Mayo de 2008
Año IV, Número 31


Editorial

El Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) desarrolló el Servicio de Prensa Mexicana (Serpremex), base de datos que tiene como finalidad sistematizar -indizar- los contenidos de los periódicos La Crónica de Hoy, Excélsior, La Jornada, Reforma y El Universal, así como las revistas Letras Libres y Nexos. Teresa Camarillo, responsable del proyecto e investigadora del IIB, explicó que "era conveniente empezar a trabajar y difundir la riqueza de la Hemeroteca, de sus acervos; pero ya no de manera retrospectiva como se había hecho, sino ofreciendo a los usuarios lo que ocurriera en el momento, de manera organizada".

Los derechos humanos "son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada". En México, la situación de los derechos humanos es poco alentadora. Continúan las violaciones a las garantías individuales, la tortura, la trata de personas, la transgresión de las garantías de indígenas y de migrantes y la violencia contra la libertad de expresión. El número ofrece el reportaje Derechos Humanos: ¿Principios inherentes y universales?

En relación con este tema, también se incluye una entrevista con Juan Antonio Cruz Parcero, especialista en filosofía del derecho. "La idea de tener un derecho humano surge en el pensamiento filosófico; nace como una reivindicación moral de los seres humanos aún antes de convertirse en una idea jurídica. Su raíz la encontramos en el discurso moral, en una demanda ético-política de las personas por el reconocimiento de sus derechos como seres humanos".

Antonio Candido es considerado "el mayor crítico literario brasileño y uno de los mayores de América Latina". Es un hombre comprometido con los acontecimientos políticos y sociales que le rodean. Humanidades y Ciencias Sociales presenta el reportaje Antonio Candido, el mayor humanista y crítico literario brasileño, el cual reseña los aportes de la obra del escritor en el estudio de la literatura latinoamericana del siglo XX, así como su trayectoria.

Se incluye además el artículo Los pueblos indígenas y los indicadores de bienestar y desarrollo, de Carlos Zolla, coordinador de investigación en el Programa Universitario México, Nación Multicultural.


Teresa Camarillo
Servicio de Prensa Mexicana (Serpremex)

El Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) desarrolló el Servicio de Prensa Mexicana (Serpremex), base de datos que tiene como finalidad sistematizar -indizar- los contenidos de los periódicos La Crónica de Hoy, Excélsior, La Jornada, Reforma y El Universal, así como las revistas Letras Libres y Nexos.

Su antecedente se remonta a 1992, con la creación del Departamento de Sistematización Hemerográfica, el cual se fundó para desarrollar el proyecto Transformación o reforma del Estado mexicano, que registra ordenadamente datos e informaciones de los diarios mencionados.

La base "da cuenta de lo que ocurre en el país en nuestros días". Esta información hemerográfica no son sólo enunciados de los contenidos informativos y de opinión, sino que a cada registro se agregan los datos específicos de los diarios y revistas, un resumen de contenido y una clasificación temática.

La información que proporciona Serpremex es de gran interés por las temáticas que trabaja. Hasta enero de 2008, la base de datos contabilizó 276,850 registros hemerográficos con resumen de contenido, accesible en Internet.

Sus líneas están relacionadas con la agenda nacional. Destacan el sistema político, la economía, relaciones Estado-Iglesias, derechos humanos, ecología, tratados de libre comercio, educación, cuestiones laborales, entre otras.

Éste es un esfuerzo que realiza el Instituto para que la información no quede oculta en los espacios hemerográficos y para preservar el material periodístico que diariamente llega a la Hemeroteca Nacional. Entre los resultados de Serpremex se encuentran la edición electrónica de un CD con más de 98,000 registros; la publicación de los libros: Hemerografía del movimiento estudiantil universitario 1999-2000, editado en 2005, y Memoria periodística de la elección presidencial de 2006. El año pasado, la base de Servicio de Prensa Mexicana fue consultada en red de Internet por 85,000 usuarios.

Humanidades y Ciencias Sociales conversó con la responsable del proyecto, Teresa Camarillo, quien es investigadora del IIB y catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

¿Cómo nació Serpremex?
-Surgió en 1992, durante la gestión del doctor José Moreno de Alba al frente del Instituto de Investigaciones Bibliográficas. Él revisó todo lo que se hacía aquí y le pareció interesante uno de mis textos, en el que participaban técnicos académicos. Ése fue sobre la memoria periodística del terremoto de 1985. Después me propuso que preparara un proyecto similar, donde igualmente colaboraran los técnicos académicos.

Presenté algunos proyectos, entre ellos Transformación o reforma del Estado mexicano. El entonces director y yo hablamos acerca de la riqueza tan grande con la que contamos en la Hemeroteca Nacional, de la variedad de periódicos y revistas, de la importancia de sus contenidos. Esta idea nació porque consideré que México estaba cambiando, que después de los gobiernos de la Revolución Mexicana -con todo lo que ello implica- se dio un viraje hacia lo que ahora conocemos como neoliberalismo. Había un cambio y era conveniente empezar a trabajar y difundir la riqueza de la Hemeroteca, de sus acervos; pero ya no de manera retrospectiva como se había hecho, sino ofreciendo a los usuarios lo que ocurriera en el momento, de manera organizada. Esto permitiría cumplir con los objetivos fundamentales de la institución: la conservación y la difusión de sus acervos, incluidos los contemporáneos, que por cierto son los más solicitados.

La mejor manera de realizar la tarea era de forma estructurada, para que las publicaciones no fueran manipuladas indiscriminadamente y para que el usuario fuera directamente al tema de su interés. Así es como se presentó este proyecto. Desde entonces se convirtió en un proyecto de duración indefinida, prácticamente permanente.

A él se integraron colaboradores de muchas disciplinas -historia, derecho, sociología y comunicación. El pasado 22 de abril cumplimos dieciséis años de estar en esta labor.
El grupo de trabajo tomó cursos sobre cuestiones bibliotecológicas, para cumplir con los requisitos de la presentación hemerográfica; de géneros periodísticos, para unificar criterios acerca de los textos por resumir, y de cómputo, que era, para la mayoría, una tecnología no usada en ese momento. Pues entonces se vio que ya no podíamos quedarnos con el papel y el lápiz, que debíamos recurrir a los nuevos recursos de comunicación.

¿Cuáles son los objetivos de esta base?
-Preservar los acervos del instituto y ofrecer el mejor servicio a los usuarios. Sabemos que el papel es muy frágil, que su manipulación constante lo deshace y que el lector muchas veces se fastidia de buscar un dato hasta tres horas, columna tras columna, y abandona la búsqueda. Si nosotros le damos la información organizada sobre el tema que desea, gastará menos tiempo, manipulará menos el periódico y, tal vez con la propia síntesis, quedará satisfecho. Nuestro trabajo es de síntesis hemerográfica.

¿Imitaron otra base o fue iniciativa de ustedes? ¿Alguna otra institución realiza este tipo de trabajo en el país?
-Me formé con el doctor Stanley R. Ross en cuestiones hemerográficas. Ross es el autor de la obra máxima que hay sobre hemerografía: las Fuentes de la historia contemporánea. Periódicos y revistas, tomos I y II, iniciada en los años cincuenta. Este trabajo comenzó en El Colegio de México; yo entonces era ayudante de investigador.

Así que no es una idea original; el plus que tiene Serpremex es la actualidad. Tomé más o menos el esquema del doctor Ross y cambié algunas cosas. Con la creación del Instituto de Investigaciones Bibliográficas en 1968, iniciamos aquí la investigación hemerográfica. Ernesto de la Torre -primer director del IIB- y Stanley Ross continuaron con las Fuentes de la historia contemporánea de México. Periódicos y revistas, y se editaron los tomos III, IV y V.

En Serpremex cambiamos la clasificación de contenidos. Con el doctor Ross se ordenaban por cartas, memorias, historia, biografía, reseña, análisis y narración; ahora lo hacemos por géneros periodísticos: noticia, editorial, crónica, entrevista, ensayo. En ocasiones resulta difícil precisar los géneros periodísticos, sobre todo el reportaje, la crónica y el ensayo. Ahora también se incluyen los desplegados, que antes no se consideraban, pero cumplen una función muy importante.

Cabe mencionar que en México existen servicios similares al nuestro, manejados por empresas. Lo sé porque antes de iniciar el proyecto Serpremex, junto con la doctora Aurora Cano -entonces coordinadora de la Hemeroteca Nacional- exploramos en algunas empresas que prestan este tipo de servicio, pero los productos eran eminentemente mercantiles. A nosotras nos interesaba integrar y organizar los contenidos de los periódicos más solicitados por los usuarios de la Hemeroteca Nacional, entregarles un producto que respondiera a sus requerimientos, y para ello se hizo indagación previa.

Llegamos así a la conclusión de que debíamos hacer nuestra propia base datos. La selección de las publicaciones abarca cinco diarios y dos revistas de circulación nacional. Tal vez deseamos incluir alguna más, pero el factor económico siempre está presente y nos impide ir más allá de lo que tenemos. Es decir, se trabaja con lo que se tiene al alcance.

¿Está actualizada la base de datos?
-Ésa siempre ha sido nuestra pretensión. Me siento tranquila porque antes había un desfase entre lo que se producía en el cubículo y su versión en línea; ahora la información hemerográfica se pasa al área de cómputo y allí se encargan de subirla casi de manera simultánea, y el desfase es menor. Podemos decir que vamos prácticamente al día.

¿Para quiénes está diseñada esta base de datos?
-Para diversos sectores, en realidad. La base es consultada por investigadores, estudiantes y académicos tanto nacionales como extranjeros. Esto último es interesante porque conforme pasa el tiempo, aumenta el número de consultas del exterior. De acuerdo con el reporte de cómputo, el año pasado se registraron visitantes de cuarenta países a Serpremex.

¿Qué resultados ha tenido Serpremex, y qué repercusiones en el campo universitario? ¿Ha generado algunas publicaciones?
-Sí, por supuesto. Entre ellas, una referente al movimiento estudiantil de 1999-2000. Éste es un ejemplo de los resultados de la base. Les he comentado a mis alumnos acerca del trabajo que se lleva a cabo en esta área, pues les puede servir para preparar sus tesis, porque Serpremex proporciona un mundo de información. Ya hay estudiantes que realizan trabajos utilizando esta base de datos. Por ejemplo, existe una tesis -de Víctor López Landeros- sobre la base y el departamento.

