Febrero de 2008
Año IV, Número 28


Debemos prestar mayor atención a esa parte del patrimonio que los mexicanos desvalorizamos:
Louise Noelle*

"El problema con la Ley Federal de Monumentos -clasificados en arqueológicos (referente a lo prehispánico), históricos (desde la Conquista hasta finales del siglo XIX) y artísticos (obras del siglo XX)- proviene desde la misma catalogación, la cual impide una valoración adecuada de las obras, ya que diversos factores no son considerados", apuntó Louise Noelle en entrevista con Humanidades y Ciencias Sociales.

En el marco de las actividades del XV Coloquio del Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio Cultural, El Patrimonio de los Siglos XX y XXI, la especialista en arquitectura contemporánea mexicana señaló que además del problema de la diferencia en los términos, existe una en las declaratorias, ya que para los dos primeros periodos son prácticamente automáticas. "En el caso del siglo XX la declaratoria es específica y la tiene que hacer ya sea el secretario de Educación o el presidente de la República, para casos determinados".

"Cuando el edificio es propiedad de la nación, por ejemplo, el Palacio de Bellas Artes, se complican mucho las cosas; hay que convencer al presidente de firmar un decreto, declarando algo patrimonio artístico. Además, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien se ocupa de las dos primeras épocas, tiene una serie de sistemas, métodos y maneras de frenar y sancionar cuando alguna parte del patrimonio se daña. Con las obras del siglo XX es más difícil aún, porque el Instituto de Bellas Artes, encargado de este último periodo, sólo cuenta con una sede en la ciudad de México; no tiene delegaciones estatales como el INAH".

¿Podría mencionar algún sitio que requiera salvaguarda en la actualidad?
-Por ejemplo, la obra que realizó en Polanco el fantástico arquitecto Vladimir Kaspé no ha sido del todo valorada. Él hizo el Liceo Franco-Mexicano, que tiene la altura de una casa y se le da ese valor contextual, pero su importancia va más allá de lo contextual: es una obra señera de gran relevancia. Debería analizarse este tipo de cuestiones.

Hay casas de gran significación, como la de Luis Barragán, que es Patrimonio Mundial de la UNESCO; pero cerca de ahí hay muchas otras a las que sólo se les da el valor contextual de ubicarse en el sitio cuando construyó Luis Barragán, y si se conservan o no, se piensa que no es tan grave, siempre y cuando no se agreda el entorno de esta casa que ya es Patrimonio Mundial. Por ello se perdió la residencia de Enrique del Moral, situada en la misma calle.

¿Cómo instrumentar, desde un punto de vista legal y operativo, la preservación de la memoria construida?
-Hay que conocer para reconocer. Por ello, es de suma importancia levantar catálogos sobre las obras de arquitectura del siglo pasado y ampliar los estudios sobre estas construcciones. Esto nos ayudará a establecer los ejemplos que tienen valor patrimonial, ya sean edificios singulares o conjuntos urbanos. De manera paralela hay que buscar una manera de fortalecer la legislación que protege ese periodo. Es de justicia reconocer que algunas agrupaciones como DoCoMoMo México e ICOMOS, en su Grupo de Trabajo del Siglo XX, al igual que el propio Seminario de Estudio y Conservación del Patrimonio, han trabajado desde hace buen tiempo sobre estos temas; además, la Dirección de Arquitectura del INBA también ha realizado una serie de valiosas labores. Sin embargo, aún es mucho lo que nos falta por lograr.

En ocasiones, a las cosas que nos son cotidianas, no les concedemos importancia. Por ejemplo, a quienes estudian en la Universidad les resultan tan comunes sus instalaciones, que no les prestan atención y por ello no las cuidan; pero al ser declarada Patrimonio Mundial, esta institución adquiere otro significado, les da otra visión a los alumnos.

