con el tema México: dos siglos de revoluciones.

La entrevista tuvo lugar en las oficinas del centro, ubicadas en Diego Rivera 140, colonia San Ángel, entre las calles Campestre y Fresnos. La casa que alberga esta institución cuenta con imágenes históricas invaluables; son fotografías de una década de constantes transformaciones: reforma agraria, expropiación petrolera, entre otros momentos clave de la vida nacional. Luis Prieto adelantó los nombres de los conferencistas que expondrán sus temáticas en la Unidad Académica de Estudios Regionales de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, ubicada en Jiquilpan, Michoacán; sede que el centro dejó en comodato a la UNAM.

Hay que recordar que gracias al esfuerzo del Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas, cada una de las jornadas se ha publicado, y con ello se ha dejado un valioso testimonio de la historia nacional. Estos libros son documentos indispensables para cualquier estudioso de la historia mexicana.

Licenciado en derecho por la UNAM, Prieto Reyes ha laborado en la Junta de Asistencia Técnica de la ONU, con sede en Nueva York (1955-1956), y en el Departamento de Difusión Cultural de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (1957-1958). Fue empleado del Centro de Desarrollo Social de la Secretaría de Salubridad y Asistencia (1959) y miembro del Comité de Estudios del Río Balsas, en los departamentos Jurídico y de Difusión Cultural (1960). Colaboró con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en la Subsecretaría Forestal y de la Fauna, en Asuntos Internacionales y Ecología (1973-1975). Desde 1976 trabaja en el Centro Lázaro Cárdenas; primero como coordinador (1976-1981), y luego como director general (desde 1982 hasta la fecha).

¿Cuándo fueron las primeras Jornadas de Historia de Occidente?

-Las primeras jornadas se realizaron en un solo día y se prepararon durante cuatro semanas. El historiador Luis González y González (1925-2003) nos convocó para organizar las Jornadas de la Historia de Occidente. Él fue director del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México, fundador del Colegio de Michoacán y miembro del patronato de nuestro centro hasta su muerte.

El comienzo de las jornadas fue muy enriquecedor; muchos de los investigadores que asistieron se estaban forjando y tuvieron la posibilidad de intercambiar conocimientos con quienes ya eran conocidos.

Siempre partimos de la época precolombina de Mesoamérica, porque pensamos que la historia de México no se puede entender si no se estudia su pasado más remoto, tres mil años atrás. Se denominan de occidente porque ocurren en esa región de la República.

Por supuesto que no negamos nuestro pasado español: el mundo mediterráneo nos ha enriquecido muchísimo. Lo que no debemos olvidar es que a su llegada, los españoles se encontraron con una cultura perfectamente establecida, que poseía conocimientos profundos en materia de astronomía, de convivencia humana. Los mexicas se decían a sí mismos toltecas, y no porque fueran de Tula, sino porque eran civilizados. Llamarse tolteca significaba pertenecer a una ciudad, es decir, se había dejado de ser bárbaro.

En treinta Jornadas de Historia de Occidente se ha hecho hincapié en el mundo precolombino, algo de la Colonia, la guerra de Independencia, la Reforma y la Revolución. En esta última, destacamos con insistencia la presencia de personajes como el general Francisco J. Múgica (1884-1954), a quien considero el alma del Constituyente de 1917. Múgica nació en Tingüindín, población ubicada a cerca de 80 kilómetros de Jiquilpan.

Partimos de la idea de que el occidente de México -sobre todo esa parte de Jiquilpan, Zamora, Guadalajara, etcétera- es zona de mexicanos viejos, de numerosas generaciones. Son una especie de consomé nacional, porque a la costa del oriente siempre estaban llegando nuevos colonos. Esa región, una parte de Guerrero, Chilapa, Tixtla, el mismo Taxco, son de vieja mexicanidad, donde la mezcla precolombina con la española ha dado resultados extraordinarios. Por ejemplo, la cultura culinaria es muy antigua.

El Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas nunca gozó de una buena situación económica, por lo que tuvimos que limitarnos a realizar unos cuantos estudios, principalmente de historia oral. Se recuperaron leyendas, se entrevistó a campesinos y gente de la región.

Éste es el resultado de dos publicaciones, ¿cierto?

-Sí, una de Jiquilpan, que es muy buena, y otra de los personajes que formaron parte de ella. Por lo que se refiere a la historia oral, no se circunscribió a la región; en el D.F. entrevisté a muchas personas que se resistían a ello, como el licenciado Ignacio García Téllez (1897-1985), rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. Era un viejo genial, inteligentísimo, ado-rable; fue secretario de Educación y de Gobernación. El alma de la famosa educación socialista, pero no era comunista. Hablaba mucho de un socialismo a la mexicana. Los politólogos deberían analizar sus ideas, porque después de la debacle de la Unión Soviética, otros pueblos y comunidades tienen la oportunidad de buscar un camino al socialismo, el cual puede ser muy legítimo.

Recientemente el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México publicó dos libros espléndidos sobre este tema. La internacional comunista en México: Los primeros tropiezos. Documentos, 1919-1922 es uno de ellos. Cuenta cómo en 1919 vino a México un representante de la Unión Soviética con el fin de formar el partido comunista. Ocurrieron cosas divertidísimas, porque a los dos meses ya existían casi cuatro partidos y polemizaron, como ahora sucede en el PRD.

Es muy importante leer dicho documento pues ayuda a comprender que esa ideología no se arraigó en nuestro país. Debemos recordar que por esas épocas había una tradición de lucha socialista en México, la cual venía del siglo XIX. Era sumamente elemental, pero existía.

Ahora que se cumplen treinta años de las jornadas, ¿cuál será la temática que abordarán?

-Decidimos que el tema de estas jornadas será México: dos siglos de revoluciones, y se llevarán a cabo el 23 y 24 de octubre de este año. Participarán, entre otros: Juan Brom, Marcia Castro-Leal, Álvaro Ochoa, Antonio García de León, Marcela Briz, Juan Ortiz, Patricia Galeana, Jaime Olvida, Margarita Carbó, Pablo Serrano Álvarez, Ricardo Pérez Montfort, Ignacio Sosa, Anna Ribera, Raquel Sosa, Alicia Olivera de Bonfil, Mario Alberto Nájera, Citlaly Rieder, Javier Morett, Rubén Ruiz Guerra y Guillermo Paleta Pérez.

Y como se ha hecho desde 2006, la convocatoria corre a cargo del Centro de Estudios de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas y en esta ocasión también de la Unidad Académica de Estudios Regionales de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.

¿Cuál podría considerarse el principal objetivo del centro y de las jornadas?

-El Centro de Estudios de la Revolución Mexicana nació, fundamentalmente, para racionalizar algunos aspectos de la Revolución Mexicana que nos resultaban muy emotivos; pero sobre todo, para dar a conocer la opinión y el ideario político tanto del general Cárdenas como de Múgica, Jara, entre otros personajes.

En el contexto local, concedimos gran importancia a la microhistoria, ya que existen numerosos relatos que la gente dice -con mucha razón-; por eso se trató de rescatar la historia oral. Por esta razón, desde un principio se realizaron estudios sobre la región y se presentaron trabajos de gran importancia para la historia de la zona, como el de la migración.

Empezamos haciendo trabajos locales, pero enfrentamos problemas económicos serios, por lo cual quedaron pendientes muchas investigaciones que habíamos propuesto, como la de Cojumatlán, que es muy relevante por ser un pueblo ribereño, con ocupación precolombina muy vieja. Es un lugar de gran interés. La mayoría de sus habitantes son pescadores y el territorio posee buena tierra, pero padecen un fuerte problema de migración, el cual es difícil de comprender, pues se tienen recursos. Es una zona muy afectada desde la Conquista hasta la Revolución, donde se registraron terribles matanzas.