Edwin Alcántara, uno de nuestros colaboradores, presentó un trabajo sobre escritores y literatura mexicana en la vida pública, el cual abarca los quince años de existencia de Serpremex. Trata sobre la repercusión de los escritores como intelectuales, influyentes en la opinión pública. El trabajo de Edwin analiza la repercusión de los acontecimientos del país en la vida literaria; allí figuran los nombres de Carlos Fuentes, Octavio Paz, José Revueltas, entre muchos otros. La prensa siempre ha estado atenta a recoger las impresiones de estos personajes. Es un ejemplo de cómo se puede utilizar la base de datos.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro de la base?
-Próximamente saldrá publicada una hemerografía sobre la elección presidencial del 2006. Tiene cerca de 7,000 registros extraídos de la base. Más adelante podremos publicar algo sobre conflictos postelectorales. No se trata sólo de sacar los documentos de la base; hay que releerlos, organizarlos, analizarlos y darles un nuevo tratamiento.

¿En qué otras investigaciones o proyectos está trabajando?
-Por el momento estoy dedicada al departamento y la base. Hace poco publiqué un libro que se llama Efemérides del periodismo mexicano, semblanzas de 401 periodistas. Esto lo hice con el interés de que los jóvenes estudiantes conozcan las figuras representativas de la prensa mexicana.


Los pueblos indígenas y los indicadores de bienestar y desarrollo
Carlos Zolla

No deja de resultar sorprendente, aun para quienes hemos participado desde hace varios años en los trabajos para el seguimiento del primer y segundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (1995-2004 y 2005-2014), la importancia que ha adquirido en el mundo indígena el poder disponer de indicadores que den cuenta de diversos aspectos de su vida social y productiva. Acostumbrados quizás a pensar en los indicadores como instrumentos metodológicos de la demografía, la salud, la economía o la educación, que midan con mayor o menor fidelidad aspectos cuantitativos y, en menor grado, cualitativos, la demanda indígena planteada es, por decir lo menos, novedosa. ¿Qué es lo que la hace ser así? La respuesta no es sencilla, al menos a la luz de los datos que se han ido acumulando desde que se iniciaron las tareas de evaluación del primer Decenio.

En efecto, en octubre de 2004, veinticinco de los más importantes líderes indígenas del continente americano se reunieron con el rector Juan Ramón de la Fuente e hicieron explícitas sus demandas de que la UNAM apoyara las tareas de evaluación del primer Decenio y aportara instrumentos metodológicos (indicadores, esencialmente) para vigilar la marcha del segundo. El primero, ciertamente, estaba a punto de concluir, y el segundo -según todos los indicios- sería aprobado al concluir 2004. Éstas fueron las tareas encomendadas al flamante Programa Universitario México, Nación Multicultural (PUMC-UNAM), nacido por aquellos días y dependiente de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.

Recientemente -el 23 de abril a las 11:30 de la mañana, para ser precisos-, en la sede de la ONU en Nueva York, y en el marco de la Séptima Sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, el PUMC-UNAM presentó el Informe preliminar. Los pueblos indígenas y los indicadores de bienestar y desarrollo, elaborado en México, tras una serie de consultas y reuniones de trabajo con expertos universitarios e investigadores y estudiantes del propio Programa. Se estima que dicho informe se nutrirá de los comentarios, críticas y sugerencias de adiciones de líderes e intelectuales indígenas, de otros colegas universitarios y de expertos de las agencias del sistema de Naciones Unidas, principalmente.

El avance logrado por los indígenas en el marco de los organismos internacionales desde la conmemoración del Quinto Centenario ("descubrimiento" y "colonización-explotación" serían, en buena medida, los polos del debate), abría nuevos escenarios y espacios de expresión, pero implicaba el abordaje de problemáticas complejas, entre ellas la del universo de la información sobre, de y para los indígenas de América y el mundo. Las líneas que siguen están dedicadas a dar cuenta, seguramente de manera limitada, de este problema.

El reclamo indígena para lograr que los censos de población, los registros administrativos, las estadísticas vitales o las encuestas de ingreso/gasto los incluyan y den cuenta de su condición con veracidad y exhaustividad es, a todas luces, una pelea en contra de la "invisibilidad estadística". El reconocimiento, por parte de los gobiernos, de sus constituciones políticas o de sus institutos de estadística, de que los indígenas constituyen un sector social caracterizado por la diversidad y la pluralidad de lenguas y culturas, no ha servido para corregir suficientemente los esquemas que proyectan sobre ellos visiones y categorías homogeneizantes, reduccionistas. Asunto sensible en tanto que, como escribió al final de su vida Arturo Warman, "la pluralidad no admite reducción ni simplificación. Los indígenas mexicanos -agregaba, apuntando en dirección a las políticas públicas y a ciertas orientaciones antropológicas- no son una corporación sino un archipiélago lingüístico y cultural".

La dura crítica a los censos de población, por ejemplo, no significaba para los líderes, intelectuales y organizaciones protagonistas de "la emergencia indígena de los 90", una refutación leída sólo en clave demográfica. Por el contrario, la contabilidad y la "visibilidad" estadística pasaban a ser elementos sustanciales en la identificación de los sujetos, en un momento en que la lucha por los derechos se acentuaba, se definía y crecía en proporciones inéditas; situación que se mantiene hasta el presente. De allí que formulaciones como las del BID ("la población indígena de América se ha estimado entre 40 y 60 millones de habitantes" o "el total de indígenas de América Latina y el Caribe es de entre 33 y 40 millones"), las categorías del censo brasileño ("raza" y "color": en Brasil se identifica oficialmente a la población como "negra", "blanca", "amarilla", "parda" e "indígena") o las francas omisiones de los indígenas en los registros de más de veinte países americanos, aparecieran como mecanismos de exclusión, de discriminación, con las consecuencias que de ello se derivan en los planos de la representación política, el acceso a la educación, las asignaciones presupuestales o la prestación de los servicios de salud.

Examinada la demanda indígena de contar con indicadores sobre bienestar y desarrollo, a la luz de las nuevas realidades planteadas por la globalización, el avance del capital trasnacional sobre los territorios indios de América y el mundo, la alta conflictividad que aún impera en numerosas regiones y territorios, y la posibilidad de definir nuevos y más sólidos proyectos autonómicos, resulta lógico que la discusión, sin perder su especificidad metodológica, se inserte en los polémicos y complejos campos de la política, el derecho, la economía, la ecología y la cultura.

De allí que la cuestión de determinar qué indicadores resultan pertinentes esté lejos de reducirse a una discusión técnica o metodológica, aunque la incluya. La demanda indígena explícita o subyacente aborda otros temas y problemas, y su consecuencia más visible es la conformación de un campo de análisis, discusiones y propuestas en el que los indicadores aparecen vinculados a procesos políticos, económicos, demográficos, ambientales, culturales y jurídicos, a las políticas públicas, a los conocimientos tradicionales, a la posesión, control y usufructo de los recursos naturales y culturales, a la seguridad y soberanía alimentarias, a los problemas de género, a la participación comunitaria, a la formación de cuadros técnicos indígenas para diseñarlos y aplicarlos, y a la existencia de sistemas de información que provean datos relevantes, pertinentes, confiables y adecuados a la realidad del mundo indígena.

En los dos últimos años, es notable la cantidad de foros indígenas (cumbres, seminarios, talleres) en los que la discusión sobre los indicadores ha adquirido una importancia sin precedentes. Las reuniones de expertos y expertas, convocadas para abordar el tema de los indicadores sobre, con y para pueblos indígenas, expresan con nitidez cómo se está pasando -quizás de una manera lenta, pero consistente- de "condiciones de invisibilidad" de los sujetos, sus realidades y sus problemas, a una formalización e institucionalización de las discusiones, a una materialización de las propuestas, y a un cambio en los enfoques y en la amplitud de las estrategias de análisis y diseño de futuras políticas.

Este proceso, es importante subrayarlo, se está dando a escala mundial y ha producido, como primer resultado, una importante cantidad de documentos que constituyen la materia prima de un análisis que es necesario ampliar y profundizar, especialmente en un escenario como el del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, en el que están representados los pueblos indígenas de todo el mundo.

El camino para lograr esos instrumentos estadísticos y su efectiva aplicación aparece lleno de obstáculos. En primer lugar, los que se derivan de los desacuerdos conceptuales. En el pasado reciente, la distinción entre "pueblos" y "poblaciones" indígenas para denominar al Decenio, constituyó una piedra de toque, sobre todo por sus consecuencias en el marco del derecho internacional, en referencia al Convenio 169 de la OIT o a las nuevas legislaciones nacionales, resultado de reformas constitucionales llevadas a cabo en numerosos países de los Estados miembros. A partir de documentos clásicos en la materia, como el Informe Martínez Cobo (iniciado en Naciones Unidas en 1971) y de la discusión en las sesiones del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas, de la ONU en Ginebra (creado en mayo de 1982), son incontables los escenarios de intenso debate sobre los conceptos de "pueblos y poblaciones indígenas", "derechos individuales y colectivos", "libre determinación", "identidad", "autoidentificación", "patrimonio (material, cultural, tangible e intangible)", "propiedad intelectual", "consentimiento previo, libre e informado", "consulta", "minorías", "tierras y territorios", "genocidio y etnocidio", "identidad étnica y cultural", "diversidad étnica y cultural", "educación bilingüe e intercultural" y "soberanía sobre los recursos", entre muchos otros.

En segundo lugar aparecen los problemas relativos a los sistemas de información que deben servir de sustento a los indicadores, y que se alimentan, precisamente, de registros en los que por lo general son omitidos los indígenas. Antes de decidir acerca de la conveniencia de usar tal o cual indicador, es preciso haber dilucidado la cuestión de cuáles serán las fuentes oportunas, constantes, eficaces y confiables de información: desafío para los gobiernos, las agencias del sistema de Naciones Unidas, la banca multilateral, los organismos de la cooperación y, naturalmente, las universidades y los centros de investigación.

El PUMC-UNAM ha ubicado en su página web (http://www.nacionmulticultural.unam.mx) el documento presentado en Nueva York que contiene las bases conceptuales de una discusión que está lejos, como vemos, de haber concluido. Antes, al contrario, se definen recién los contornos de una agenda básica en la que los indígenas ubican sus preocupaciones principales y las asocian a la discusión metodológica. En esa tarea, la contribución de la universidad puede ser esencial, especialmente en el caso de la UNAM, preocupada desde siempre por los grandes problemas nacionales y mundiales, entre los que los relativos al mundo indígena han encontrado legítima ubicación.


Propiedad intelectual

La Dirección General de Asuntos Jurídicos de la UNAM, a través del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL), ofreció una serie de pláticas sobre propiedad intelectual. Los abogados: Jesús García Moncada, subdirector de Propiedad Intelectual; María de los Ángeles Guerrero, responsable del Departamento de Derechos de Autor, y Rubén González Galindo, encargado del Departamento de Propiedad Industrial y Transferencia de Tecnología, participaron en el encuentro y hablaron sobre las políticas y las instancias facultadas para su aplicación.