Estas declaratorias, como las de CU, son buenas para que la población entienda y valore el patrimonio que la rodea, y para que comprenda que éste puede ser de un periodo reciente. Que se aprecie el valor de la Catedral, de Teotihuacan o de Monte Albán es relativamente más fácil, pero muchas veces las obras más cercanas en el tiempo no son valoradas. Ésta es una cuestión natural, normal, mas hay que revertirla a través de los medios masivos de comunicación, de publicaciones aunque no sean especializadas; eso ayudaría mucho.

En México, la construcción de edificios de departamentos se ha incrementado significativamente en los últimos años. Las autoridades mexicanas aseguran que la aprobación de estas construcciones intenta dar cabida a la creciente población mexicana. Pero, ¿qué tanto afecta el entorno arquitectónico y la labor de conservación del patrimonio?
-Ése es un problema muy grande y se relaciona con el crecimiento de las ciudades, en particular con el de la ciudad de México y su población, porque todas estas personas necesitan dónde vivir. El asunto ofrece diferentes aristas; se requiere ver cada caso para decidir sobre su viabilidad.

El problema que enfrentamos en ciudades cuya construcción fue muy plana, es el de contar con enormes colonias prácticamente sin áreas verdes ni servicios, con pequeñas casitas. No tienen previstas escuelas, guarderías, tiendas, iglesias o clínicas, lo que acarrea una serie de contratiempos y de costos. Se tienen que pavimentar más calles y ampliar el trans-porte, así como suministrar agua, drenaje y luz. Además, estamos consumiendo toda la vegetación del entorno de la ciudad.

Por otra parte, la construcción de edificios en la ciudad no puede superar los 40 pisos (no somos Nueva York), pero sí podemos tener muchos edificios de cinco plantas, de lo que París es un excelente ejemplo. En ciertos casos, el que algunas casas se hayan derrumbado para transformarse en edificios ha sido favorable. Tenemos que escoger entre el menor de dos males, lo que siempre es muy difícil. En este sentido, muchas de esas casas poseen lo que se llama un valor contextual.

Por ejemplo, en Polanco hay residencias de estilo neocolonial que son "gloriosas" aunque muchos piensan que sólo son "cursis". Si las tiraran se perdería algo muy particular, un trabajo manual y una creatividad extraordinaria, con muy bellos jardines alrededor, y la manera de ser de los mexicanos en un periodo determinado. La mayoría de ellas no tiene valor individual, pero es fundamental encontrar alguna solución para salvaguardarlas y con ello conservar ciertos espacios urbanos. Lamentablemente, en la actualidad hay colonias donde el valor contextual se perdió; la colonia Del Valle es una de ellas, ya que originalmente existieron muchas casas y ahora son las menos.

Por otra parte, sabemos que no todo se puede conservar, económicamente es imposible. En muchos casos, ciertas colonias fueron abandonadas porque los dueños de casas muy grandes fallecieron y sus hijos decidieron venderlas debido a que ninguno quiso vivir en una construcción enorme y pagarles a sus hermanos la parte correspondiente. Se trata de cuestiones económicas y generacionales; algunas no son fáciles y menos si aceptamos que la ciudad es un organismo vivo y por lo mismo no podemos congelarlo en una época, sea 1950, 1970 ó 2007. Seguramente habrá cosas que perderemos y que nos traen recuerdos por haber sido la escuela a la que asistimos o el primer lugar donde trabajamos. Pero no todas las edificaciones se pueden conservar; no es viable ni hay quien las mantenga, los costos son muy altos.

Por ello, vuelvo a mi propuesta anterior: conocer para reconocer y debatir las decisiones en ámbitos académicos y oficiales; sólo así podremos preservar el patrimonio que construyeron los mexicanos a partir de 1900, amén de permitir que las nuevas generaciones conozcan cómo eran y vivían sus abuelos.

