Febrero de 2008
Año IV, Número 28


Uno de los objetos de estudio de la disciplina bibliotecológica es la organización de la información registrada
Catalina Naumis Peña

"El objetivo del Primer Simposio Internacional de Organización del Conocimiento: Bibliotecología y Terminología, fue intercambiar experiencias sobre enfoques y resultados de estudios efectuados por integrantes de la bibliotecología, la terminología y disciplinas relacionadas. Asimismo, se buscó reflexionar sobre los términos usados en la comunicación científica y que inciden en la organización del conocimiento dentro de los sistemas de información", dijo Catalina Naumis Peña, investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas (CUIB).

Naumis Peña es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y catedrática del Colegio de Bibliotecología y Estudios de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus obras principales son el Manual para la descripción de la base de datos INFOBILA; Tesauro latinoamericano en ciencia bibliotecológica y de la información; Macrotesauro para contenidos educativos, que constituye la columna vertebral del sistema de información que alimenta las transmisiones de Edusat y la Red Escolar Educativa de México; Modelo de construcción de tesauros documentales multimedia: Aplicaciones a los contenidos educativos en televisión, publicado en CD-Rom; y el Tesauro documental: y su aplicación en la información impresa, digital y multimedia. Además, participó en el Diccionario enciclopédico de ciencias de la documentación, editado por José López Yepes y es autora de diversos artículos, capítulos en libros y ponencias.

En entrevista, la investigadora explicó que los antecedentes sobre el tema de trabajo en el simposio surgen en 1996, cuando comenzó a construir un tesauro sobre bibliotecología. "Fue en ese momento cuando tomé conciencia de la necesidad de cierta formación lingüística en el tema terminológico. Primero fue la búsqueda bibliográfica acerca de la terminología; proseguí con las lecturas que me ayudaran a entender el tema, y culminé acercándome a los expertos. En esa etapa observé que la terminología, al igual que la bibliotecología, se relaciona en un nivel transversal con disciplinas similares, como la lexicología, la informática y la traducción".

"Al integrarme a grupos interdisciplinarios -como ISKO (International Society for Knowledge Organization) y RITERM (Red Iberoamericana de Terminología)- que comparten la preocupación por la terminología para la comunicación especializada, obtuve mayor seguridad sobre el hilo conductor de las investigaciones que realizo.

Desde hacía tiempo había reparado en que las reuniones de RITERM hacen énfasis en los aspectos lingüísticos y no profundizan en la indización y recuperación de información. Sin embargo, se trabaja sobre investigación en el mismo idioma que hablamos en México. En el caso de las juntas de ISKO, están centradas en los temas de mediación para organizar información, pero no en las particularidades de nuestra lengua. De ahí surgió la necesidad de conjuntar un grupo interesado en la mediación lingüística en español para indizar y recuperar información sobre cualquier temática".

¿Cuál sería la valoración global del simposio?
-Podría decir que fue un éxito por el interés que suscitó en comunidades científicas de América Latina, España y de países con hablantes de otros idiomas; también entre nuestros estudiantes y bibliotecólogos dedicados a la organización de información registrada. Los tres días que se celebró el evento, la asistencia fue muy numerosa y tuvo una participación muy activa, lo que muestra el interés que despertó el programa. Los trabajos abarcaron tanto aspectos teóricos como experiencias en la práctica, y los temas fueron abordados desde la lexicografía, la lingüística, la informática, la traducción, la terminología y la bibliotecología.

Los trabajos de la representación temática de la información desde el punto de vista bibliotecológico, comprendieron tanto las soluciones practicadas en las bibliotecas tradicionales como las propuestas de la biblioteca semántica. El campo de trabajo es inmenso y sólo se han hecho estudios muy puntuales. Surgieron muchas propuestas que deberán ser analizadas y retomadas en un futuro. Por lo pronto, se crearon las inquietudes, se formaron nuevos grupos y se solidificaron otros ante los cambios que exige la mundialización en cuanto a intercambio y acceso a la información.

¿Cuál es la utilidad de esta disciplina en el quehacer científico?
-La tendencia de la sociedad actual se orienta hacia un intercambio intenso y extensivo de información mediante la red para actividades muy diversas, entre las que destaca el quehacer científico productor de conceptos. Al mismo tiempo, la tecnología de la información crea nuevas condiciones para la organización y acceso a la información, y su recuperación se da por medio de instrumentos lingüísticos que aseguren precisión y rapidez. Precisamente, uno de los objetos de estudio de la disciplina biblio-tecológica es la organización de la información registrada, de manera que exista una retroalimentación entre los conocimientos científicos y el medio social.