En su ponencia "Propiedad intelectual", Jesús García Moncada explicó que el derecho de la propiedad intelectual tiene dos elementos fundamentales: "El primero es el derecho moral, el cual implica la paternidad de una persona con respecto a una obra; es decir, el vínculo entre el creador y la obra en específico. Este derecho se puede transmitir a los derechohabientes o a las personas que sucedan al autor. También existen los derechos patrimoniales, relacionados con la explotación económica de la obra: su distribución, la presentación y la cantidad que reciben por utilizarla".

Al referirse a la situación jurídica de la Universidad en esta materia, García Moncada expresó que "la UNAM está regulada por la Ley Federal de Derecho de Autor, por disposiciones federales para la actividad editorial y por acuerdos que también norman este aspecto editorial. La oficina del abogado general es la única instancia que protege los derechos de autor, la cual, en virtud de la Ley Orgánica y del estatuto general, delega la facultad de representación para efectos de proteger, amparar y cuidar la propiedad intelectual".

Mantenemos comunicación "con las entidades que generan esta actividad editorial, y con los reguladores de tales circunstancias. Por ejemplo, tratamos con la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial, que tiene que ver directamente en esto pero carece de representación legal, así como con el Consejo Editorial".

En su oportunidad, María de los Ángeles Guerrero afirmó que, "de acuerdo con la Ley Federal de Derecho de Autor, el autor es la persona física que crea una obra literaria o artística, y el derecho de autor es el reconocimiento que hace el Estado a favor de todo creador de una obra artística o literaria y le concede prerrogativas de carácter personal y pecuniario. En este caso, los primeros serían los derechos morales y los segundos los patrimoniales".

Durante su participación -titulada "Derechos de autor"-, la abogada explicó que los "derechos morales son aquellos que tiene la persona física; son inalienables, imprescriptibles e irrenunciables. Dentro de ellos encontramos, por ejemplo, el derecho de los autores sobre los créditos de su obra; el oponerse a que se mutile, deforme o altere la misma, ya que sólo él puede hacerle algún cambio. También puede oponerse a que se le adjudique una creación ajena".

"En el caso de la Universidad, los derechos patrimoniales -que son la facultad de explotar la obra- los adquiere la propia institución, porque las obras que generan los universitarios las realizan como parte de su trabajo, por un salario. La vigencia de estos derechos abarca toda la vida del autor, más cien años después de su muerte. Cuando existen varios autores o coautores, el tiempo se empieza a computar a partir de la muerte del último de los autores. Una vez transcurridos los cien años, la obra entra a dominio público".

Cuando la Universidad no cuenta con recursos para editar una obra, Guerrero explicó que "se acude a alguna editorial que pueda realizar el trabajo. Los investigadores se acercan a las editoriales y buscan la que más les convenga; pero la facultad de la obra le corresponde a la Universidad. Se firma un contrato que otorga a los autores el derecho de recibir regalías si se genera algún ingreso por la venta de las obras. Estos pagos, de acuerdo con las disposiciones generales que rigen la materia editorial de la UNAM, son de un 10% sobre el precio de venta de las obras. En este acuerdo queda claro que si existe venta, el investigador puede recibir regalías; pero los derechos patrimoniales pertenecen a la Universidad".

Por lo que toca a los derechos de las obras en Internet, éstos son iguales que si se tratara de una obra impresa. "En la actualidad es muy fácil copiar una parte, o la totalidad, de una obra montada en línea sin dar crédito, pero se está causando un perjuicio al titular de los derechos patrimoniales y en ocasiones al propio autor. Por ello, se debe siempre citar la fuente y no se debe alterar el contenido".

En su intervención -"Propiedad industrial y transparencia de tecnología"-, Rubén González Galindo manifestó que en el Jurídico se maneja todo lo que se refiere al uso de marcas y al registro de patentes. "Uno de los problemas más frecuentes con algunos institutos, sobre todo en la publicación de libros, es el uso del escudo de la UNAM. Todos los logotipos que emplea la Universidad se encuentran registrados como marcas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Este registro da el derecho de uso exclusivo a la UNAM".

"Como persona moral, la Universidad es la dueña de las marcas. Nadie más puede utilizar esos logotipos. El escudo de la Universidad es el más recurrente en las portadas, independientemente de que se imprima el logotipo de los institutos que editan el libro. El problema radica en que existen investigadores que participaron como autores en la elaboración de un libro, pero lo publican en una editorial como personas físicas independientes de la Universidad. Se llevan la publicación, pero al ser investigadores de la Universidad quieren imprimirle el escudo; esto no es válido".

"El investigador debe solicitar la autorización a la Universidad para utilizar el logotipo, tanto el de la UNAM como el de su instituto, y la instancia facultada para otorgar esos permisos es la Dirección General de Patrimonio Universitario. Desde 1997, cuando se instauró un programa de licenciamiento de marcas dentro de la UNAM, se registran todos los logotipos universitarios y la Dirección General de Patrimonio Universitario autoriza su uso".


El modernismo hispanoamericano
Ignacio Díaz Ruiz*

El carácter polémico, paradójico y oscuro del movimiento modernista en Hispanoamérica continúa un incesante proceso de reflexiones, valoraciones y sedimentación, cuyas expresiones literarias ofrecen, a su vez, nuevas lecturas, perspectivas e interrogantes: "El debate no ha terminado ni terminará jamás. En la complejidad del modernismo hay muchas cosas irreductibles a la simplificación generalizadora".1

Por su fuerte vocación de novedad y preocupación por ser original, esta corriente literaria finisecular del XIX, a caballo con el principio del XX, adquiere singulares apariencias de envejecimiento, anacronismo y agotamiento; la idea de estar al día, de formar parte de la cultura universal, de vincularse a la moda, de ser a toda costa moderna, la limita y pronto le da un aire de senectud. El desmesurado, obsesivo y afanoso trabajo de elaboración verbal, hace denso al movimiento, cuya consecuencia fue convertirse en una etapa literaria poco leída y menos frecuentada; a causa de ese hermetismo, casi para iniciados, ha sido relegada; razón por la cual, con frecuencia, su estudio es rutinario, frugal y de superficie. En general, su enorme riqueza, propuesta estética, calidad, originalidad y aportes permanecen parcialmente ocultos; el conocimiento orgánico y profundo de este movimiento continúa siendo limitado, fragmentario y escaso. […]

A más de un siglo de distancia de sus inicios, con una notable cauda de legados e influencias, el movimiento requiere todavía de diversas miradas y reflexiones para precisar y analizar objetivos y tensiones, aspiraciones y logros, que lo sitúen en el proceso general de la historia literaria de Hispanoamérica; razonamientos que den cuenta de sus contribuciones para caracterizar el concepto de generación, el de una generación modernista hispanoamericana en conjunto; idea y principio, clave fundacional que perfila y define significativamente nuestra historia cultural, y que fructifica en otras experiencias generacionales de las letras de nuestro continente. […]

Ahora bien, la necesidad de revisar y discutir de nueva cuenta la escritura modernista en Hispanoamérica responde, entre otros motivos, al hecho de constituir un primer gran momento literario distinto del modelo metropolitano; formas propias y específicas de estas culturas que en varios sentidos explican y dan origen a nuestra literatura contemporánea. […]

La vigencia, solidez y vasta significación de este movimiento se ilustran, entre otros ejemplos, con Borges, quien, a propósito del centenario del nacimiento del modernista Rubén Darío, afirmó: "Todo lo renovó Darío: la materia, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado ni cesará. Quienes alguna vez lo combatimos comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar el libertador".2 Con impecable agudeza, en una sutil paradoja, el argentino destaca en Darío -y con él, en todo el modernismo hispanoamericano- la enorme determinación, presencia y prolongada influencia que para la literatura contemporánea significó aquel movimiento; de la experiencia modernista surgen la conciencia de cambio, la acertada reformulación de hacer literatura y de aquilatar el lenguaje, el sentido y valor de la creación verbal, las funciones del autor y el lector. […]

Octavio Paz, otra figura central de la literatura contemporánea en nuestro continente, refrenda consideraciones semejantes para aquella corriente tan determinante y esencial para la escritura del siglo XX, e incorpora ideas sustanciales: cambio, transformación, poesía en movimiento, cuyos valores perfilan nuestra anhelada modernidad: "Entendido como realmente fue -un movimiento cuyo fundamento y meta primordial era el movimiento mismo- aún no termina: la vanguardia de 1925 y las tentativas de la poesía contemporánea están ligadas a ese gran comienzo".3 […]

En concordancia con los juicios anteriores, la valoración de este movimiento decimonónico, impulsado en sus principios por Gutiérrez Nájera, Martí y Darío, es de muy alta estima. […]

En conjunto, todas estas referencias enfatizan el valor, dimensión, significación e importancia medular de la literatura modernista; reconocen sus alcances, su novedosa concepción, su notable intuición artística; así como el adueñamiento del idioma, la formulación de un ideario, de un espíritu, de una visión original latinoamericana; juicios diversos que ayudan a suscribir y a aquilatar su dimensión histórica en el proceso cultural de este continente.

UNA GENERACIÓN LITERARIA

"El modernismo, así lo ha conceptuado Manuel Pedro González, es una empresa generacional, no la tarea de un solo individuo";4 a partir de tan sugerente definición, se puede afirmar que el movimiento surge de un espíritu de grupo y se consolida justamente con la conformación de una colectividad intelectual y literaria proveniente de distintas latitudes de Hispanoamérica. Los escritores modernistas de mayor presencia y renombre durante el final del siglo XIX y comienzo del siguiente participan, coinciden y comulgan con una serie de principios y postulados que los agrupa, identifica y cohesiona.

El modernismo literario es, de manera inequívoca, una tarea intelectual y estética con orientaciones afines, cuyas obras revelan principios comunes o parecidos. Así, esta literatura contiene una serie de expresiones con conceptos artísticos aproximados, dirigidos hacia una renovación verbal y una nueva concepción de la prosa y la poesía. Estas obras finiseculares aparecen como una suma de voluntades individuales que se cohesionan en concordancias y semejanzas, como trabajos personales que confluyen en un proyecto colectivo de fisonomía similar.

Con independencia de nacionalidades, dispersos en varios países del continente, sin coincidencia de edades, ni antecedentes, muchas veces sin conocimiento personal directo, se conforma un sólido y genuino grupo generacional de escritores en Hispanoamérica. El primero en el panorama general de nuestra historia cultural. Un grupo intelectual que, a pesar de las diferencias, distancias e incomunicaciones geográficas, crea un ambiente, formula un ideal estético y vive una misma atmósfera artística de inspiraciones aproximadas.