*Louise Noelle es maestra en Historia del Arte por la UNAM e investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas. Es miembro fundador del Comité Internacional de Críticos de Arquitectura, CICA, y de la Sociedad Mexicana de Críticos de Arquitectura, 1979; miembro del Comité Mexicano de Historia del Arte, 1983, y del ICOMOS Mexicano, 1993. Cronista y académica honoraria de la Academia Nacional de Arquitectura, 1985, y miembro de número de la Academia de Artes, 1991. Participa activamente en congresos y coloquios internacionales, así como en cursos y conferencias en universidades mexicanas. Es autora de Génesis de un mural; Agustín Hernández, arquitectura y pensamiento; Arquitectos contemporáneos de México; Ricardo Legorreta, tradición y modernidad; Guía de arquitectura contemporánea de la Ciudad de México; Crónicas de la Academia Nacional de Arquitectura I y II; Teodoro González de León, la voluntad del creador; Vladimir Kaspé, reflexión y compromiso; Luis Barragán, búsqueda y creatividad; Enrique del Moral, un arquitecto comprometido con México. Asimismo, ha escrito más de cien artículos en publicaciones especializadas de México y del extranjero.


El papel de los intelectuales en los cambios socio-políticos: el debate en la mesa redonda
Magdalena Defort

En noviembre del año pasado, en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM tuvo lugar una mesa redonda sobre el papel de los intelectuales. Al evento fueron invitados algunos de los más relevantes investigadores e intelectuales de la Universidad, como Roger Bartra, Ricardo Pozas, Vicente Quirarte y Miguel Ángel Esquivel. Además, la conferencia vía Internet con Mario Vargas Llosa enriqueció el debate.

Los participantes relataron parte de la historia reciente del intelectual latinoamericano y sus formulaciones teóricas frente al avance del neoliberalismo. También se discutió sobre la labor del intelectual en relación con las vertientes políticas y económicas que actualmente sacuden al continente desde adentro y desde afuera.
Interrogado sobre su experiencia como político, Vargas Llosa respondió que era ante todo escritor; la política para él era algo transitorio que ejerció. Añadió que Perú vive una circunstancia muy especial, la cual exige un cambio radical para mejorar su estado actual. Éste fue el verdadero motivo por el cual decidió competir por la Presidencia. Asimismo, el novelista destacó que la responsabilidad del intelectual consistía en participar en el debate político, dándole una dimensión, como lo advirtió, más intelectual.

El debate político integra temas fundamentales como la intelectualidad de izquierda -independientemente del eje populista andino (Bolivia, Ecuador y Venezuela) o del eje social-demócrata (Uruguay, Brasil y Chile)- en la que Roger Bartra ve la esperanza para la ciudad letrada. En su intervención Los peligros después de la democracia, expuso sus inquietudes respecto a la extinción del intelectual. Bartra observó también que uno de los peligros de la posdemocracia es la metamorfosis del intelectual en un técnico, burócrata, incluso asesor. Ello le da más posibilidades de acercarse al poder, que en muchos casos se ha vuelto una de sus más grandes ambiciones.

Otro peligro que este especialista mencionó es el surgimiento de la nueva intelectualidad que, por sus libros de superación personal o de trillers, empieza a conquistar cada vez más amplio público.

Afortunadamente, la intelectualidad tradicional tiene sus orígenes en espacios tan prestigiosos como las revistas de creación. Éste es el tema que abordó Ricardo Pozas; su ponencia, La Revista Mexicana de Literatura: territorio de la nueva élite intelectual (1955-1965), consistió en un estudio de la élite intelectual que se creó entre 1950 y 1960. Era una generación que empezó a publicar sus primeros escritos en la Revista Mexicana de Literatura (1955-1965), y que recibió el nombre de Generación de Medio Siglo, los contemporáneos de la Generación de la Ruptura. Otro grupo de la élite intelectual establecía los Contemporáneos, que fundó la revista homónima. Los Contemporáneos formaron la vanguardia intelectual y cultural de la primera mitad del siglo XX mexicano. Muchos de sus miembros desempeñaban cargos públicos, lo cual permitió a los artistas y escritores mantener amplia interlocución con los gobernantes que los apoyaban en sus proyectos creativos, como fue el caso de la Revista de Literatura. Es en esta época cuando más se observa el diálogo entre el poder y la intelectualidad.