Ahora, el orden sistemático para la organización del conocimiento regresa después de dos siglos de generalización y uso del orden alfabético. Por ello, y para mejorar la calidad de los sistemas de información, es necesario contar con diccionarios, terminologías y tesauros que ubiquen los términos en el uso, los definan con claridad y los relacionen para recuperar los contenidos documentales.

Por lo mismo, la bibliotecología debe integrarse con otras disciplinas, en particular las que se conjuntaron en el evento y que tienen en común la investigación lingüística aplicada para el estudio de la transferencia de conocimiento científico en nuestro idioma; tanto desde su utilización para la interpretación de textos que provienen de otros idiomas, como para proponer modelos culturales, científicos y tecnológicos propios que se transmiten a través de la lengua.

Es bien sabido que el avance del conocimiento científico y tecnológico depende de la capacidad de transferencia de sus contenidos -resumidos mediante términos normalizados- hacia la sociedad, para cumplir con el ciclo completo de retroali-mentación de los conocimientos adquiridos y generar nuevos posteriormente.

Aislados del discurso, estos términos normalizados deberán mantener entre sí estructuras de orden jerárquico y relacionado en el ámbito horizontal, significado definido en su ámbito de operación, así como equivalencias de términos, lo cual forma un verdadero entramado que permite representar el conocimiento de una especialidad. Para transmitir información, los significados de las palabras deben ser agrupados en torno a una de ellas, la cual, a su vez, debe ubicarse en el área del conocimiento correspondiente.

Cabe recordar que en la red existe una gran falta de claridad del lenguaje para transmitir información de calidad. Las palabras cada vez adquieren mayor polisemia. Una palabra como entropía, que tenía un significado muy definido en la física, ahora es usada en las ciencias sociales como sinónimo de caos en una aplicación muy laxa de la similitud. Una búsqueda con este término en Internet traería información tanto de las ciencias duras como de las humanidades.

Pues bien, para interactuar con los nuevos sistemas expertos, es necesario disponer de lenguajes documentales con la finalidad de indizar y recuperar el conocimiento generado en el medio social. Estos lenguajes documentales, además de ofrecer la estructura cognitiva de una disciplina y aclarar los significados de los términos, ayudan a comprender en profundidad las necesidades y el comportamiento de los usuarios de los sistemas de información, porque se usan para ingresar la información a los sistemas y también para extraerla.

¿Cómo se benefician con las nuevas tecnologías?
-Las nuevas tecnologías permiten un acceso a distancia a la información que se genera en formato textual, sonoro o visual, o las combinaciones de los tres, en cualquier lugar del mundo. Existen programas que ayudan a recopilar las búsquedas de los usuarios y mantener registros de sus intereses.

Se cuenta además con programas que permiten realizar los procesos de la información con mayor rapidez y recuperar casi cualquier saber adquirido por el ser humano. Se puede acceder desde cualquier lugar a bibliotecas, archivos o museos dispuestos para consulta en la red, y disfrutar de sus contenidos. Los accesos son cómodos para los usuarios y los procesos de organización de los contenidos se facilitan, pero a la vez traen aparejados nuevos retos y conocimientos.

Respecto del análisis y sistematización de la información, la nueva organización documental digital requiere la utilización de sistemas lingüísticos para la agrupación de información, a diferencia de otros sistemas anteriores que, además de lingüísticos, podían ser numéricos o alfabéticos.

La recuperación de información se realiza a través del lenguaje, que es el instrumento que permite representar contenidos en imágenes, sonidos o textos escritos. Sin embargo, los resultados que se obtienen con el lenguaje natural no siempre son exitosos. Cuando se busca información puntual y de calidad, la polisemia y la ambigüedad del lenguaje pueden interferir en la comuni-cación científica.

Los grandes sistemas de información generales o especializados siguen indizando sus productos con los genéricamente llamados lenguajes documentales. Las bibliotecas continúan organizando su información en campos temáticos. No obstante, es necesario desarrollar sistemas de información propios de cada país y que, además de promover sus investigaciones, los man-tengan estructurados de acuerdo con la cultura que comparten.

La tecnología surge en los países muy desarrollados, y los otros nos hemos convertido en consumidores; por lo tanto, si no es posible en lo inmediato desarrollar sistemas tecnológicos propios, es importante mantener nuestras particularidades lingüísticas para hacer más claros los conocimientos que debemos asimilar a nuestra cultura.

La mundialización del conocimiento exige definir los términos provenientes de otras lenguas a la propia, de manera tal que tengan un sentido que no confunda a los que leen un texto especializado.