Se integra una comunidad creativa con fines y objetivos que coinciden en una conciencia estética análoga. Una genuina grey de poetas con propósitos semejantes. Un grupo identificado y cohesionado por una cultura e historia común compartida. Una comunidad artística culta, bien informada, subjetiva y sensible, cuyas coincidencias radican en la elegancia, la exquisitez, la originalidad; grupo que lleva a cabo una literatura de tendencia aristocratizante, armónica, distinguida, distinta, crítica, rara, de nuevo cuño, y sitúa en un primer plano el ideal de una escritura artística. […]

La crónica,5 otro de los grandes géneros de la época, marca nuevos derroteros y nuevas experiencias de escritura, distintas relaciones con el lector, inéditas orientaciones y reflexiones sobre el concepto tradicional de modernismo y plantea una revisión y reformulación de las prácticas culturales; sin embargo, una parte significativa del espíritu finisecular se orienta hacia un ideal de autonomía artística sustentado por principios de armonía, belleza y originalidad.

El modernismo hispanoamericano surge entonces de una conciencia conjunta y común, de una vocación creativa para reformular la escritura literaria en el continente, cuyas inquietudes y expresiones se convierten en un espíritu generacional equiparable a las expresiones de una familia literaria. […]

Martí, por ejemplo, cuya sensibilidad y vasto conocimiento de la historia y la cultura de América Latina, expresa puntualmente esa idea de conjunto o grupo; principio que se esboza, entre otros textos, en una nota in memoriam de Julián del Casal, donde mediante el concepto de filiación familiar lo relaciona con el de generación hispanoamericana:

Y es que en América está ya en flor la gente nueva, que pide peso a la prosa y condición al verso, y quiere trabajo y realidad en la política y en la literatura. Lo hinchado cansó, y la política hueca y rudimentaria, y aquella falsa lozanía de las letras que recuerda los perros aventurados del loco de Cervantes. Es como una familia en América esta generación literaria, que principió por el rebusco imitado, y está ya en la elegancia suelta y concisa, y en la expresión artística sincera, breve y tallada, del sentimiento personal y del juicio criollo y directo.6 […]

Asimismo, la idea martiana de nutrir el pensamiento literario de estos países con distintas literaturas, de descubrir nuevos escritores y sensibilidades, lo hace conocer otras lenguas y culturas, y divulgar a varios autores, sobre todo anglosajones: Oscar Wilde, Walt Whitman, Ralph Waldo Emerson, Henry Wadsworth Longfellow, John Keats, Lord Byron, Percy Bysshe Shelley, William Morris; de ponderar a otros de sus contemporáneos: Rubén Darío, Manuel Gutiérrez Nájera, José María de Heredia, Francisco Sellén, Juan Antonio Pérez Bonalde; y de destacar la singularidad de ese clan intelectual donde él mismo se incluye. En la citada noticia necrológica dedicada a Del Casal, su congénere de patria y de estética, se invoca una región cultural e histórica común: "Por toda nuestra América era Julián del Casal muy conocido y amado, y ya se oirán los elogios y las tristezas".7 […]

Rubén Darío, en sus perspicaces comentarios sobre Martí, refiere la dimensión continental, la presencia como guía y modelo de la nueva literatura, la vocación hispanoamericana, así como la fuerte impronta de este cubano en nuestra cultura: "Cuba admirable y rica y cien veces bendecida por mi lengua; ¡mas la sangre de Martí no te pertenecía; pertenecía a una raza, a todo un continente; pertenecía a una briosa juventud que pierde en él quizá al primero de sus maestros; pertenecía al porvenir!"8 […]

* Humanidades y Ciencias Sociales presenta un adelanto del libro El modernismo hispanoamericano, de Ignacio Díaz Ruiz, que próximamente aparecerá bajo el sello del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC).
1 José Emilio Pacheco, "Prólogo" a Poesía modernista, una antología general, México, SEP/UNAM, 1982 (Clásicos Americanos, 39), p. 2.
2 Jorge Luis Borges, "Mensaje en honor de Rubén Darío", citado por José Emilio Pacheco, en op.cit., p. 15.
3 Octavio Paz, Cuadrivio, Darío, López Velarde, Pessoa, Cernuda, México, Joaquín Mortiz, 1965, p. 12.
4 José Emilio Pacheco, "Introducción" a Antología del modernismo (1884-1921), México, UNAM, 1970 (Biblioteca del Estudiante Universitario, 90, 91), p. xvi.
5 Varios autores han reflexionado sobre esta modalidad finisecular: entre otros, Belem Clark de Lara (Tradición y modernidad en Manuel Gutiérrez Nájera, México, UNAM, 1998); Ivan A. Schulman, Julio Ramos, Susana Rotker (La invención de la crónica, México, FCE/Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano, 2005).
6 José Martí, "Julián del Casal", incluido en este volumen.
7 Loc. cit.
8 Rubén Darío, "José Martí", incluido en este volumen.


La seguridad nacional y la seguridad pública
desde una perspectiva estadounidense

Cuando se ha llevado la seguridad trasnacional, la reacción ha sido atacar, confrontar el terrorismo, militarizar la lucha contra la delincuencia organizada y construir muros para el control de los flujos transfronterizos. Estas medidas tienen impactos importantes en nuestra economía local y nacional, expresó David Shirk, director del Instituto Transfronterizo y profesor asistente del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de San Diego, California.

Durante su participación en la conferencia "La seguridad nacional y la seguridad pública desde una perspectiva estadounidense", organizada por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), el catedrático habló de los cambios políticos en los regímenes de Estados Unidos y sus repercusiones en países como México. Destacó que muchas naciones están transformándose; "desde regímenes políticos no competitivos -con problemas y acusaciones de fraude, de manipulación electoral-, hasta países que sufren el crimen organizado y la corrupción trasnacional. Son sistemas donde falta protección de los derechos humanos, sobre todo en el caso de las víctimas del crimen y abusos oficiales".

Al tocar el tema de la narcoviolencia, Shirk aclaró que ésta no es un problema exclusivo de México, sino compartido con Estados Unidos y con otros países productores y consumidores de droga. "Los últimos veinte años han evidenciado la realidad de este nuevo mundo desordenado. Se han capturado algunos capos, pero es como si se dieran dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, porque el problema aumenta. Para muchos, este nuevo mundo está desordenado en numerosos aspectos, lo que presenta un nuevo paradigma que debemos estudiar y entender. Las funciones duales del Estado en materia de seguridad ya no son claras. Existen policías en comunidades rurales enfrentando el poder de organizaciones trasnacionales con mucho dinero, con armas más sofisticadas. El Estado y los mecanismos de estos niveles locales enfrentan retos muy diferentes para implementar el Estado de derecho".

Con la finalidad de resolver los problemas de seguridad, el especialista sugirió mejorar las instituciones y los acuerdos para la colaboración trasnacional. Precisó que es necesario el trabajo conjunto; de esta manera se deben crear instituciones que minimicen los espacios de las organizaciones trasnacionales ilícitas.

En su oportunidad, Leonardo Curzio Gutiérrez, investigador adscrito al área de Estudios Estratégicos del CISAN, indicó que el Programa de Seguridad Nacional de México "no considera en ninguna de las agencias de seguridad de este país un programa específico de cooperación con la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN)". Curzio Gutiérrez mencionó que no hay ningún reconocimiento a la existencia de la ASPAN, ni un cambio de actitud.

Por lo que corresponde al combate al narcotráfico, el investigador destacó que en los últimos años "ha existido un mayor nivel de convergencia -desde Clinton. Compartimos el mismo diagnóstico, en algún momento tuvimos grupos de contacto de alto nivel que funcionaron razonablemente bien, pero ahora México sigue diciendo que está igual de preocupado por las drogas que Estados Unidos; sin embargo, las armas entran de esa frontera a nuestro país. Ambas naciones se manifiestan muy preocupadas, pero no resuelven nada". Leonardo Curzio consideró que falta "un gran paraguas diplomático, mayor cooperación y coordinación para cambiar este panorama. Se requieren decisiones políticas de alto nivel".

Por su parte, José Luis Valdés Ugalde, director del CISAN, afirmó que a raíz del 11 de septiembre es elevado "el nivel de contradicciones en las que ha entrado el proceso de integración en América del Norte, al grado de un agotamiento estructural de fondo y forma".

"Los intereses partidistas y particulares en aras de la obtención del poder -como en los casos de Clinton, Obama y también McCain- han provocado que se cuestione e incluso se ponga en peligro un tratado que representa 800 millones de dólares diarios de intercambio comercial, por lo menos entre Estados Unidos y México. Esto evidencia una asimetría pronunciada entre los dos países".

Al mencionar la interdependencia que existe entre ambas naciones, Valdés Ugalde estimó que "hay un mayor sometimiento de México al esquema de seguridad estadounidense, que sacrifica el principio de la prosperidad y modernización de este país. Esto es muy serio, ya no podemos decir que hay interdependencia asimétrica; hay una dependencia simétrica cada vez mayor, por lo menos en el tema de la seguridad entre México y Estados Unidos".
Sobre la posibilidad de tener un concepto común de seguridad en América del Norte, el especialista expresó: "ese esquema de seguridad era el de home line security en los términos en los que se estaba planteando, pero no existía voluntad política por parte de Ottawa y de Washington para discutir el tema de la prosperidad, como se discute el de la seguridad. Entonces a México no le convenía un esquema único, independientemente de los avances que supone integrarlo a partir del 11 de septiembre. Las policías fronterizas, la identificación, el registro o prerregistro de los pasajeros en los respectivos aeropuertos -algo que por cierto no se ha interrumpido entre Canadá, Estados Unidos y México- nunca han prosperado por razones soberanistas".


Derechos Humanos:
¿Principios inherentes y universales?

Si nos preguntáramos qué características culturales, morales o políticas comparten Iraq, Chad, Sri Lanka, Colombia, la República Democrática del Congo, Darfur en Sudán y Ogaden en Etiopía, obtendríamos respuestas tan disímiles y difíciles de unificar, que nos perderíamos en el intento. Pero si nos preguntáramos qué características sociales o económicas comparten, la pobreza, el hambre o la violencia nos vendrían a la mente.

Asimismo, en estas regiones -al igual que en Birmania, China, Irán, Libia, Arabia Saudita, Corea del Norte, Cuba, Libia, Eritrea y Vietnam- se cometen numerosas violaciones a los derechos humanos. Human Rights Watch, organización dedicada a la protección de tales derechos en el mundo, examinó la situación de 75 países -Informe Mundial, 2008-, y destacó estas regiones por presentar los mayores abusos y las más severas represiones.