Un intelectual que mantuvo una comunicación constante con el poder fue José Vasconcelos, quien dejó huellas muy profundas en la historia de la intelectualidad latinoamericana no sólo por sus trabajos literarios sino por su actividad en la política (ministro de Educación y rector de la Universidad Nacional de 1921 a 1924). Vicente Quirarte dedicó a este conspicuo hombre su exposición, titulada José Vasconcelos y la fundación de la ciudad letrada. Vasconcelos pensaba que el conocimiento no es un lujo sólo para un "puño de gente", sino un derecho universal. También creía que las palabras no podían tener efecto alguno si no eran trasladadas al terreno de la acción. Para él, la escritura tenía que formar las conciencias, moldear las voluntades. Era un intelectual para quien el ejercicio de la política tenía una dimensión humanista.

Otro habitante de la ciudad letrada es José Martí, que en la ponencia de Miguel Ángel Esquivel encontró su digno lugar. En esa intervención, titulada Ideas y demarcaciones: figuras y lugares del intelectual en América Latina, Esquivel esbozó la historia de América Latina y de su intelectualidad. La condición del intelectual latinoamericano -afirmó- es lumpen; se originó con Napoleón III, un emperador que imaginó un imperio porque deseaba que fuera parte de él. Como señaló Esquivel, el intelectual latinoamericano, situado entre este antecedente histórico y el roce de los signos en su más reciente actualidad, es idea, demarca y figura. Su condición lumpen recibe una dimensión moderna en el pensamiento de José Martí. Desde la crítica de Martí, lo latinoamericano significaba alejarse de las utopías y vivir en la historia concreta. Significaba pensar la nación y el Estado con el capitalismo, pero sin capital. Su pensamiento dio una dimensión moderna sobre América Latina como un continente con su propia historia y no sólo una parte de la historia del imperialismo. En palabras del especialista: "José Martí ideó, demarcó, figuró y situó, así, otra modernidad".

En un debate sobre los intelectuales no podía faltar una exposición sobre Mario Vargas Llosa, la cual se tituló: Mario Vargas Llosa: un intelectual-político. Aunque él mismo no se considera político, la política siempre ha marcado su vida. Su literatura refleja un profundo compromiso con su época. Actualmente, el novelista peruano sigue permaneciendo fiel a sus ideales, siendo un pregonero de la libertad y de la democracia. La columna "Piedra de Toque" del diario El País es un espacio donde cada dos domingos, a través de sus comentarios sobre diversos hechos, Vargas Llosa ayuda al lector a tomar posición sobre lo ocurrido en el mundo entero. También los artículos y las entrevistas de este autor publicados por la revista Letras Libres en México, demuestran su gran interés por las cuestiones políticas y sociales.


La importancia de los bosques comunitarios
Leticia Merino Pérez

"Los bosques bien manejados por comunidades organizadas proporcionan un bien público invaluable", señaló la investigadora Leticia Merino Pérez, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

En entrevista con Humanidades y Ciencias Sociales, la especialista habló de los bosques y su importancia, de la actividad que desarrollan las comunidades forestales, y de la falla de políticas públicas en el sector.

El trabajo de las comunidades forestales es un tema de gran relevancia. Sin embargo, poco se conoce de la labor de las familias rurales en los bosques. Hace falta una difusión que informe del interés campesino por preservar los recursos naturales, ya que, como se apunta en Nueva evidencia: los bosques comunitarios en México: "Los titulares de la prensa en México a menudo dan cuenta de la rápida desaparición y degradación de los bosques, ocasionadas por malas prácticas de extracción forestal y cambios en el uso de suelo. Pero en el país también existen bosques en otras condiciones. Se trata de casos mucho menos conocidos, donde los bosques no sólo se conservan, sino que en ocasiones incrementan su extensión. Bosques que generan ingresos para las familias rurales y cuyo manejo constituye una alternativa real para conservar la biodiversidad".