Se le dio el nombre de Centro de Estudios de la Revolución Lázaro Cárdenas para diferenciarlo de otras instituciones que estudian problemáticas similares. La institución trabajó sobre las ideas de Cárdenas, de Múgica, de Gilberto Bosques. Se elaboraron investigaciones fundamentales, tanto del lugar cuanto de las zonas cercanas. Se hizo un amplio trabajo en historia oral.

¿Cuál es el vínculo con la Universidad? ¿Cómo van a trabajar?

-Desde 2005, las instalaciones del centro se entregaron en comodato a la UNAM. La entonces coordinadora de Humanidades, Mari Carmen Serra Puche, solicitó que me encargara de las jornadas del año pasado. Lo mismo ocurrió con su sucesora, Estela Morales, para las que se realizarán en este 2008. En lo personal, el proyecto de trabajo de la UAER me ha gustado mucho. He visto a muchachos muy interesados.


Lo humano, problema esencial
Jesús Silva Herzog

Todo hombre aspira a mejorar sus condiciones de existencia con repetida terquedad. No importa que se fracase una y muchas veces. Hay un venero de esperanzas, inagotable y recóndito, que nace en algún rincón de la conciencia y fluye silenciosamente hasta invadirla con ancho cauce reparador. Claro está que esa cuenca escondida no tiene en todos los seres humanos idéntico caudal, ni es de la misma intensidad el ímpetu de su corriente de traslación. De aquí toda una fauna rica en su variedad y en consecuencia múltiple en la acción; pero nadie puede vivir sin ese interno y perenne renovarse, sin el pensamiento de que mañana será más dichoso que hoy o menos desventurado que ayer, sin motivos que justifiquen su existir y sin mirar en la lejanía alguna nueva constelación.

Y lo que acontece con los hombres individualmente considerados ocurre con los grupos sociales. La esencia es la misma, aun cuando por supuesto cambia el matiz y la expresión del perpetuo deseo de mejoramiento. Tal vez cabe decir que la historia no es sino el esfuerzo de los pueblos para alcanzar cada vez un más alto y permanente bienestar. Lo mismo en Egipto que en Babilonia, en Grecia que en Roma, y en la Edad Media que en las épocas moderna y contemporánea, todos los grupos sociales han estado de acuerdo, con las inevitables diferencias de tiempo y espacio, en lograr la superación de su destino, en la lucha incesable para conquistar las mismas metas deslumbradoras e idénticos horizontes de claras perspectivas; mas los caminos han sido con frecuencia distintos, con direcciones opuestas muchas veces, con impulso hacia los cuatro puntos cardinales; y, estas diferencias, no sólo han sido en etapas lejanas unas de otras, sino también en el mismo siglo y en la misma hora del devenir histórico.

En tanto que el pueblo judío por habitar en territorio pobre, poco propicio a un amplio desenvolvimiento económico, se refugia en la gasa de un ensueño místico y grandioso que vislumbra la obra creadora de la religión universal, los griegos fincan sus ideales en múltiples direcciones que abarcan todos los senderos. Paralelamente al desarrollo de la industria, de la navegación y del comercio, fundan la vida política del ciudadano y cultivan con capacidad de plenitud fulgurante la filosofía, las ciencias y las bellas artes. Con cuánta razón dijo hace varias décadas un ilustre pensador de Francia, que las ciudades griegas constituyen el milagro más grande de la historia y que fue en ellas donde empolló la civilización.

Roma construyó los cimientos de la jurisprudencia. Quiso conquistar y tener bajo su dominio a todos los pueblos y en buena parte lo consiguió. Poco más tarde fue maestra para divulgar por el mundo la religión de Judea, ennoblecida e iluminada por la luz del cristianismo pri-mitivo, así como también la cultura radiosa de la Grecia inmortal.

Hay que reconocer que tanto en Judea como en Grecia y en Roma, muy por debajo de las clases directoras de la política y del pensamiento, millares de esclavos y de hombres libres deshechos por la miseria, yacían dolientes en el fondo pantanoso de la vida colectiva, o se agitaban de vez en vez en actitud rebelde y amenazadora en contra del orden establecido. Estos seres, víctimas de explotación secular, influyeron sin saberlo, como masa amorfa que pesaba en el ámbito político, social y económico, en el rum-bo ideológico de sus profetas, artistas y pensadores.

La Edad Media tuvo por ideal terrestre el ascetismo y la pobreza, desplegando su anhelo más allá de lo humano, más allá de la vida y de la muerte. Por eso hay quienes afirman, tal vez con justedad, que la construcción del mundo medieval significó un esfuerzo titánico y a la par sombrío para conseguir la deshumanización del hombre.

Pero ni en Babilonia ni en Egipto, ni en Judea, Grecia o Roma, ni en la Edad Media, lograron los pueblos en su marcha continua por múltiples vías, aproximarse siquiera a la Tierra de Promisión, a la ciudad de maravilla, cima y síntesis de sus anhelos. Se inventaron con ingenio diabólico mundos ilusorios como refugio para los desheredados, refugio caritativo que entre otras ventajas contenía la de no costar nada a sus generosos donadores; se idearon sistemas para hacer más dichosos o menos desventurados a los hombres; y, ya puestos en marcha, sus autores tomaron el medio por el fin y cegados por la pasión y el amor propio, se olvidaron del hombre y lo hicieron víctima del sistema. Esta antinomia se ha repetido una y cien veces en la atmósfera social, pudiendo observarse con honda inquietud torturante, la tendencia de su índice que ha sido y sigue siendo ascendente en el ritmo de crueldad.

El Renacimiento económico de Europa Occidental comienza en el siglo XIII y anuncia a la distancia, y prepara con lentitud histórica el Renacimiento intelectual. Renace la vida económica y con ella las culturas de Grecia y Roma. La humanidad se humaniza y sangre nueva y rejuvenecida corre por el cuerpo político de Occidente.

A partir del siglo XVI se va robusteciendo el capitalismo cada vez más y más. Las reformas religiosas de Lutero y Calvino, particularmente la llevada a cabo por este último, tuvieron su origen, por lo menos en parte, en la necesidad de ajustar la conducta cristiana a las exigencias de la vida económica. Desde entonces, con intensidad creciente, el ideal humano preponderante ha sido la acumulación de riquezas, la obtención de lucro, el sueño egoísta de los mercaderes. Las voces generosas y atormentadas de Tomás Moro, de Erasmo y de Juan Luis Vives, fueron acalladas por el tumulto de las ferias y los gritos de los comerciantes pregonando sus mercancías. Hermes estableció su imperio, que ha durado ya varias centurias, en todos los países de la tierra y sobre las ruinas de los viejos ideales de la antigüedad, de la Edad Media y del Renacimiento.

No puede negarse que el capitalismo fue un régimen creador, pero así en pretérito perfecto y no en presente. El ansia de lucro y la conquista de mercados internacionales favorecieron las invenciones mecánicas, crearon necesidades nuevas que hicieron presión en el ambiente económico de la época hasta influir en el rumbo que habían de seguir la ciencia y la técnica. El progreso realizado en Inglaterra desde principios del último cuarto del siglo XVIII y un poco más tarde en varias naciones de Europa, así como también en países de otros continentes, es algo sin precedente, verdaderamente extraordinario y maravilloso. La hermosa utopía que Francisco Bacon diseñó con mentalidad de poeta en La Nueva Atlántida, se ha realizado plenamente o está a punto de realizarse en su totalidad; pero sólo en cuanto al progreso técnico y científico y no en lo que atañe a la vida íntima y esencial del hombre, el que había alcanzado la perfección en la obra con matiz de quimera del gran filósofo inglés.