Pero a todo esto, ¿qué son los derechos humanos?, y ¿cómo saber si están siendo quebrantados? Los derechos humanos "son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado" (Comisión Nacional de los Derechos Humanos).

El mayor precedente de estas prerrogativas es la Declaración Universal de Derechos Humanos, emitida por la Organización de las Naciones Unidas en 1948. La declaración fue elaborada en respuesta a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, en un intento por "sentar las bases de un nuevo orden internacional que surgía tras el armisticio".
Infortunadamente, a casi sesenta años de su emisión, el contenido y los valores comprendidos en el documento son prácticamente desconocidos. Si bien existen diversas formas de clasificarlos, la más conocida es la denominada "tres generaciones".

La primera generación -derechos civiles y políticos- surge en la Revolución Francesa como rebelión contra el absolutismo del monarca. "Imponen al Estado el deber de respetar siempre los derechos fundamentales del ser humano a: la vida, la integridad física y moral, la libertad personal, la seguridad personal, la igualdad ante la ley, la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, la libertad de expresión y de opinión, la resistencia y de inviolabilidad del domicilio, la libertad de movimiento o de libre tránsito, la justicia, una nacionalidad, contraer matrimonio y fundar una familia, participar en la dirección de asuntos políticos, elegir y ser elegido a cargos públicos, formar un partido o afiliarse a alguno y a participar en elecciones democráticas".

Los de la segunda generación -derechos económicos, sociales y culturales- "surgen como resultado de la revolución industrial, por la desigualdad económica. México fue el primer país en incluirlas en su Constitución, en 1917. Los derechos económicos, sociales y culturales nacen después de la segunda guerra mundial". Derechos económicos: a la propiedad (individual y colectiva) y a la seguridad económica. Derechos sociales: a la alimentación, al trabajo (a un salario justo y equitativo, al descanso, a sindicalizarse, a la huelga), a la seguridad social, la salud, la vivienda y la educación. Derechos culturales: a participar en la vida cultural del país, a gozar de los beneficios de la ciencia, la investigación científica, literaria y artística.

En cuanto a los de la tercera generación -derechos de los pueblos o de solidaridad-, nacen en "nuestro tiempo como respuesta a la necesidad de cooperación entre las naciones, así como de los distintos grupos que las integran. Se forman por los llamados derechos de los pueblos: a la paz, al desarrollo económico, a la autodeterminación, a un ambiente sano, a beneficiarse del patrimonio común de la humanidad y a la solidaridad".

En México, la situación de los derechos humanos es poco alentadora. Continúan las violaciones a las garantías individuales, la tortura, la trata de personas, la transgresión de las garantías de indígenas y de migrantes, y la violencia contra la libertad de expresión.

Cada año, cerca de 20,000 personas son víctimas de prostitución en el país, en especial las mujeres, niñas y niños migrantes. De 2000 a la fecha, 35 periodistas han sido asesinados y 6 más se encuentran desaparecidos. Además, los abusos de policías mexicanos contra centroamericanos en la frontera sur, son tan graves como los perpetrados por la patrulla fronteriza estadounidense.

Las autoridades mexicanas consideran que la mayor amenaza a los derechos humanos proviene del crimen organizado, "cuyas organizaciones han segado vidas de ciudadanos, periodistas y jueces, así como de policías, soldados y marinos".

En su informe, Human Rights Watch descalificó la labor de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y consideró que "el sistema de justicia penal de México continúa teniendo problemas generalizados en materia de derechos humanos. Las personas que se encuentran detenidas o en prisión son sometidas a torturas y maltratos. Es común que los funcionarios encargados de la aplicación de la ley no investiguen ni juzguen a quienes son responsables por las violaciones de derechos humanos, incluso aquellas cometidas durante la 'guerra sucia' que tuvo lugar en México y los abusos cometidos actualmente durante operaciones para promover la seguridad pública. A su vez, México no cuenta con protecciones jurídicas suficientes que permitan amparar a mujeres y niñas de la violencia y el abuso sexual".

Las causas de esta falla son diversas y "responden a factores como la corrupción, capacitación, recursos inadecuados y prácticas abusivas por parte de la policía. La tortura continúa siendo un problema extendido dentro del sistema de justicia penal de México". Destacó que 40% de las personas que se encuentran detenidas en México no han sido condenadas por la comisión de un delito. "Los internos también sufren abusos, tales como extorsión por parte de guardias y aislamiento por periodos indefinidos. Los inmigrantes extranjeros son particularmente vulnerables a esta clase de abusos".

Acerca de las fuerzas de seguridad, la organización internacional informó que habitualmente aplican un uso excesivo de la fuerza al llevar a cabo operaciones de control de multitudes. "En julio de 2007, una marcha de protesta tuvo como desenlace una violenta confrontación con la policía en la capital del estado de Oaxaca".

Por otro lado, indicó que las leyes mexicanas no protegen adecuadamente a las mujeres y niñas contra actos de violencia doméstica y abuso sexual. "Algunas leyes sobre violencia doméstica contra mujeres son claramente contrarias a los estándares internacionales, como por ejemplo las disposiciones del derecho mexicano que establecen sanciones para algunas agresiones sexuales en función de la 'castidad' de la víctima y penalizan la violencia doméstica únicamente cuando la víctima ha sido golpeada en repetidas oportunidades. Las niñas y mujeres que denuncian violaciones o hechos de violencia ante las autoridades suelen enfrentarse a sospechas, indiferencia y a un trato irrespetuoso".

Asimismo, "varios periodistas, en especial aquellos que han investigado el narcotráfico o han adoptado una posición crítica hacia los gobiernos estatales, han sido víctimas de acoso y agresiones". En cuanto al acceso a la información, declaró que "una ley federal sobre transparencia y acceso a la información del año 2002 facilitó la posibilidad de un mayor escrutinio público del gobierno federal. Sin embargo, existe todavía un riesgo significativo de que la secrecía vuelva a restablecerse en el futuro: la agencia federal encargada de aplicar la ley en el Poder Ejecutivo no ha sido dotada de autonomía, continúa siendo vulnerable a la interferencia política y ha encontrado oposición por parte de varios organismos de gobierno clave".

En lo relativo a los derechos laborales, expuso que la actividad legítima de organización de los trabajadores "continúa estando obstaculizada por los convenios colectivos negociados entre la gerencia y los sindicatos adeptos a ésta. A menudo, estos convenios no establecen beneficios para los trabajadores por encima de los mínimos exigidos por la ley mexicana".

En materia educativa, apuntó que uno de los problemas crónicos de México "es la falta de medidas gubernamentales tendientes a asegurar que las decenas de miles de niños de las zonas rurales reciban educación primaria durante los meses en que sus familias migran de un estado a otro para trabajar en campos agrícolas. Si bien existe un programa federal destinado a brindar educación primaria en los campos agrícolas, las clases se ofrecen generalmente durante la tarde, cuando los niños están demasiado exhaustos a causa del trabajo como para estudiar".

INFANCIA

Octubre, 2006.- Más de un millón de niños están encarcelados en distintas partes del mundo (Save the Children).
Noviembre, 2006.- Más de 1,000 millones de personas no tienen acceso regular al agua potable, lo que provoca que 1.8 millones de niños mueran cada año de diarreas causadas por beber este líquido en mal estado.
Noviembre, 2006.- En 1960, en África se registraban el 14% de todas las muertes de menores de 5 años. En 1980, el porcentaje se situó en el 23%, y en el 2003, la cifra se disparó hasta el 43%.
Noviembre, 2006.- Más de 30,000 niños menores de 5 años mueren cada día en todo el mundo debido a la pobreza.
Noviembre, 2006.- De los 11 millones de muertes en menores de 5 años, 70% se deben a la malnutrición o a enfermedades como diarreas, malaria o infecciones en las vías respiratorias.
Noviembre, 2006.- 130 millones de niños no asisten a la escuela, y 82 millones pierden su infancia debido a matrimonios precoces; además, 15 millones quedan huérfanos a causa del sida.
Noviembre, 2006.- 246 millones de niños trabajan, de los cuales 72 millones son menores de 10 años.
El número de niños que viven en las calles se estima en 100 millones.
Noviembre, 2006.- 300 millones de niños en el mundo pasan hambre y 18,000 mueren cada día por escasez de alimentos (ONU).
Enero, 2007.- La vacuna triple vírica (para la difteria, tétanos y tosferina) no es accesible para 28 millones de niños en el mundo; 2.5 millones de menores mueren por falta de la combinación más esencial.
Febrero, 2007.- La cifra de niños soldados llega casi a los 300,000, esencialmente en África, pero también en Asia y América (OIT).
Febrero, 2007.- Casi 218 millones de niños mayores de 5 años de edad trabajan; 126.3 millones laboran por bajos salarios, sin protección, y en no pocas ocasiones rozando los límites del peligro (OIT).
Febrero, 2007.- Se calcula que, cada año, casi un millón de menores se prostituyen (OIT y UNICEF).
Marzo, 2007.- Más de 100 millones de niños en todo el mundo son explotados sexualmente a cambio de dinero. La explotación de menores constituye la tercera industria ilegal del mundo, sólo superada por el tráfico de drogas y el de armas (Red Internacional de Organizaciones contra la Explotación Sexual Infantil).
Marzo, 2007.- En India, Pakistán, Bangla Desh y Nepal trabajan 12.6 millones de niños de entre 5 y 14 años. Es la región con mayor número de niños trabajadores en el mundo (ONU).
Marzo, 2007.- Los niños obreros suman en el mundo 218 millones. Además, 300,000 niños que viven en zonas de guerra han sido alistados en el servicio militar, incluidos menores de 10 años (ONU).
Fuente: El mundo en cifras.

MÉXICO

Noviembre, 2006.- De los 100 millones de habitantes, una cuarta parte son menores de 16 años que sobreviven en condiciones de pobreza, es decir, unos 24.8 millones de niños (Red por los Derechos de la Infancia en México).
Noviembre, 2006.- El trabajo infantil afecta a unos 3.5 millones de niños (Red por los Derechos de la Infancia en México).
Diciembre, 2006.- Existe un total de 14 grupos armados, ubicados primordialmente en las zonas altas de los estados, pero con operaciones en las capitales de los mismos (Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional).
Marzo, 2007.- Cerca de la mitad de la población -unos 55 millones de personas- vive en la pobreza; 25% de los mexicanos gana menos de un dólar al día.
Septiembre, 2007.- Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México reveló que 60% de los jóvenes mexicanos entre 12 y 24 años están desempleados.
Octubre, 2007.- Las 20 familias más ricas concentran el 10% del producto bruto interno del país.
Diciembre, 2007.- En los primeros 11 meses de este año, el crimen organizado cometió en promedio 7.76 asesinatos diariamente (Secretaría de Seguridad Pública mexicana).
Fuente: El mundo en cifras.