Leticia Merino estudió la licenciatura en Psicología Social; obtuvo el grado de maestría en Sociología y otro en Población y Desarrollo. Ha colaborado como consultora con el Banco Mundial, la Fundación Ford y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México. Es integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS). Sus líneas de investigación son políticas forestales, manejo sustentable de bosques, tala ilegal y aspectos sociales del manejo comunitario de los bosques. Es autora de los artículos "La gestión colectiva de los recursos forestales en México" (en Revista Mexicana de Comercio Exterior, diciembre, 1999) y "Deterioro ambiental y social en las regiones forestales de Guerrero" (en Revista del Colegio de San Luis Potosí, núm. 5, mayo-agosto, 2000). En 2004 publicó Conservación o deterioro: el impacto de las políticas públicas en las instituciones comunitarias y en los usos de los bosques en México (México, Instituto Nacional de Ecología); en coautoría con Bray David Barton, escribió La experiencia de las comunidades forestales en México (México, Instituto Nacional de Ecología, 2004), y participó con David Barton y Deborah Barry en The Community Forests of Mexico. Managing for sustainable Landscapes (University of Texas Press, Austin, 2005), entre otros trabajos.

¿Cuál es la situación de los bosques en nuestro país?
-Podemos hablar de una situación de crisis; algo que preocupa es que cuando se habla del sector forestal en México, se hace en términos amarillistas. Los datos de deforestación son importantes. Habría que ver cómo defines la deforestación, porque un bosque se puede incendiar y el fuego es parte de la dinámica de la sucesión natural. Un año de incendios sube las tasas de deforestación, pero en muchos casos también de recuperación. Hay una importante variación en las cifras de distintas fuentes: CONAFOR habla de 300,000 hectáreas anuales entre 2000 y 2004; otros llegan a evaluar la deforestación en 600,000 hectáreas. El resultado es una falta de confianza pública en las cifras. Hay también variaciones regionales muy significativas, zonas con pérdidas netas de cobertura forestal y otras donde las áreas forestales no sólo se mantuvieron sino se han incrementado en los últimos quince años, como sucede en la sierra Norte de Oaxaca o en las regiones de El Salto y Santiago Papasquiaro en Durango.

Por ejemplo, según los datos de una encuesta que realicé, alrededor del 30 ó 40% de las áreas del país sufren procesos considerables de deterioro y degradación. Ésta es una cifra relevante, que se relaciona con una serie de factores, pero en gran parte se debe a la mala distribución. La distribución presupuestal es inadecuada. La Secretaría del Medio Ambiente cuenta con recursos insuficientes; cuando hay problemas como presencia de plagas o de incendios, existe poca capacidad de atención.

La Encuesta sobre las condiciones de los bosques templados en México, financiada por el Fondo Sectorial CONACYT-CONAFOR, se aplicó en 120 comunidades forestales de Oaxaca, Durango, Guerrero, Michoacán y Jalisco; tiene un nivel de confianza del 90% y un margen de error de 0.4%.

El bosque en México es en gran medida propiedad de ejidos y comunidades. 80% de la extensión forestal del país está en manos de éstos y en su mayoría son comunidades pobres; prácticamente no existen bosques públicos, representan alrededor del 3%.

Ahora bien, podemos pensar de manera mecánica que las condiciones de pobreza están relacionadas con el deterioro, pero no plantearía una relación de causa-efecto. Creo que la tenencia social del bosque ofrece posibilidades interesantes para la conservación, porque la gente está arraigada a los bosques y los valora mucho.

La encuesta demuestra que 83% de los entrevistados -y la muestra es representativa de Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Jalisco y Durango- consideran que dependen del bosque en un nivel alto. Esto quiere decir que la gente invierte mucho esfuerzo en protección y en conservación, por una ganancia relativamente baja. Otro dato significativo es que más del 70% de las comunidades forestales han definido áreas de conservación dentro de su territorio. Sus propias asambleas han establecido áreas que se dedican exclusivamente a la protección forestal y de los cuerpos de agua.