Sin poderlo afirmar con exactitud, es quizás acertado decir que desde fines del siglo pasado el capitalismo dejó de ser instigación al progreso, a causa de sus internas contradicciones; las crisis periódicas, las pugnas con acentuación creciente entre la burguesía y el proletariado y la competencia internacional entre las grandes unidades económicas de los más poderosos imperios, han producido trágicas antinomias y los más desoladores resultados en la existencia individual y colectiva. Se han descubierto y domeñado fuerzas naturales insospechadas y los descubrimientos científicos causan asombro creciente día tras día. Sin embargo, el hombre en la actualidad se ignora a él mismo; tanto como cuando el viejo Sócrates diera a la humanidad su sabio consejo imperativo, cuya hondura y dificultades para seguirlo no han sido todavía cabalmente apreciadas. El hombre es hoy, a pesar de la velocidad alcanzada para trasladarse de un lugar a otro del planeta, de la radio, de la electricidad y de las comodidades de que ha sabido rodearse, tan feliz o desdichado como lo fuera en el pretérito lejano. Es que el problema de la felicidad humana no es solamente cuestión exterior sino interior; es el más trascendente de todos los problemas y su solución estriba en hallar las fórmulas o en descubrir los medios para armonizar al hombre con la naturaleza, al hombre con los demás hombres y sobre todo al hombre con él mismo. Mientras tanto continuará nuestra especie caminando al azar por la sombra espesa de su historia, de fracaso en fracaso, de derrota y dando tumbos en la noche larga y doliente del tiempo, en espera ansiosa del futuro amanecer.

El valenciano Juan Luis Vives escribió en su dedicatoria a Carlos V, de la obra titulada Concordia y Discordia, fechada en la ciudad de Brujas el 19 de julio de 1529, lo siguiente:

A causa de las continuas guerras que, con increíble fecundidad han ido naciendo unas de otras, ha sufrido toda Europa tantas catástrofes que casi en todos los aspectos necesita de una grande y casi total reparación. Pero ninguna cosa le es tan necesaria como una paz y concordia que se extienda a todo el linaje humano.

Devastados están los campos y desiertos; los edificios de las poblaciones, en ruinas, las ciudades, unas, por tierra y otras, despobladas en absoluto; los alimentos, raros y a precios fabulosos; la cultura, aletargada y casi muerta; las costumbres, depravadas; las ideas, tan pervertidas, que a los crímenes se les aplaude como hechos meritorios.

Todo esto está pidiendo y exigiendo una reparación y reconstrucción lo más amplia posible. Y a gritos nos están diciendo los tristes restos de aquellas grandes cosas, que no pueden sostenerse si no se acude pronto a reparar la ruina.

Pero aun cuando todas estas cosas se repongan al estado de esplendor de donde cayeron, de seguro que no podrán" conservarse mucho tiempo, si no se basan en la paz y concordia. Por las disensiones entre príncipes y particulares cayeron: por las disensiones volverán a caer, cuantas veces vuelvan a surgir éstas. Por eso, no hay nada tan necesario hoy para conservarse el mundo en su equilibrio y no perecer del todo, como la concordia. Esta sola basta por sí para reparar lo quebrantado: para hacer volver lo que huyó: para recobrar lo perdido y llorado.

Párrafos escritos ya hace algo más de cuatro siglos y que parecen hoy redactados, que quebrantan nuestra soberbia y apagan, o por lo menos atenúan, la fe en los destinos del hombre; párrafos que comprueban la lentitud desesperante con que la humanidad avanza; párrafos desoladores y tristes, de colores sombríos, pero que resultarán tenues en comparación con las páginas en que los autores del presente o del futuro inmediato, habrán de describir las dantescas escenas de la guerra actual. Será necesario acudir a la invención de vocablos nuevos para poder pintar con fidelidad la tragedia angustiosa y macerante. Jamás, en ninguna época de la historia se había producido, en cantidad y en calidad, tan profundo dolor como en nuestros días. Y esto ha ocurrido cuando todavía se escuchaba el eco de las voces superficiales y optimistas de los años de 1927, 1928 y buena parte de 1929, que hablaban de que por fin la sociedad capitalista había encontrado la fórmula del perpetuo bienestar humano.

Y ahora se ofrecen varias soluciones, varios caminos para trepar hasta la cumbre de la montaña en donde se halla escondido el Paraíso Terrenal. Hay un sistema que trata de ocupar todos los espacios geográficos y proclama la superioridad de una raza sobre todas las demás, que consagra la fuerza y la coloca por encima de todos los derechos, y pretende hacer del hombre algo así como una tuerca o un tornillo de una máquina gigantesca que pone en movimiento el jefe del Estado; la mujer debe retroceder en su evolución, debe ser para siempre esclava en el hogar, muñeca de placer para solaz del guerrero o ambas cosas a la par. Hay otro sistema cuyo proceso experimental lleva ya veinticuatro años y se realiza en la sexta parte del mundo; se trata de una edificación social que asienta sus bases en las teorías científicas de Carlos Marx y Federico Engels. En sus grandes trazos generales, el éxito de ese régimen socialista no puede negarse; pero ello ha costado sacrificios inmensos, la crueldad y los errores inevitables no han sido escasos, y todavía se encuentra distante la victoria definitiva. Por último, el tercer sistema se apoya en los arcaicos principios de la democracia política y de la libertad política también, sistema que ha sido hasta ahora para beneficio de las minorías, que tiene hedor de cosa vieja y se halla carcomido por la obra implacable del tiempo. No tendríamos nada que objetar si se hablara de una nueva democracia y de una nueva libertad; de una libertad y de una democracia en lo económico, en lo político y en lo social; de una democracia y de una libertad sin tergiversaciones, que abarcaran todos los horizontes de la cultura y cubriesen todos los ámbitos materiales de la existencia.

Todos han olvidado al hombre que es lo fundamental. Que no nos hablen de la ciencia por la ciencia ni del arte por el arte, sino del arte y de la ciencia al servicio del hombre. Que no nos hablen del progreso, de la cultura o de la civilización con alejamiento del interés concreto de la especie humana. El hombre es periferia y centro, medio y fin, irradiación y foco luminoso de él mismo. El hombre, afirman algunos, es el ser biológico más maravilloso que existe en la naturaleza, otros dicen que es chispa inefable desprendida de la Divinidad, y unos terceros que piensan con pensamiento católico, sostienen orgullosamente que es la imagen de Dios. Empero, todos lo han traicionado y han hecho del hombre su propia víctima sangrienta, su propio verdugo y el autor de su largo martirio ya muchas veces secular.

Y en esta hora intensamente trágica de la historia, en esta hora en que en la vieja Europa se asesina con furia inaudita y se destruyen muchas de las más valiosas obras materiales acumuladas por el esfuerzo de las generaciones pretéritas, y se subvierten los principios éticos más elementales; en esta hora en que la ruina y la desolación amenazan invadirlo todo, es preciso que se oiga un grito salvador cuyo eco atraviese los mares y se repita de montaña en montaña. Ese grito no lo puede lanzar la Europa torturada, ni quizás tampoco los Estados Unidos porque lo apagarían las voces imperativas de los financieros; tiene que brotar de gargantas americanas, de nuestra América, de "la América Nuestra -como dijo Darío- que tenía poetas desde los viejos tiempos de Netzhualcóyotl". Es preciso decir una y mil veces que lo que importa es el hombre, que lo que importa es conservar sus valores auténticos y lograr su superación. El ideal supremo estriba en que del hombre nazca el superhombre. La ciencia y el arte deben aspirar a esa ilimitada finalidad.