El derecho adquiere legitimidad a través de nuestros juicios morales:
Juan Antonio Cruz Parcero

"La idea de tener un derecho humano surge en el pensamiento filosófico; nace como una reivindicación moral de los seres humanos aún antes de convertirse en una idea jurídica. Su raíz la encontramos en el discurso moral, en una demanda ético-política de las personas por el reconocimiento de sus derechos como seres humanos", afirmó Juan Antonio Cruz Parcero, especialista en filosofía del derecho.

Al referirse a la vinculación de los derechos humanos con la moral, Cruz Parcero consideró que "existe una relación muy estrecha entre el ámbito jurídico y el moral. La noción de derechos humanos está directamente relacionada con el ámbito moral. Su devenir histórico es complejo; va desde la reivindicación de derechos abstractos hasta la de derechos concretos. Estas reivindicaciones se presentaron primero con un lenguaje político-moral, y más tarde se convirtieron en derechos de carácter jurídico".

En cuanto a los factores que dictaminan lo que es un derecho humano, el investigador señaló que existen varias teorías. "Una de las líneas más comunes es la inspirada en el pensamiento de Kant, que se funda en valores fundamentales como la autonomía, la libertad o la dignidad de la persona; remitiéndonos a esos valores es posible determinar cuáles son los derechos que le sirven al ser humano para ser autónomo, tener dignidad y ser libre. Para los autores que, por ejemplo, se apoyan únicamente en el valor de la autonomía, sólo los derechos que sirvan para proteger la autonomía valdrán como derechos humanos; los demás podrán ser derechos o valores de otro tipo, pero no derechos humanos".

Juan Antonio Cruz Parcero es doctor en Derecho por la Universidad de Alicante, España; investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas en el área de Filosofía del Derecho, y catedrático en el Posgrado de Derecho de la UNAM. Colabora con organismos de derechos humanos y es director de Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía del Derecho. Pertenece a varios comités editoriales de revistas jurídicas, como el Boletín Mexicano de Derecho Comparado (IIJ), Juez. Cuadernos de Investigación (UIA), Discusiones (Argentina), entre otros.

Es autor de El lenguaje de los derechos. Ensayo para una teoría estructural de los derechos (Trotta, 2007), Los derechos sociales desde una nueva perspectiva (CNDH, 2000) y El concepto de derecho subjetivo (Fontamara, 1999), y coeditor de Derechos sociales y derechos de las minorías (Porrúa, 2000). Además, ha escrito diversos artículos especializados para revistas nacionales y extranjeras.

¿Cómo se establecen los límites de lo humano?
-Cuando hablamos de seres humanos, en buena medida sabemos a qué nos estamos refiriendo. Somos distintos de otros seres vivos, como los animales o las plantas; por tanto, los límites de lo humano los podemos reconocer en lo que llamamos casos claros o centrales. El pensamiento filosófico y el relativo a los derechos humanos gira en torno a esos casos, que son los de personas con cierto desarrollo intelectual, que pueden ejercer sus capacidades y facultades; es lo que llamaríamos seres humanos racionales adultos, son el caso prototípico.

En ese aspecto sabemos a lo que nos referimos con lo humano; sin embargo, los problemas se originan cuando extendemos el significado más allá de este caso central o claro. Conforme nos apartamos de los casos centrales, aparecen otros sujetos que relacionamos con lo humano, porque se parecen mucho al caso central. Por ejemplo, los niños: ellos pertenecen a lo humano aunque no tengan las características de este humano adulto desarrollado.

En el caso de las personas que paulatinamente pierden sus facultades porque contraen alguna enfermedad, entran en estados de vejez o padecen enfermedades mentales, ¿qué pasa? Nos preguntamos si son humanos o si han dejado de serlo porque pierden estos signos característicos. Convencionalmente asumimos que cuando un sujeto pierde sus facultades mentales esto equivale a la pérdida de la vida. En México y otras partes del mundo, la muerte se declara cuando han cesado las actividades cerebrales. La muerte cerebral equivale a la muerte tal cual, jurídicamente hablando. No importa que el cuerpo siga con vida; suponemos que el ser humano -en tanto concepto moral- ha dejado de existir. Ahí ha dejado de considerársele un ser humano, una persona.

El aborto es otro ejemplo. ¿En qué momento consideramos que un ser humano -en términos morales, no biológicos- comienza a existir? En la discusión del aborto está claro que buena parte de los que estamos a favor de una ley que despenaliza el aborto en las primeras doce semanas -como la aprobada hace un año en el D.F.-, estimamos que un ser humano en términos morales empieza a existir a partir de las veintidós semanas de embarazo, o incluso después. ¿Por qué en ese momento? Porque el feto sólo comienza a tener algunas funciones neuronales importantes en la semana veintidós. La ciencia nos dice que aproximadamente en ese instante puede comenzar a tener dolor y placer, lo que ya representa un dato psicológico relevante. Antes de este periodo no presenta todavía ningún rasgo moral relevante, lo que no quiere decir que biológicamente no pertenezca a nuestra especie o que no tenga un código genético semejante al de otros seres humanos.

Entonces, la pregunta sería: ¿qué abarca lo humano? Ahí diferimos, pese a tener actualmente coincidencias respecto al eje central que nos reconoce como seres humanos. Hay que recordar que en épocas pasadas, a los negros, a los miembros de algún grupo racial o religioso específico, a las mujeres, etcétera, no se les reconocía como seres humanos. Pero hoy en día existe gran consenso: a ningún ser humano consciente, con cierto tipo de capacidades desarrolladas y formadas, se le puede excluir de un trato humano; y lo mismo vale para los niños.

¿Qué relación existe entre el derecho y la moral o la ética?
-Mucha. La moral y la ética se pueden usar como sinónimos, aunque hay algunos autores que las distinguen: describen a la moral como el conjunto de normas morales y a la ética como la disciplina que estudia esas normas. La ética es la disciplina que estudia la moral. Pero esta distinción no siempre es usada así.

El derecho es un orden normativo con el que la sociedad establece normas (reglas o principios), las cuales sirven para guiar nuestro comportamiento; empleándolas podemos realizar juicios críticos de conductas y conformar así nuestras expectativas sobre la conducta de los demás. A diferencia de otros órdenes normativos, en el derecho podemos tener un cambio intencional de estas normas, lo que otorga al derecho cierta autonomía respecto de órdenes morales. Pero esto no quiere decir que esté aislado de la moral.

La moral es otro sistema normativo que nos indica lo que es bueno o malo, cómo debemos actuar o comportarnos. La moral se relaciona con el derecho porque en este último nos guiamos por algunos ideales morales que queremos reproducir; es decir, el derecho nos sirve para guiar nuestras conductas adecuándonos a ciertas reglas y principios que conforman un marco legal, pero aspiramos por lo menos a que este marco legal respete algunas ideas básicas de justicia. Este nexo con la justicia es lo que hace que el derecho tenga esa conexión necesaria con la moral.

Esto ha causado muchas discusiones en torno a si las normas injustas son jurídicas o no, si puede haber un derecho injusto o no. Puede haber un derecho injusto -con algún grado de injusticia-, quizá eso no le quite el que sea derecho, aunque también diríamos que un sistema de normas que se alejara mucho de la justicia o que ni siquiera pretendiera ser justo para algunos, difícilmente podríamos verlo como derecho. El derecho, por ejemplo, sirve para regular la fuerza, para que algunas personas o grupos puedan ejercer la fuerza sobre otros; esto forma parte de la realidad del derecho, pero lo importante aquí es que este uso de la fuerza se practique a la luz de criterios de justicia.

Es así como el derecho adquiere legitimidad a través de nuestros juicios morales positivos.

¿Los derechos humanos deben establecerse y hacerse valer desde una perspectiva jurídica o desde un aspecto ético o moral?
-No se pueden excluir. Los derechos humanos son pretensiones morales, son reivindicaciones morales con un fundamento filosófico. Por tanto, es imposible renunciar a esos reclamos. Cuando demando el derecho a la salud, a la vida, a la integridad, normalmente no tengo que citar ninguna disposición jurídica para hacerlo; la fuerza de esa exigencia es su propio contenido moral, que reconocemos. Ésa es la fuerza de los derechos humanos. Los seres humanos vivimos en sociedades complejas y tenemos relaciones de poder igualmente complicadas; el ámbito jurídico es indispensable para pasar de ese reclamo moral a un reclamo que tenga mayor respaldo. El aspecto jurídico del reclamo es muy importante, porque se le agrega el poder y reconocimiento de las instituciones, de la organización social; también de la violencia, de la fuerza que puede ejercer el Estado a través de sus mecanismos judiciales y policiacos para que haga valer esa exigencia.

Si queremos lograr eficacia, lo primero que debemos hacer es reconocer que el reclamo tiene ese aspecto moral y que en ocasiones se requerirá de la fuerza del Estado para conseguirlo. Además, cuanto más amplio sea el conocimiento y respeto de esos derechos, menor será la fuerza que se emplee por parte del Estado.

El aspecto jurídico es importante, pero es un refuerzo de la moral. El respeto a los derechos humanos lo tendremos cuando la gente los reconozca, independientemente de que existan o estén plasmados en documentos legales. Las instituciones judiciales, el Estado o el derecho funcionan bien cuando en la sociedad existe cierto grado de respeto de los valores morales básicos; cuando no, la fuerza del Estado resulta insuficiente para imponer cualquier tipo de normas. La fuerza de los derechos humanos no descansa sólo -ni principalmente- en la coerción que el Estado puede llegar a imponer, sino en el respeto que se tenga de los valores o razones morales que están detrás de tales derechos. Sin embargo, cuando existe cierto tipo de violaciones a los derechos, cuando determinados individuos o grupos no respetan tales derechos, difícilmente se les puede convencer de que cambien sus actitudes, si no se hace uso de la fuerza del Estado. Muchas veces tampoco podemos esperar a convencerlos "por las buenas", como se dice, sino que tenemos que persuadirlos con la amenaza del uso de la fuerza, con la amenaza de la aplicación de sanciones.