Estos datos son poco conocidos, pero constituyen realidades a las que se les podría sacar mayor beneficio. Existe un interés campesino por preservar los recursos naturales. El problema es que la actividad forestal no es muy redituable y no se le ha dado el apoyo económico necesario.

Sigue siendo más rentable practicar actividades que compiten con el uso forestal del suelo, que vivir de distintas actividades forestales; por ejemplo, en 80% de las comunidades encuestadas se practica el pastoreo y las actividades agrícolas siguen siendo objeto de subsidios.

Existen fallas en las políticas públicas, además de un divorcio entre las dependencias federales, como sucede con las secretarías de la Reforma Agraria, de Agricultura y la misma Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
-Las fallas de políticas públicas han sido una constante a lo largo de la historia del país y han tenido impactos considerables en el sector forestal. No sólo se ha dado una descoordinación entre las políticas agrícolas, forestales y de conservación, sino que históricamente hubo mucha contradicción dentro de las políticas agrarias de tenencia de la tierra. Para que tú pudieras reclamar la propiedad de una parcela tenías que demostrar que hacías un uso productivo; contar con árboles era un uso improductivo. Por décadas, el derecho de "uso productivo" significó que hubieras deforestado, aunque tuvieras una cabeza de ganado por hectárea. Se crearon incentivos a la deforestación, a partir de la política agraria. Quisiera creer que ya no, pero programas federales, sobre todo estatales, subsidian las actividades ganaderas y las actividades agrícolas, y los subsidios forestales son distorsionados y mal vistos.

Si somos un país forestal, ¿por qué no se ha fortalecido?
-Creo que falta inversión pública en el desarrollo de una economía forestal. Somos un país forestal y la economía forestal en México es endeble; no ha habido una política consistente de desarrollo de la economía forestal, como sucede en otros países. Por ejemplo, en Canadá la participación de la producción forestal al PIB es alta y los productos forestales son el primer componente de las exportaciones canadienses. Algo similar sucede en países como Suecia o Finlandia, que no sólo exportan materia prima, sino también tecnología forestal.

Podría hablarnos de la experiencia en las comunidades forestales mexicanas. En Chiapas, por ejemplo, en algunas zonas lo más avanzado son sus aserraderos.
-La mayoría de las comunidades no tienen aserradero. En el país las comunidades con capacidad de agregar valor a la producción forestal representan menos del 5%. Esto depende de las regiones, no todas las comunidades tienen el volumen de madera necesario para abastecer un aserradero. Esto obedece a la falta de una economía forestal en el país. Se vincula con la fractura de las cadenas productivas. La industria forestal en México tiende a ser obsoleta. Es decir, el sector se ha visto golpeado, porque la inversión es mínima. Hasta los años ochenta las grandes compañías que extraían madera eran paraestatales en terrenos comunales, y la mayoría de los recursos que administraban no se reinvertían en el sector; se destinaban a otras prioridades de política pública.

En suma, se trata de un sector históricamente descapitalizado que compite con las grandes potencias forestales. Nuestros dos vecinos: Estados Unidos y Canadá, son los mayores productores forestales del mundo, y no sólo de madera, sino de productos más elaborados, con mayor agregado. El golpe de la apertura comercial en el sector forestal fue tremendo. Hay que recordar que a los pocos años se firmó el Tratado de Libre Comercio con Chile y gran parte de los productores salieron del mercado por la competencia con la madera chilena. Por otra parte, la producción forestal en Estados Unidos y Canadá está altamente subsidiada. En los dos años subsecuentes a la desgravación de la madera importada, la producción nacional cayó en casi 29%.