¿Qué nivel de desarrollo ha alcanzado México en esta disciplina? ¿Qué falta por hacer, cuáles son los retos?
-La bibliotecología ha avanzado en las últimas décadas, en parte por la actividad científica que se realiza en el CUIB, el cual fue pionero en la materia. Existe una tendencia mundial por crear condiciones para la investigación y la formación de investigadores en Bibliotecología y Estudios de la Información, dado que se han abierto nuevos retos para la disciplina.

La tarea que tenemos por delante en bibliotecología es la profundización en la gran variedad de medios de transmisión del conocimiento y recursos bibliográficos que están ampliando su uso en la sociedad, y por tanto exigen su representación en los sistemas de información. Los organismos internacionales de normalización bibliográfica están proponiendo nuevos sistemas de registro mediante la aplicación de metadatos, que son la llave de acceso a los contenidos documentales; ello exige la profundización en lenguajes de intercambio con las computadoras.

Los recursos bibliográficos digitales son ceros y unos que exigen una organización capaz de asegurar la recuperación del documento original en su formato y con sus propias características y los elementos para su identificación a través de las bases de datos. La sociedad exige con mayor fuerza la organización de los medios digitales, y la investigación deberá resolver problemas que ayudarán a la práctica profesional.

En las bibliotecas y servicios de información se controlan los servidores, las bases de datos y la red misma, el almacenamiento de los contenidos digitales, así como las aplicaciones tanto para procesar y catalogar el contenido como para buscarlo y recu-perarlo. Otra tarea es la conversión y traslado a nuevos soportes tecnológicos para asegurar la conservación de los contenidos digitales.

Lo más importante es la implementación de normas transparentes y protocolos para garantizar la interoperabilidad y compatibilidad de todos los ficheros y bases de datos en las bibliotecas y los sistemas de información. Los retos son muchos y de muy diversa índole.

¿Qué papel juegan la Universidad y el CUIB en particular en esto?
-La Universidad es una de las pioneras en investigación bibliotecológica, y reúne disciplinas muy sólidas relacionadas con el tema del simposio, que ya hemos señalado, es un aspecto de primera importancia en la denominada sociedad de la información.

Al mismo tiempo, en la UNAM se están creando modelos de bibliotecas virtuales; por lo mismo, nuestra Universidad, a través del CUIB, puede colocarse a la vanguardia internacional en éste y otros temas mediante el impulso de investigaciones colectivas integradas por investigadores de la propia UNAM, así como de otras nacionales y extranjeras.

Esta actividad tendría una repercusión en la formación de las generaciones futuras de profesionales, maestros e investigadores en el campo de la organización de información. En este sentido, la Universidad y el CUIB deben ofrecer becas para los alumnos desde la licenciatura, para atraerlos en forma temprana a la investigación, porque prácticamente todos los estudiantes de la carrera de Bibliotecología son absorbidos con bastante rapidez por el campo laboral debido a la amplia demanda existente, que no se restringe a las bibliotecas, sino a diversos sectores que requieren del desarrollo de sistemas de información.

Sin embargo, creo que el reto más importante es preparar a los alumnos de Bibliotecología con mayores conocimientos de lingüística y de tecnología. De igual manera, esa formación es importante para los estudiantes de otros campos, como la comunicación, los cuales deben incorporar temas bibliotecológicos, de lingüística y de tecnología. En algunos países, como en España, Italia, Alemania, Francia, Brasil y otros, existen facultades en las que se agrupan bibliotecología, documentación e información con mayor énfasis y recursos en la tecnología de información y comunicación.

¿Cuáles son las investigaciones o proyectos en los que usted está trabajando?
-La investigación principal que desarrollo es "Tratamiento del lenguaje para representar contenidos documentales y recuperar información".
El problema que pretendo abordar es la identificación de comportamientos terminológicos asociados a las peculiaridades que tienen los lenguajes de diversas disciplinas científicas. Se trata de distinguir el uso, la forma, el concepto y el contenido de términos de un dominio específico, con el propósito de reconocer el conjunto semántico que presentan para contribuir en una etapa posterior a la sistematización de lenguajes documentales en español.

Se comenzará con la revisión de la estructura de conocimiento y la actualización terminológica de la bibliotecología y estudios de la información, para abordar con posterioridad otras especialidades en las que se pueda contar con una comunidad científica interesada en sus aspectos terminológicos.

El simposio fue organizado en el marco de un seminario permanente, que mantengo, sobre la organización del conocimiento en las disciplinas en general, por lo que me propongo desarrollar una investigación colectiva en que participemos investigadores nacionales y extranjeros del campo de la bibliotecología, la documentación, la traducción, la lingüística y la informática.