Al hablar del hombre pensamos en plural y no nos referimos al hombre económico, metafísico o biológico, porque ésas son meras abstracciones; nos referimos al hombre en todos sus variados aspectos y contenido múltiple, al hombre en su total integridad. Y al bienestar, a la felicidad y a los destinos superiores de ese ser complexo y contradictorio precisa subordinar toda actividad creadora: la estructuración económica, los sistemas políticos y sociales, la investigación científica y la obra de arte. Hay que buscar en un nuevo humanismo los materiales para construir el mundo del mañana.

Finalmente, es preciso que los iberoamericanos nos preparemos para el futuro inmediato en cuanto la guerra termine. Si Alemania triunfa intentará la germanización de nuestra América, y cosa semejante sucederá si obtienen la victoria otras potencias. Nosotros debemos defendernos, debemos defender nuestra tradición cultural en lo que tiene de valioso, debemos vaciarnos en moldes propios, sin que por supuesto, nos neguemos a aceptar corrientes ideológicas de fuera, cuando ellas se adapten a nuestra realidad y sean ventajosas para nuestro desenvolvimiento. Tengamos conciencia de nuestras analogías históricas, de las semejanzas en varios de nuestros problemas; tengamos conciencia de nuestra personalidad como naciones que tienen características privativas, porque unidos los de Iberoamérica en un propósito común, con la eficaz cooperación intelectual de los españoles ilustres que han encontrado asilo en nuestras patrias después del desastre de la República, nos será posible actualizar el sueño de Bolívar e influir por vez primera en forma decisiva en el drama de la historia universal.


Tribus urbanas: rostros de la diversidad juvenil
Aurora Zavala Caudillo?

La juventud ha sido estudiada desde diversos marcos conceptuales. Uno de éstos son las tribus urbanas, las cuales pro-porcionan herramientas metodológicas que permiten acceder al conocimiento de nuevos rostros sociales. Sin embargo, la estigmatización y desconocimiento de estas agrupaciones han dado lugar a la perversión y desconcierto respecto de las formas actuales de agregación social juvenil.

Al hablar de tribus urbanas se debe hacer referencia a la juventud, definida desde la antropología como una construcción sociocultural que se encuentra condicionada por un tiempo y un espacio determinados. Así, cada sociedad precisa las formas mediante las cuales se define qué es ser joven; de ahí que los jóvenes no sean homogéneos sino complejos e inmersos en un sinfín de realidades.

Las formas con que se define lo que es ser joven implican no sólo procesos biológicos sino también procesos sociales y culturales, en cuya creación y circulación cultural participan los muchachos. En ello destaca la influencia de las normas, com-portamientos, derechos y obligaciones, ritos de paso, valores, atributos asignados y apropiados por el joven, los cuales se rela-cionan con la moda, el lenguaje, la música, e integran estilos propios que definen la identidad juvenil a partir de una serie de estructuras, distinguiendo a la juventud de otras generaciones.

En estas nuevas formas de reunión, los muchachos crean y recrean estilos propios de presentarse ante los otros, buscando el acercamiento y la fundación de nuevas colectividades, tales como las llamadas tribus urbanas. Entre éstas destacan los punks, darketos, raztecas, eskatos, cholos, emos y rockeros. Se trata de agrupaciones que se caracterizan por una comunidad emocional, cimentada en la comunión de emociones intensas, a veces efímeras y en ocasiones sujetas a la moda, pero siempre dotadas de un estilo agregativo.

Las tribus urbanas se consideran un emblema, pues posibilitan la visibilidad y espectacularidad de los jóvenes; al delimitar la distinción entre una generación y otra, reflejan el desencanto y el declive de las instituciones, la falta de empleo y expectativas para el futuro.

Asimismo, estos grupos carecen de bases territoriales estables: el territorio constituye un espacio culturalmente construido, lo cual implica que es valorado y apropiado de manera simbólica por las diferentes tribus, originando con ello una serie de rela-ciones de poder y negociaciones de uso y adquisición del territorio de acuerdo con los significados de los lugares.

Las rutas de ocio que establecen las tribus urbanas se articulan en torno a locales de diversión y consumo. Los espacios vi-vidos por estas tribus se hacen significativos merced a ciertos momentos y tiempos en los cuales se disfruta e instituye el vínculo social con el otro. Los conflictos que llega a haber entre los distintos grupos son más de carácter episódico que endémicos; se originan en las diferencias de estilo y espacios de pertenencia.

El objetivo de las tribus consiste en la creación y recreación de estilos personalizados, los cuales son la expresión simbólica de cada agrupación; a partir de la conjugación de varios elementos materiales e inmateriales, los jóvenes expresan su identidad como grupo. No hay que confundir el estilo con la moda o un atuendo específico: para la tribu urbana el estilo representa su identidad, la resignificación de ciertos elementos que permiten la emergencia de nuevos códigos en el lenguaje, en la música, la estética y en determinadas actividades, constituyendo su emblema.

El lenguaje es la forma simbólica fundamental de lo humano; posibilita la articulación y relación del pensamiento. Por lo que toca a las tribus, éstas se expresan mediante un argot, el uso de metáforas y la entonación, lo cual posibilita su re-presentación característica.

Desde luego, el lenguaje se encuentra vinculado con la música: ambos son un emblema que marca la identidad. Entre los ritmos más favorecidos por los jóvenes se encuentran la música gótica, el reggae, el techno, el rock urbano, el rock and roll, el pop, entre otros. La producción musical permite manifestar estados de ánimo y refleja el sentir de los muchachos.

La estética se refiere al reconocimiento de cada tribu, a la autenticidad y originalidad del atuendo, el peinado, así como las marcas que distinguen a los jóvenes de los adultos. En este sentido, algunos de los aspectos estéticos juveniles más representativos son los tatuajes, el vestuario -caracterizado por las prendas tumbadas, entubadas, de mezclilla, las bermudas, la manta, la piel-, estilo andrógino, el maquillaje, el color negro y el morado y los piercings.

Las actividades se exhiben en determinados momentos; por lo general implican cierto grado de participación de los miembros de las tribus, la cual varía dependiendo del evento. Puede tratarse de actividades de ocio, tales como la asistencia a locales, bares, antros, pulquerías, o bien aquellas que implican la realización de alguna hazaña que permita al joven pasar de un estatus a otro, obteniendo con ello determinada posición dentro de la tribu urbana.

La creación y producción de estilos de las tribus urbanas emergen de varios elementos que se toman tanto del pasado como del presente; no son estilos estáticos sino dinámicos, de acuerdo con el tiempo y el espacio en que se ubiquen las agrupaciones. El aspecto cohesivo de las tribus urbanas reside en los sentimientos, valores, lugares e ideales comunes, los cuales están a su vez completamente contenidos, localizados, y se encuentran bajo diversas y numerosas experiencias sociales.

Los jóvenes pertenecientes a una tribu urbana no cuentan con un proyecto de vida orientado hacia el futuro; se identifican por la necesidad de estar juntos, de crear nuevas formas de socialización a partir de los afectos que construyen vínculos elementales entre ellos. Tales vínculos se convierten a su vez en lealtades, en ayuda mutua, en procesos de construcción de identidad. Por ello, los afectos posibilitan hablar de nuevas modalidades de reunión en que el grupo, el estilo, la música, la estética y el lenguaje conforman las diversas maneras de habitar ese otro lugar y de vivir de los jóvenes.