¿La Declaración de los Derechos Humanos se conforma como deberes éticos y morales, o como normas jurídicas que generalizan los derechos ciudadanos?
-La Declaración de los Derechos Humanos se puede ver como el paso del discurso moral al jurídico. Es una especie de conexión entre los dos discursos. Para lo que ha servido este documento -y otros posteriores-, por un lado, es para lograr un consenso internacional respecto a los derechos. En la medida en que aparezcan los derechos en una declaración, en un documento que se ha traducido a casi todos los idiomas, se están difundiendo esos derechos y se gana consenso sobre su validez. Por otro lado, funciona como inspiración o ejemplo para que otros documentos domésticos reproduzcan todos estos derechos e instrumenten mecanismos jurídicos para su concreción y cumplimiento.

Cada país va adaptando en sus constituciones y leyes estos derechos humanos. Algunos lo hicieron desde el siglo XVIII, otros en el XIX y la mayor parte en el XX. En la medida en que se hagan jurídicos estos derechos, tendrán mayor precisión y se desarrollarán localmente. A su vez, esos desarrollos locales generarán documentos internacionales.

¿Cuáles son los aportes y carencias de esta declaración?
-Los aportes son muchísimos. El más importante fue orientar nuevamente el valor de lo humano, de la dignidad del ser humano como una pieza clave del nuevo orden internacional que se estaba formando después de la Segunda Guerra Mundial. En una época en la que se habían vivido los crímenes más horrendos; una guerra terrible donde se negaron todos los valores humanos y el ser humano se degradó de una manera difícil de concebir -no sólo por parte de los nazis; también de los aliados que hicieron atrocidades en contra del pueblo alemán, bombardeando ciudades enteras, o como el caso de los bombardeos norteamericanos a Hiroshima y Nagasaki-, anteponer el valor humano como uno de los ejes fundamentales constituyó un gran aporte.

Este documento ha servido para que naciones que estaban muy alejadas ideológicamente, se acerquen y compartan un mismo catálogo de normas y de principios básicos con otros pueblos. Ése ha sido el gran aporte: generar una especie de consenso internacional sobre el valor de esa declaración de derechos humanos.

No quiere decir que exista unanimidad o que en todos los Estados que han firmado la declaración se entienda y acepte en el mismo grado. No significa que se compartan todas las ideas o se tenga una misma interpretación de ellas. Pueden existir diferentes maneras de entender la declaración o de sentirse vinculado con ella, pero no debe perderse de vista que ha logrado amplio consenso y mayor respeto a los derechos humanos.

Entre sus deficiencias encontramos -un poco en retrospectiva- limitaciones en la redacción. Debemos recordar que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es obra de un pequeño grupo de personas. Su elaboración ocurrió durante los primeros años de la posguerra, cuando estaba declarada ya una guerra fría entre los aliados y el bloque soviético. Como documento histórico tiene entonces una serie de limitantes que diversos autores contemporáneos han destacado; por ejemplo, concebir como un derecho humano -junto a los grandes derechos como la libertad de expresión, la vida, la integridad, etcétera- las vacaciones pagadas es algo difícil de entender si olvidamos el momento histórico en que surge. Cuando se redactó, el bloque socialista quiso introducir una serie de reivindicaciones, muchas de las cuales son benéficas porque representaron la base de los derechos sociales, pero en otras se excedieron introduciendo derechos laborales que no son universales.

A pesar de ello, es un documento histórico, y hay que comprenderlo como tal. Buena parte del desarrollo de otros documentos, de pactos internacionales de derechos civiles, políticos, sociales y culturales, proviene de la declaración. Los derechos humanos ahora están en muchos otros tratados.

¿Cómo lograr una convivencia humana que respete los derechos individuales y los colectivos de cualquier sociedad?
-No es fácil. En el ámbito internacional debe existir mayor solidaridad entre las naciones, y reglas claras. Tenemos que ser capaces de construir instituciones internacionales; rebasar nuestro parámetro actual, que es la Organización de Naciones Unidas. Superar estas organizaciones, dotarlas de mayores facultades. Transformarlas para que no estén controladas por unas cuantas potencias. Conforme se supere esa barrera organizacional tendremos un orden internacional más equitativo, justo y sensible; con mayor capacidad de acción y reacción a través de la prevención y no de la violencia. Luchar por esa equidad permitirá socializar la dignidad del ser humano y traducirla a hechos reales.


Antonio Candido,
el mayor humanista y crítico literario brasileño

Se negociaba la paz en Europa cuando nació Antonio Candido, crítico y humanista brasileño comprometido con el estudio de la literatura en América Latina. Era 1918; Thomas Woodrow Wilson, presidente de los Estados Unidos -1913 a 1921-, formulaba su famoso discurso de catorce puntos, el cual buscaba sentar las bases "de una paz justa y duradera tras la Primera Guerra Mundial".

Cerca de diez millones de muertos y varios millones más de heridos, en su mayoría jóvenes de Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido, fue el saldo que dejaba a su paso el mayor conflicto bélico hasta entonces conocido. En Río de Janeiro, Brasil, se vivía una de las peores epidemias de gripe española, más de trescientas mil personas morían a causa de ella.

El miércoles 24 de julio de ese año, Antonio Candido de Mello e Souza, conocido comúnmente como Antonio Candido, nacía en el seno de una familia acomodada. Quien sería considerado años más tarde "el mayor crítico literario brasileño y uno de los mayores de América Latina", realizó sus estudios profesionales en la Universidad de São Paulo (USP), simultáneamente en las carreras de Ciencias Sociales y Derecho, aunque sólo se tituló en la primera.

Durante su formación universitaria funda la revista Clima -junto con Paulo Emílio Salles Gomes, Décio de Almeida Prado, Ruy Coelho, Lourival Gomes Machado, Florestan Fernandes, Alfredo Mesquita, y Gilda de Moraes Rocha, posteriormente llamada Gilda de Mello e Souza-, en donde comienza a escribir sobre literatura. En 1942 se integra al cuerpo docente de la USP, como asistente del catedrático Fernando de Azevedo en la asignatura de Sociología II.

Un año más tarde emprende su colaboración con el periódico Folha da Manhã, "escribiendo diversos artículos y reseñando los primeros libros de João Cabral de Melo Neto y Clarice Lispector".

Doce años después, se graduaría de doctor en Ciencias Sociales. Su tesis, Parceiros do Rio Bonito, continúa siendo un marco sobre sociedades tradicionales en los estudios brasileños. "Desde 1974 imparte la cátedra Teoría Literaria y Literatura Comparada de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (así denominada a partir de 1970) de la misma universidad, siendo responsable de la formación de gran parte de la intelectualidad nacional, directa o indirectamente".

Para Hermenegildo Bastos, profesor de la Universidad de Brasilia e investigador invitado del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), Antonio Candido, junto con Sergio Buarque de Holanda, Caio Prado Jr., Gilberto Freire y Darcy Ribeiro, es uno de los intérpretes de Brasil. "Como crítico literario, construyó una matriz de interpretación de la literatura y de la cultura brasileña, según la cual, literaturas como las nuestras -de América Latina- están basadas en la dialéctica localismo/universalismo. Los dos polos divergentes se atraen y armonizan".

De Mello e Souza se forja en una época marcada por grandes conflictos internacionales; la Gran Depresión mundial iniciada en Estados Unidos, la Guerra Civil española, la dictadura de Francisco Franco y el inicio de la Segunda Guerra Mundial son algunos de los sucesos que marcaron la década de los treinta y la conciencia del humanista. Antonio Candido es un hombre comprometido con los acontecimientos políticos y sociales que le rodean.

"Candido es un intelectual -añade Bastos- que se formó en los años treinta, años de intensa movilización cultural, social y política. Por el proceso que él llamó de reducción estructural, los datos de la realidad social, que son externos a la obra, se transforman en datos internos de la estructura literaria. La relación literatura y sociedad -como se puede ver en su libro ahora traducido al español por Jorge Ruedas de la Serna y publicado por la UNAM-, es una relación dialéctica. El intelectual Antonio Candido estuvo siempre presente en las discusiones políticas en Brasil y en América. Fue siempre un adversario de los regímenes dictatoriales, fundador del Partido Socialista brasileño y del Partido de los Trabajadores (PT)".

Jorge Ruedas de la Serna, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad e investigador del Colegio de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la misma facultad, explica que la formación intelectual del crítico partió de la sociología. "En esta disciplina -escribió Florestan Fernandes- 'colocó la sociología educacional al día con nuestra época, develó los secretos (y las limitaciones) de la explicación sociológica [...] y se vio impulsado a redactar varios ensayos decisivos, coleccionados en algunos de sus libros'. Abrazó después de lleno los estudios literarios, área en la que desde hacía muchos años figuraba como un crítico eminente. Su obra es marcante para la cultura brasileña contemporánea y su nombre es inseparable de los 'momentos decisivos' de la formación literaria de Brasil" (Humanidades y Ciencias Sociales, septiembre de 2005).

Pero la crítica de Candido no se limitó al ámbito académico. Ruedas de la Serna apunta que "ha podido aclarar los procesos de creación de grandes escritores, como en el caso de Graciliano Ramos; y su intuición crítica lo llevó a descubrir a otros, de la estatura de Clarice Lispector y João Cabral de Melo Neto, cuando estaban en sus inicios y no eran, todavía, conocidos. Además de sus muchos libros y ensayos especializados, escribió por largo tiempo en el periódico, y por este medio influyó en el gusto del público, contribuyendo además a la formación de una crítica viva y comprensiva tanto de obras contemporáneas como del pasado. Acercó estas últimas al lector actual, para fortalecer una tradición literaria que se actualiza permanentemente, no sólo en la creación de las cúpulas literarias, sino también en la cultura popular".

Los aportes de la obra de Antonio Candido para el estudio de la literatura latinoamericana del siglo XX son numerosos y fundamentales para su comprensión. Hermenegildo Bastos indica que de acuerdo con el escritor, "la tradición literaria europea se impuso con violencia en los pueblos de América Latina. Fue arma de los colonizadores, pero los escritores latinoamericanos transformarían la literatura en arma de los colonizados. La historia de nuestras literaturas es la de los procesos dialécticos de apropiación de la tradición europea. Al apropiarse de la tradición europea, nuestros pueblos crearon nuevas formas de expresión e interpretación del mundo. Fue posible salvar de la destrucción las tradiciones indígenas, locales".

Sobre los obstáculos que el autor ha enfrentado -en numerosas ocasiones el crítico ha dicho que la literatura portuguesa está condenada a la marginalidad porque casi nadie lee el portugués- y cómo los ha superado, Bastos piensa que a partir del siglo XX las literaturas latinoamericanas son ya mundialmente conocidas, "con escritores que influenciaron a los escritores europeos, como el caso de Borges o García Márquez. En el caso de las literaturas de lengua portuguesa, la penetración es más difícil. Sin embargo, los lectores de todo el mundo ganarán mucho si leen a Machado de Assis, porque su obra, al representar el Brasil, representa también el sistema mundial. La presencia de Machado de Assis, y de otros escritores de lengua portuguesa -Fernando Pessoa, José Saramago, Clarice Lispector y muchos otros- se agranda cada día".