El Debate Universitario sobre la Reforma Energética II

El Debate Universitario sobre la Reforma Energética, realizado del 23 al 27 de junio, abordó diversas temáticas. A continuación se presenta la segunda entrega, que ofrece una panorámica general del encuentro.

ENERGÍAS ALTERNAS…

Las mesas 6, 7 y 8 (Fuentes alternas de energía I, II y III) discutieron aspectos relacionados con las energías alternas. Gerardo Hiriart Le Bert, especialista del Instituto de Ingeniería de la UNAM, explicó, durante su participación en la mesa 6, que la "UNAM debería intensificar y coordinar acciones interdisciplinarias para desarrollar tanto nuevas técnicas en la generación de geotermia, así como investigación científica coordinada entre varias de las áreas para ayudar a la exploración y explotación de algo que es un poco similar al petróleo".

"La función que tenemos en la Universidad es crear conocimiento y acercarnos a la industria, y eso no se puede hacer bajo el mismo techo de la Universidad. Tiene que ser una organización un poco más independiente, pero que funcione con criterios más de desarrollo industrial que de investigación científica".

Por su parte, Aarón Sánchez Juárez, secretario de Gestión Tecnológica y Vinculación del Centro de Investigación en Energía, expresó en la mesa 7 que "la disminución de los recursos petroleros y la necesidad de contribuir a la reducción de contaminantes, obligan a este sector a impulsar agresivas acciones de diversificación energética para garantizar la sustentabilidad futura".

Para Sánchez Juárez, México "no debe colocar todas las medidas en una canasta, sino considerar la tecnología fotovoltaica como alternativa, porque el recurso solar es aceptable para acciones en el ámbito de la generación energética".

En la mesa 8, Roberto Best y Brown, jefe del Departamento de Sistemas Energéticos del CIE, destacó: "En la reforma energética presentada no se incluye una propuesta de apoyo a energías renovables. Éstas tienen una serie de ventajas que deberían valorarse y que obviamente no se están tomando en cuenta; si no, se estarían aplicando en mayor cantidad".

"Hay una reducción en los riesgos de la volatilidad de los precios de los hidrocarburos por el uso de renovables: contribuyen a la seguridad energética, mitigan el cambio climático, reducen los impactos locales en el medio ambiente y la salud y, algo muy im-portante, promueven el desarrollo regional y también crean empleo".

POLÍTICA INTERNACIONAL…

Las relaciones y políticas internacionales se analizaron en la mesa 3 (Experiencias internacionales en la construcción de capa-cidades energéticas y desarrollo nacional) y la mesa 9 (La energía, la geopolítica y la globalización). Manuel Becerra Ramírez, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, explicó en la mesa 3 que los yacimientos transfronterizos son "un con-cepto que se utiliza en general en lo que se refiere a los recursos naturales que se encuentran en las fronteras, y no solamente en las fronteras, sino que tienen una movilidad que de alguna manera toca a los diferentes países".

"No sabemos a ciencia cierta, no hay información por parte del gobierno mexicano, que nos diga hasta dónde se ha llegado, hasta dónde se ha llevado este régimen de cooperación provisional. El que el sistema de propiedad que tienen los estadounidenses sea completamente diferente del mexicano -esto deriva de la Constitución mexicana y cómo se van a congeniar- representa un gran problema".

En su oportunidad -mesa 9-, Víctor Flores Olea, miembro del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), asentó que el análisis de la reforma energética es un reflejo del "significado geopolítico y estratégico, particularmente en un mundo globalizado como el actual". Consideró que la iniciativa obedece principalmente a intereses estadounidenses: "la propuesta, más allá de las imposibilidades jurídicas y violatorias del orden constitucional, fortalece la tendencia que pone en manos privadas la paraestatal".

De acuerdo con Flores Olea, esta reforma "es una contrarreforma constitucional: niega los valores, la dirección, la sustancia, la intención esencial de la Constitución en materia petrolera, y desde luego, niega esencialmente el sentido de lo que fue la expropiación petrolera en 1938".

SISTEMAS DE TOMA DE DECISIONES…

En la mesa 23 (Posibles fuentes públicas y privadas de inversión en la industria petrolera. Características y límites), Noé Pérez Bello, docente de la FCPyS, advirtió que la situación energética es crítica, "los ajustes a la principal empresa energética que tenemos, son impostergables y su reforma puede tener viabilidad si consideramos como un efecto fundamental la necesaria cooperación que debe existir del Estado y el mercado como agentes económicos que reactiven la inversión en la industria petrolera".

"La administración y gestión del petróleo es asunto público, no privado; por ende, el Estado debe cuidar el esquema de contratos, concesiones, franquicias y servicios para evitar ventajas privadas sobre intereses públicos, así como el esquema de coparticipación, de corresponsabilidad, cooperación y coordinación para abrir, estimular y fortalecer el mercado petrolero sin renunciar a la administración y propiedad del petróleo por cuanto representante de la nación mexicana".

POLÍTICO Y SOCIAL…

Las mesas 21 y 22 (Consecuencias políticas, jurídicas y sociales de la reforma petrolera) pueden ubicarse en dos categorías: aspectos técnicos, políticos, jurídicos y financieros, e impacto social. En la primera, Arnaldo Córdova, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales, señaló que aquello que debería estarse discutiendo "no es un conjunto de iniciativas que están muy lejos de resolver lo que prometen, la modernización de la industria petrolera, sino una auténtica reforma fiscal que sigue ausente y que, como se ha hecho notar reiteradamente, debió haberse planteado hace muchos años".

"PEMEX, se ha dicho hasta la saciedad, debería financiar su gasto con sus propios recursos, los cuales alcanzarían para sanear sus agotadas finanzas, construir las refinerías y los ductos que nos hacen falta, dar mantenimiento a sus instalaciones y remodelar y restaurar las que han envejecido".

Para Córdova, de aceptarse esa reforma, "lo que tendremos será un aplazamiento sine die de la reforma fiscal, y el Estado seguirá financiándose de los magros recursos que obtiene de los causantes cautivos y de la riqueza petrolera, en vías de extinción. Ése es su verdadero propósito: cambiar para que todo siga igual".

"De aprobarse las iniciativas, como mucho se ha insistido en los diferentes debates en proceso, el área estratégica del petróleo, la industria nacional petrolera y la misma propiedad de la nación de ese recurso desaparecerán casi por completo y se verán reducidas todas a la simple provisión de petróleo crudo al capital privado".

Durante su intervención en la mesa 21, Raúl Carrancá y Rivas, profesor de la Facultad de Derecho, destacó que "el obstáculo de la reforma energética es de carácter jurídico y constitucional, aunque se 'alegue' que se pretende salvar y apoyar en forma financiera a Petróleos Mexicanos".

Carrancá y Rivas resaltó que "se ha discutido sobre la imperiosa necesidad de ayudar a la paraestatal por el bien de México, pero el asunto es que no pueden tener cabida contratos y concesiones, porque el artículo 27 constitucional, en el párrafo sexto, precisa de manera categórica y terminante esta prohibición".

AFINIDAD DE VISIONES EN EL DEBATE UNIVERSITARIO

La expresión y confrontación de ideas en torno a la reforma energética, formuladas por más de noventa especialistas en el Debate Universitario -además de las ponencias libres-, dieron muestra de las inquietudes que existen alrededor de la propuesta del Ejecutivo y de la imperiosa necesidad de considerar todas las posturas.

En su mayoría, los ponentes coincidieron en que la constitucionalidad de las iniciativas no está debidamente resuelta y que el tema de la reforma se ha reducido a la parte industrial, dejando de lado aspectos de vital importancia.

Se ha acordado que existe un debilitamiento de las instituciones públicas, así como un descrédito de las políticas instru-mentadas. Además, se tienen dudas en cuanto a la participación de empresas privadas, nacionales o extranjeras, por los intereses que pudieran involucrar.

Se estima que la reforma "abre las puertas para que las trasnacionales tengan injerencia directa en el manejo de la política petrolera del país, en la producción y en los campos petrolíferos", al tiempo que los inversionistas se beneficiarían con creces del recurso.

Asimismo, las opiniones convergen en que la ineficacia operativa de Petróleos Mexicanos (PEMEX) es consecuencia de la política implementada en relación con la paraestatal, y no de la escasez de recursos o potencial. Plantean que la misma empresa cuenta con los recursos para solventar el problema que vive actualmente, por lo que no se requiere inversión privada. En la misma línea, un cambio estratégico en el manejo de PEMEX permitiría remontar la crisis actual y garantizar el abasto energético del país.

Es falso que PEMEX carezca de recursos. El manejo de la paraestatal, las políticas implementadas y la intervención y control de la Secretaría de Hacienda son las principales causas de la quiebra técnica que enfrenta Petróleos Mexicanos.

Los expertos coinciden en que la industria petroquímica es uno de los pilares de la economía mexicana, y que "la identidad nacional tiene en la riqueza petrolera un elemento simbólico central; por eso se defiende con tanto ahínco que este bien público no se privatice". Poner el petróleo en manos privadas, podría poner en riesgo la estabilidad del país.

Se ha establecido la necesidad de diversificar las fuentes de energía, estimular la producción de combustibles alternativos, conservar el recurso y cuidar el medio ambiente. Además, es preciso garantizar la seguridad energética de México.

EL DEBATE UNIVERSITARIO AL SENADO

El 17 de julio pasado, José Narro Robles, rector de la Universidad, entregó al Senado de la República el resultado del Debate Universitario. Ante el presidente de la Junta de Coordinación Política, Manlio Fabio Beltrones, Narro Robles afirmó que se requiere una reforma energética, pero no a cualquier precio; "no a costa de la división de los mexicanos ni a cuenta de una batalla donde haya ganadores efímeros y derrotados persistentes. Reforma sí, pero para beneficiar a la mayoría, no en beneficio de unos cuantos".

El rector señaló que si bien urge aprobar la reforma energética, también es indispensable restaurar el "valor de la política y llegar a acuerdos que pongan por delante el interés del país y no el de una de sus partes".

Ante los legisladores, indicó que "es tiempo de atreverse a construir un mejor futuro con consensos; ustedes tienen la posi-bilidad de lograrlo". Sin embargo, solicitó que se dedicara el tiempo necesario para ello. "Los resultados del debate servirán para llegar a los acuerdos necesarios en esta materia fundamental para el desarrollo económico del país". Al recibir las conclusiones del debate, Fabio Beltrones "reconoció la valía del documento entregado por el rector, y adelantó que los resultados se incorporarán al proceso de discusión de la reforma energética".


Cuadernos Americanos
Adalberto Santana

Cuadernos Americanos es una revista mexicana de alcance internacional dedicada a la reflexión y debate sobre temas y problemas de América Latina. Lleva sesenta y cinco años de publicación ininterrumpida y puntual en sus dos épocas: la primera, iniciada en 1942 y en la que se publicaron alrededor de 260 números, y ésta, la nueva época, que comenzó en 1987 y en la que han visto la luz 125 números.

RECUENTO HISTÓRICO

Cuadernos Americanos fue fundada en 1942 por un grupo de prominentes intelectuales mexicanos y españoles del transtierro; su primer director fue el economista Jesús Silva Herzog. Sin embargo, su historia se remonta más allá de esa fecha y no se puede hablar de su origen sin mencionar otra revista que la inspiró y a cuyo espíritu daría continuidad: España Peregrina, órgano de difusión de la Junta de Cultura Española en el exilio, que debido a cuestiones económicas sólo publicó nueve números. Por tal razón, miembros de la Junta española como Juan Larrea, León Felipe, Agustín Millares Carlo y Eugenio Ímaz, acudieron a solicitar ayuda a Silva Herzog, entonces funcionario de la Secretaría de Hacienda, y en las entrevistas surgió un proyecto más ambicioso.

Así, el primer número de Cuadernos Americanos comenzó a circular a principios de 1942, con una periodicidad bimestral. Eran momentos en los cuales arreciaba la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos alentaba el panamericanismo para la región. En México comenzaba a consolidarse la expropiación petrolera y los refugiados de la República española dejaban sentir su influencia cultural en los medios intelectuales latinoamericanos.

Don Jesús Silva Herzog propuso la idea de llevar adelante el proyecto como una especie de foro en tiempos convulsionados y teniendo al centro de sus ideas la lucha "contra las dictaduras castrenses, vergüenza y oprobio de la América Latina", las cuales contaban con el "apoyo diplomático y la ayuda económica y militar de la gran democracia norteamericana". Junto a esos principios, declaraba su director fundador en 1957: "otra de las metas perseguidas desde un principio por la revista es la aproximación cultural de nuestros pueblos, dando a conocer su historia, sus problemas y a sus hombres de mayor estatura moral e intelectual".

El poeta Juan Larrea, secretario de redacción, señaló que en esos momentos, frente al naufragio moral de la civilización europea, urgía un nuevo paradigma fuera de Europa y que planteara un "sistema humano más humano y perfecto". Esto convertía a Cuadernos Americanos en un proyecto progresista, tolerante y democrático, planteado desde la óptica de nuestra América. El nombre del proyecto fue propuesto por Alfonso Reyes, para quien la revista era un medio para "la cooperación de un puñado de hombres de buena voluntad", en el cual no se pretendía "llevar la voz", y agregaba: "Sólo deseamos fijar un sitio en que se congreguen las voces dispersas".

La nueva publicación comenzó contando con el respaldo de la institución cultural más reconocida de la época: la Universidad Nacional de México. Y se sumaban a esa iniciativa la Junta de Cultura Española, el Fondo de Cultura Económica y El Colegio de México.

Desde sus orígenes, Cuadernos Americanos se planteó como una revista multidisciplinaria que no estaba dedicada exclusivamente a determinadas materias, ni tampoco se agotaba en el análisis de coyuntura. El horizonte de la revista ha sido siempre más amplio: pensar y estudiar América Latina como un todo, reflexionando generosamente sobre los variados temas que componen el amplio espectro de la cultura latinoamericana. De allí que no esté dedicada exclusivamente a un público especializado o erudito, sino al lector culto que se interese en la región.

Por su número de páginas, Cuader-nos ha sido considerada desde su origen como una revista-libro, formato que conserva hasta nuestros días; cada volumen incluye aproximadamente de 15 a 20 artículos y un promedio de 240 páginas. Cada número es un volumen coleccionable y no una publicación desechable. Hoy en día la colección tiene gran valor en el mundo de los coleccionistas y en los acervos de las bibliotecas en el mundo.

En la primera época, la revista se componía de cuatro secciones fijas, cuyos títulos mostraron la preocupación por recuperar el pasado, por comprender el presente y por dar a conocer la producción literaria de nuestra región: "Nuestro tiempo", "Aventura del pensamiento", "Presencia del pasado" y "Dimensión imaginaria".