Autor de Introdução ao Método Crítico de Sílvio Romero (1945), Formação da Literatura Brasileira. Momentos Decisivos (1957), Ficção e Confissão (1956), Observador Literário (1959), Presença da Literatura Brasileira (1964), Tese e Antitese (1964), Parceiros do Rio Bonito (1964), A Educação pela Noite e Outros Ensaios (1987) y Discurso e a Cidade (1993), Antonio Candido es, como lo describe Jorge Ruedas de la Serna, un intelectual independiente, comprometido política y socialmente con los desposeídos, que "ha predicado que todos los hombres tienen derecho a la literatura. Supo restituir al texto literario, por todo ello, su dignidad, su sentido humano y su especificidad estética irrenunciable".

En 2005, el Premio Internacional Alfonso Reyes se le otorgó al crítico brasileño. Tratándose de una condecoración que lleva el nombre de uno de los mayores polígrafos, humanistas y críticos mexicanos, el significado adquirió mayor relevancia. Para Hermenegildo Bastos, este premio es "el reconocimiento del papel del maestro de la crítica literaria latinoamericana, como ya lo reconocían sus discípulos Ángel Rama y Antonio Cornejo Polar. Es también una invitación para que leamos su obra, en este momento tan problemático para América Latina".

En palabras de Antonio Candido, este premio fue de gran importancia "porque Alfonso Reyes es uno de los hombres más importantes para el pensamiento crítico de América Latina". Con este reconocimiento espera que la cultura brasileña despierte interés, "que sea el comienzo quizá de un conocimiento más considerable en el futuro".

"Brasil tiene una literatura muy rica, pero muy poco conocida porque ustedes hablan español. En Brasil siempre se leyó poco a los narradores hispanoamericanos, pero en Hispanoamérica nada se leyó de los escritores brasileños". Esta situación ha comenzado a cambiar desde hace algunos años, aunque existe una asimetría grave: "nosotros conocemos la literatura hispanoamericana, a autores como Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, José María Arguedas, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar, que son traducidos al portugués; pero los brasileños tienen una presencia mucho menor en lengua española. Por eso es una relación no muy intensa y asimétrica".

Partidario de que todos los hombres tengan derecho a la literatura, al preguntársele por la manera en la que la literatura contribuye al desarrollo del ser humano y cómo puede llegar a ser un factor de liberación de nuestros pueblos, Antonio Candido indicó que "la literatura actúa en dos niveles: el del conocimiento y la información, esto es, aquello que aprehendemos y comprendemos en el texto; y el de la impregnación, es decir, aquello que toca el subconsciente y actúa a pesar de nuestra rebeldía, u omisión. Bajo el primer aspecto ella reduce el mundo interior y el mundo exterior a discurso articulado, enseñándonos a verlos y comprenderlos mejor. Bajo el segundo aspecto, ella es sobre todo factor de organización de la mente. Sin que lo percibamos, ella da forma a lo que es informe, expresa lo inexpresado y nos permite, así, dar un sentido más o menos preciso a lo que de otro modo quedaría indefinido. Esas funciones son ejercidas por todas las formas de expresión literaria, desde la anécdota y el cuento popular hasta los más refinados poemas eruditos. La literatura pone orden en la mente y en la sensibilidad, en la medida en que permite expresar lo inexpresado, de modo que en ambos niveles mencionados ella es una posibilidad constante de humanización y toma de conciencia. Gracias a ella nuestro mundo gana realidad duradera y significativa, pudiendo en consecuencia inspirar nuestra visión del mundo y nuestra conducta. Eso, sea el Popol-Vuh, las leyendas amazónicas del jabuti, el Martín Fierro, de Hernández, o las novelas de Machado de Assis" (Jorge Ruedas de la Serna, Humanidades y Ciencias Sociales, septiembre de 2005).


Libros y autores

DERECHOS HUMANOS, ABORTO Y EUTANASIA

Este volumen aborda dos asuntos relevantes desde el punto de vista de los derechos humanos: el aborto y la eutanasia; ambos son polémicos. Frente a sus implicaciones se ofrece una posición clara y se argumenta en favor de ella, considerando que el Estado constitucional se basa en la libertad, la justicia, la seguridad, la equidad, el respeto por la dignidad y el laicismo de las instituciones. Imponer criterios que resulten restrictivos de esos derechos y principios, es contrario a la esencia de un Estado moderno y a los objetivos de un sistema democrático.

También el aborto y la eutanasia son decisiones extremas y dolorosas; nadie puede recomendarlas como medidas ideales, pero forman parte de una necesidad social que no es razonable soslayar; se practican, incluso sin marco regulador, lo cual se sabe y se consiente. Aun quienes impugnan esas instituciones jurídicas están enterados de que el aborto y la eutanasia se llevan a cabo sin regulación, con los consiguientes efectos negativos para la salud de las mujeres y la dignidad de los enfermos terminales.

El lector, una vez sumergido en las líneas del libro, se percatará de la importancia sin par que se le otorga a la noción jurídica de la dignidad humana, concepto que, desde la perspectiva jurídica, aún necesita desarrollarse y precisarse. Son preocupaciones que se resaltan con la finalidad de hacer una mejor defensa y protección de los derechos humanos en México.

Jorge Carpizo y Diego Valadés, Derechos humanos, aborto y eutanasia, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2008, 175 pp.

EL ECO DE MATHIAS GOERITZ

En el cincuenta aniversario de la construcción de su obra más emblemática, las Torres de Satélite, esta compilación reúne manifiestos, críticas y advertencias que conforman el trabajo teórico de Mathias Goeritz (1915-1990), quien antes y después de concretar una obra plástica tomaba la pluma para expresar sus "pensamientos y dudas autocríticas". Si la mayoría de sus textos encontró en la revista Arquitectura México un foro de difusión continuo y coherente, otros muchos estaban dispersos en revistas especializadas y otros tantos permanecían inéditos.

El material aquí presentado es resultado de una larga y minuciosa pesquisa. La selección de los textos se hizo con base en la importancia de su contenido y en el impacto que produjeron en la escena artística de su época, privilegiando no la exhaustividad, sino la pertinencia de las ideas que contienen, y tratando en todos los casos de transmitir todos los aspectos de la concepción teórica y crítica del artista. Así, este esfuerzo editorial desea convertirse en una herramienta que ayude al lector en su aproximación a Mathias Goeritz.

El eco de Mathias Goeritz. Pensamientos y dudas autocríticas, Leonor Cuahonte (compiladora), México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas, 2007, 329 pp.


Tendencia juvenil
DESTINOS TURÍSTICOS DE LOS JÓVENES

Para muchos jóvenes mexicanos, uno de los placeres de la vida es viajar. La mayoría lo hace en busca de diversión, cultura y esparcimiento. Gran parte de los jóvenes opta por recorrer el país para conocer su nación y los destinos turísticos que ofrece: atractivos culturales, arquitectónicos, belleza natural y actividades diurnas y nocturnas. Además de los atractivos del lugar, los bajos costos y el tiempo del que disponen para vacacionar son factores que influyen en su elección.

De acuerdo con la Secretaría de Turismo (Sectur), los periodos en los que se acostumbra viajar más son la Semana Santa y el verano (34.6% y 34.5%, respectivamente), seguidos por los fines de semana regulares (26.5%) y el periodo vacacional de fin de año (14.9%).

Los principales atractivos turísticos son las playas, ciudades como México, Monterrey y Guadalajara, y los destinos naturales y arquitectónicos; estos últimos han aumentado su popularidad entre los jóvenes. Sectur revela que si bien éstos buscan experiencias de aventura en lugares naturales, la preferencia por los destinos arquitectónicos y coloniales se ha incrementado; existe mayor interés de la juventud por conocer más sobre su cultura.

Para los viajes de aventura, la Riviera Maya es uno de los lugares más concurridos por los jóvenes que buscan alternar la aventura con la apreciación de los paisajes naturales. Recorren la zona costera norte de Yucatán, Cancún, el área arqueológica de Tulum y otros sitios que exponen su esplendor a través de lagunas, cavernas, ríos subterráneos y playas paradisiacas.

Seis son los municipios -de acuerdo con Sectur- más visitados en la República Mexicana: Veracruz, Guadalajara, Monterrey, Puerto Vallarta, Los Cabos y Benito Juárez.

En especial Cancún, ubicado en el municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, es uno de los destinos preferidos por el turismo juvenil, por contar con playas y una vida nocturna adecuada para combinar el descanso y la diversión. Cozumel también es muy visitado por sus sitios dedicados exclusivamente al buceo, como Palancar, Punta Sur, Maracaibo, Paso del Cedral, Ciankanaab y Tormentos.

El puerto de Acapulco es otro de los espacios más frecuentados por los jóvenes a causa de su cercanía con la ciudad de México, su incansable actividad nocturna, su infraestructura turística y sus atracciones familiares. Entre las playas con gran afluencia de jóvenes, destacan Zihuatanejo, Puerto Vallarta, Mazatlán y Cabo San Lucas.

Manzanillo, Colima; Mazatlán, Sinaloa; Valle de Bravo, Estado de México; Tlaxcala; Taxco, Guerrero; y las playas de Rosarito, en Baja California, también reciben gran número de turistas jóvenes.

La Secretaría de Turismo informó que, según una encuesta que realizó, los cinco lugares favoritos de los jóvenes entrevistados son: Acapulco (10.9%), Cancún (9.1%), Veracruz (7.9%), Guanajuato (6.8%) y Puerto Vallarta (5.3%). De éstos, sólo Guanajuato es un destino sin playa.

Los cuatro lugares favoritos fuera del país se ubican en los Estados Unidos: Los Ángeles (3%), Nueva York (2.6%), Miami (1.8%) y Las Vegas (1.8%), aunque el 65.3% de los entrevistados no ha viajado al extranjero.

ATRACTIVOS TURÍSTICOS JUVENILES

Destino Atractivo
Playa Ambiente y vida nocturna (31.5%).
Disfrutar el sol (29%)
Balnearios Actividades acuáticas (28.1%)
Ciudades coloniales Museos, centros culturales, arquitectura (28%)
Áreas naturales Campamentos (34.2%).
Deportes extremos (30.5%)
Grandes ciudades Ambiente y vida nocturna (24.6%).
Compras (24.2%)
Espectáculos (24%)
Pueblos típicos Tradiciones y costumbres (34.2%).
Comida típica (26.6%)

Fuente: Sectur