Es importante destacar que desde su primera época Cuadernos Americanos se desempeñó también como una editorial del mismo nombre, y que publicó numerosas obras, entre ellas la primera edición de El laberinto de la soledad (1950), de Octavio Paz, y América como conciencia (1953), de Leopoldo Zea.

NUEVA ÉPOCA

La nueva época de Cuadernos Ame-ricanos inició en 1987, después del fallecimiento de Jesús Silva Herzog en 1985. Tras un periodo de transición, y conforme a la voluntad del maestro, la publicación se encomendó a la Universidad Nacional Autónoma de México. El rector Jorge Carpizo nombró como su director al filósofo Leopoldo Zea, quien ocupó ese cargo hasta su muerte, en 2004. En la actualidad, el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (antes Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos) es responsable de su publicación.

En su nueva época, Cuadernos retomó el ideario latinoamericanista que se encontraba en su origen y en el de la propia UNAM. En cuanto al formato, éste se adaptó a los nuevos tiempos: se suprimieron las secciones fijas sugeridas por Juan Larrea y, con el objeto de darle mayor dinamismo, se organizaron secciones temáticas variables; el diseño de la portada se remozó, conservando el referente inicial de las olas marinas; se renovó la composición de los comités y consejos que la integran, reorganizando sus contenidos y adecuándolos a las circunstancias del momento. La periodicidad bimestral se mantuvo hasta el número 114, de 2005; a partir de esta fecha se volvió trimestral.

A la par de la publicación de la revista, en la nueva época se continuó con la edición de otros materiales bibliográficos, de tal suerte que el maestro Zea, fiel a su vocación editorial y de difusión de los estudios latinoamericanos, formó la colección Cua-dernos de Cuadernos, con títulos que recogen temas y estudios de la realidad económica, política y cultural latinoamericana, pero también de creación y ensayo artístico.

En cuanto al perfil de los lectores de Cuadernos Americanos, buen número de los suscriptores de la revista son bibliotecas y centros universitarios mexicanos y del extranjero, lo cual se transforma en una ventaja, pues multiplica al infinito el número de destinatarios: estudiantes, profesores universitarios, investigadores, etcétera, sin descartar al público común, interesado en diversas áreas de la cultura latinoamericana. De esta manera, Cuadernos Americanos llega por suscripción a Estados Unidos, Canadá, Europa, América Latina, así como a países aparentemente alejados de la cultura latinoamericana, como Japón, China, Corea, Taiwán, India y Sudáfrica.

Cuadernos Americanos enfrenta los problemas de distribución comunes al resto de las revistas culturales: las librerías sólo aceptan en sus aparadores los números más recientes.

RETOS DE CUADERNOS AMERICANOS PARA EL SIGLO XXI

El contexto histórico de principios del siglo XXI, marcado por la globalización de la economía, condiciona, a nuestro juicio, el quehacer editorial, en particular la labor de las revistas de la región que se identifican con una visión y un compromiso lati-noamericanista. Para Cuadernos Americanos en su nueva época, el debate se visualizó como algo que debía ser enriquecido y no clausurado frente a la pretensión del fin de la historia.

Así, preocupaciones como "la identidad cultural, cobran nueva vida en el marco de una nueva época. Problemas como el de las relaciones interétnicas, integración, identidad, pobreza y marginalidad, tiempos y destiempos, encuentros y desencuentros de culturas, alteridad e igualdad en la diferencia, a los que muchos consideraban peculiares de nuestro continente, comenzaron a adquirir dimensiones planetarias".

Por otro lado, el auge y la crisis del libre mercado emergen como una provocación que obliga a soluciones novedosas. En este contexto, las publicaciones culturales periódicas hacen frente a la disyuntiva de figurar como una mercancía más en la sociedad de consumo, como un objeto de la esfera de la producción intelectual, cuyo valor agregado también ostenta la crítica de la realidad con un sentido y una proyección mucho más profunda, mientras que otras publicaciones quedan en el discurso de los éxitos de ventas (best sellers).

Otro elemento que hoy en día determina una nueva configuración, tanto para el editor y el autor como para el lector de re-vistas culturales, es el reto que representa la nueva tecnología que revoluciona hábitos, tradiciones e imaginarios de la escritura y la lectura.

La conexión virtual es un nuevo desafío para el proyecto cultural latinoamericano. En el caso de Cuadernos Americanos, se plantea la necesidad de afrontarlo con imaginación creadora, considerando que el mercado nos presenta nuevos problemas. Nuestra revista no es una publicación masiva; dirigida a un segmento muy específico de la intelectualidad latinoamericana y mundial interesado en los temas y estudios de la región.

En ese sentido, las revistas culturales latinoamericanas de nuestros días se enfrentan a la disyuntiva de toda empresa editorial que asume "una apuesta no estrictamente monetaria sino cultural, la empresa vista como cultura y no la cultura vista como empresa".

Para concluir, sólo quisiéramos hacer hincapié en la necesidad de avanzar en una mínima integración de este tipo de pu-blicaciones con temáticas latinoamericanas o, si se prefiere, de contenidos abiertamente latinoamericanistas, para no agotarse en el provincianismo. Visualizar desde nuestra América los procesos que a escala planetaria se van desarrollando. Reflexionar sobre ellos y hacer propuestas que recojan el sentir de nuestra identidad y cultura.


Libros y Autores

Los contornos del alma, los límites del cuerpo: género, corporalidad y subjetivación
Nattie Golubov

Como señala Rodrigo Parrini en su introducción a la antología Los contornos del alma y los límites del cuerpo, la subjetividad y la corporalidad deben entenderse no como elementos "positivos" de los sujetos ni como cimientos necesarios para ubicarse y actuar en el mundo, sino como procesos que abarcan toda una vida. Y, en tanto que procesos, necesariamente estamos obligados a entenderlos dentro de las coordenadas espacio-temporales que orientan y estructuran la cotidianidad y la experiencia en momentos históricos específicos, en contextos sociales particulares y configuraciones culturales precisas. Y éstos son procesos vividos con dolor y felicidad por las personas, obedeciendo a las exigencias de su entorno y a las que se asumen como propias, aunque escapando de ellas también, de maneras sorprendentes, con imaginación y creatividad. El libro ofrece una mirada a una amplia gama de configuraciones subjetivas de varias épocas históricas, desde las locas de los siglos XVI y XVII hasta los placeres del marqués de Sade, los paseos londinenses en la década de los años veinte, un transexual mexicano de nuestros días, una madre boxeadora y un adolescente adicto. Y lo hace mediante dos tipos de textos: artículos teóricos y analíticos e historias de vida, los cuales se compilan de modo separado en dos secciones: "Los contornos y los límites" y "Las almas y los cuerpos", respectivamente.

Esto permite mostrar un proceso fascinante: cómo las personas negocian sus circunstancias, sobre todo aquellas que no pueden cambiar porque son sistémicas, aunque al mismo tiempo la subjetividad es líquida y escurridiza, se asoma por lugares inesperados, tomando formas insospechadas y con frecuencia contradictorias, soluciones siempre parciales a dilemas y encrucijadas imprevistas.

¿Qué espacios son apropiados para las mujeres y cómo consiguen adueñarse de aquellos que las rechazan? ¿Cómo se construye un hogar en el barrio de Santo Domingo, con cartón y lámina? ¿Cómo circulan las personas en los espacios públicos, en las calles? ¿Cómo se camina en casa? ¿Cómo se transforman los hombres a sí mismos en otro tipo de hombre? ¿Cómo se ajustan los comportamientos a los diferentes espacios que se habitan?

Se disfruta la lectura de esta antología porque es un compendio, un bestiario, digamos, de muchas vidas desajustadas. Y no es que los autores hayan elegido deliberadamente a personas que convendríamos en considerar excéntricas, sino que, sobre todo en las historias de vida, casi ninguna vida sigue una trayectoria que pueda identificarse como convencional o predecible. Más bien, las personas que emergen de estos artículos son seductoras por su particularidad y admirables por su habilidad para narrar su biografía y sortear todo tipo de obstáculos a fin de vivir de la mejor manera posible en circunstancias adversas. Tenemos la historia de la boxeadora profesional Gloria Ríos; de la familia que en el transcurso de varias décadas ha logrado construir una casa pieza por pieza; de Diego, de dieciocho años de edad, que imagina la posibilidad de obtener una existencia mejor a pesar de estar enganchado en las drogas; de Gris, una transexual que trabaja como empleada doméstica durante la semana, y es compañera de caballeros los fines de semana, o los consumidores torcidos y tullidos en el ensayo de Virginia Woolf.

Cabría preguntarse si hay vidas ajustadas, o si todos, en mayor o menor grado, estamos desajustados; así, quizá deberíamos desarrollar un vocabulario teórico que no se valga de una norma para medir los grados e intensidades del desajuste, sino que vuelva la mirada sobre lo normal, que al parecer se desvanece cuando la mirada se detiene en la particularidad.

Otro tema relevante es que también cambian los emplazamientos donde radica o se coloca la identidad, o los espacios donde se encuentra la subjetividad. Ésta, o más específicamente el sujeto, es un proceso productivo además de un proceso de sometimiento. En este sentido, es interesante ver cómo los sujetos generan sentido y explican sus vidas y el mundo que los rodea, y cómo es que la interpretación teórica de estos narradores que relatan lo propio permite ver las contradicciones ideológicas y culturales que desarticulan todo intento por establecer una subjetividad singular, estable y fija. La antología constituye un recordatorio de que el individuo y el sujeto no son fácilmente asimilables. Los valores y esperanzas son cambiantes, la gestualidad se interpreta de diferente manera de acuerdo con el espacio o la parcialidad de la mirada, los espacios cerrados se abren y los abiertos se cierran, lo visible y lo invisible van cambiando conforme a lo que se puede y quiere ver y a lo que permanece más allá de nuestras formas de atención. ¿Quién o qué es ese yo que cuenta una historia? ¿Quiénes son los otros con relación a los que se constituyen estos sujetos? ¿Qué discursos, o trozos de discursos, moldean la subjetividad y la manera como las personas comprenden y narran sus vidas?

Rodrigo Parrini (coord.), Los contornos del alma, los límites del cuerpo: género, corporalidad y subjetivación, México, Programa Universitario de Estudios de Género, Universidad Nacional Autónoma de México, 2007, 288 pp.


Tendencia juvenil
ACTIVIDADES RECREATIVAS DE LOS JÓVENES

El desarrollo académico, creativo y social de los jóvenes está estrechamente ligado con las actividades recreativas que realizan, las cuales pueden favorecer el aprendizaje y el crecimiento del individuo.

La televisión, los videojuegos, el celular, el Internet y los equipos tecnológicos se han situado, desde hace unos años, entre los pasatiempos predilectos de los adolescentes. A éstos se suman, de las reuniones con los amigos, la asistencia al cine, a discotecas y bares, a centros comerciales y, en menor medida, a parques o espacios que permitan la práctica de algún deporte, sobre todo de alguno extremo.

La necesidad de compartir y expresar lo que piensan, sienten, padecen y les interesa, ha propiciado que los jóvenes busquen nuevos canales de comunicación, siendo los celulares y la red las vías más utilizadas para tales fines.

En 2006, Google reportó que de los contenidos buscados en ese año, "siete de diez fueron portales de redes sociales de di-ferentes partes del mundo". Las comunidades virtuales, los diarios personales (blogs) y las bases de información enciclopédica, se cuentan entre las herramientas más empleadas.

El centro de investigación Pew Internet & American Life Project reveló, en un informe sobre las redes sociales en línea, que en los últimos cinco años "estos espacios han crecido en una forma exponencial, llamando la atención de padres de familia, escuelas, gobiernos y empresas".

Más de 300 espacios de red social se han abierto en los últimos dos años. De éstos, MySpace concentra el mayor número de usuarios registrados -más de 130 millones-; Hi5 ocupa el segundo sitio, con 50 millones, seguido de Xenga, con 40 millones, y Friendster, con 30.

En México, "las principales necesidades de los jóvenes son el sentido de pertenencia a una comunidad, la autoexpresión y personalización en la música, Internet y los dispositivos móviles". La Asociación Mexicana de Internet informó que 45% de los jóvenes entre 12 y 24 años tienen acceso a la red, 90% de los cuales habitan en zonas urbanas. "El envío y recepción de correos, mensajes instantáneos y chateo, seguido de descargas de música, noticias y software", son de las principales actividades de los cibernautas mexicanos.

En cuanto al resto de las actividades recreativas, el Instituto Mexicano de la Juventud (INJUVE), a través de la Encuesta Nacional de Juventud 2005, informó que, en su tiempo libre, los jóvenes prefieren "reunirse con sus amigos (41.1%), ir al cine (33.1%) e ir a bailar (21.7%). Después de estas actividades que las comparten ambos sexos, los hombres prefieren hacer deporte (25.5%) y salir con su pareja (19.4%), mientras que las mujeres prefieren ir al parque (24.2%) y salir de compras (19.1%)". Por tanto, la mitad de su tiempo libre lo invierten con sus amigos, una tercera parte con el novio(a) y el resto con la familia.

En cuanto a la participación social, sólo cuatro de cada diez se involucran en asociaciones o grupos deportivos, 12.4% en grupos religiosos, 11.6% en asociaciones estudiantiles y 7.4% en grupos culturales y/o artísticos.

Sobre el equipamiento cultural-tecnológico, "los hombres superan a las mujeres en todos los elementos evaluados. Ellos saben manejar más y mejor los celulares, las computadoras, calculadoras, 'maquinitas' y videojuegos, mientras que ellas saben más de celulares, computadoras, Internet y reproductores de MP3; pero sobre todo destaca el intensivo uso que tiene el teléfono celular que sobrepasa al navegar en Internet o usar una computadora".

EQUIPAMIENTO TECNOLÓGICO DE LOS JÓVENES MÉXICO, 2005

Aparatos Sabe usar No sabe usar Si tiene No tiene Sabe usar No sabe usar Si tiene No tiene
                 
Computadora 74.0 25.7 32.3 66.3 65.1 34.7 23.8 75.2
Internet 65.6 34.1 23.6 74.8 55.9 43.7 16.8 82.1
Palm (agenda electrónica) 25.8 73.6 9.2 88.8 17.2 82.4 4.0 94.4
Reproductor de MP3 64.4 35.4 42.1 56.4 55.9 43.8 37.4 61.6
Celular 82.5 17.4 59.9 38.6 77.4 22.3 53.1 46.0
Reproductor de DVD portátil 67.4 32.3 40.4 58.1 55.6 43.9 34.4 64.4
Video juegos 73.5 26.2 35.9 62.6 42.0 57.7 18.2 80.7
Maquinitas 66.4 33.2 4.0 94.4 33.7 65.9 3.4 94.9

Fuente: Injuve