Se compite en condiciones desiguales. Generar mayor inversión en los ejidos a partir de pequeñas unidades de producción es bastante arriesgado; tendrías que construir empresas regionales, ejidales y comunales, y esto requeriría una política de planeación de la producción regional más amplia. Hay comunidades que cuentan con recursos considerables; estamos hablando de bosques templados de más de 20,000 hectáreas, como es el caso de la comunidad de Ixtlán, en la sierra de Oaxaca, o de la famosa comunidad de San Juan Nuevo Parangaricutiro. En general tienen fábricas de muebles. De acuerdo con los estándares internacionales, su manejo del bosque es de alta calidad. Además, venden madera y muebles en México y en el extranjero. Sin embargo, son contados los casos en los que se ha podido construir esta economía de escala.

También hay que decir que el crédito en este país es carísimo y en consecuencia ha sido difícil que despegue la economía.

¿Qué estados de la República Mexicana cuentan con el mejor programa en trabajo comunitario?
-Considero que algunas regiones de Oaxaca. Como regiones subrayaría la sierra Norte, la llamada sierra de Juárez, que además es una de las zonas de mayor biodiversidad en el país. También destacan la zona de El Salto en Durango, la comunidad de San Juan Nuevo en Michoacán (aunque se localiza en la región conocida como la meseta Purépecha, que está bastante deteriorada en términos forestales, San Juan es una excepción); el ejido del Balcón en la Costa Grande de Guerrero es otro caso relevante, porque es un ejido perfectamente conservado, en donde la gente vive bien del bosque. El Balcón es un manchón virtuoso en varios sentidos, no sólo de conservación, ya que se ubica en una región conflictiva con fuertes problemas de cultivo y tráfico de drogas.

Cuando se habla de los bosques, las informaciones que llegan son demasiado sensacionalistas, y por lo regular se centran en la tala ilegal de árboles; dejan a un lado este importante trabajo comunitario. En alguna oportunidad recorrimos un ejido de las Margaritas, Chiapas, y un tojolabal nos decía: "Nosotros no somos pobres, tenemos la madera. Nuestros antepasados no sabían trabajarla y nosotros estamos aprendiendo. Lo que queremos son apoyos. Si a nosotros nos apoyan, nuestra gente se va a quedar aquí y no va a buscar irse a los Estados Unidos".

-Me parece importante lo que dices, la mayoría de la gente de las ciudades casi no entiende el medio rural. Tenemos una serie de ideas preconcebidas; pensamos que cortar un árbol es un pecado mortal. El recurso forestal se regenera. La sierra Norte de Oaxaca es una región de la que se ha extraído madera desde hace siete décadas y hay mayores existencias de madera que hace veinticinco años. Uno de los ejidos que ha ganado el Premio al Mérito Ecológico y el Premio al Mérito Forestal es el ejido del Paso; allí se extrae madera desde hace más de sesenta años y cuenta con el bosque mejor conservado de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca. El problema es la extracción forestal ilegal: las políticas forestales y de conservación en México han apostado más por la restricción total que a favorecer el buen uso del bosque.

Acabamos de revisar una tesis de maestría en Estudios Regionales. Se trata de una historia sobre las vedas forestales donde se muestra que a finales de 1950 más del 50% del territorio forestal del país estaba sujeto a vedas totales y era en 80% propiedad de comunidades; la gente dependía del bosque, además de que existía demanda de materia prima en las regiones. Entonces se crearon condiciones institucionales ideales para que el aprovechamiento forestal se siguiera dando de manera irregular y en manos de mafias. En la actualidad se estima que al menos 33% de la demanda de productos forestales del país proviene de fuentes ilegales; incluso hay quien estima que es el 50%. La tragedia es que como consumidores preocupados por el medio ambiente, no tenemos la forma de saber de dónde proviene la materia prima que compramos. Con mis estudiantes de ecología insisto en que estamos preocupados por la conservación, pero compramos muebles con una alta probabilidad de que las fuentes de abasto sean ilegales. Hoy en día hay iniciativas que buscan desarrollar un sello de procedencia legal que permita al consumidor diferenciar el producto.

¿Qué aportaciones tiene para el país un buen manejo de los bosques?
-Yo creo que son inmensas. En primer lugar, los beneficios; como sociedad urbana dependemos de los servicios ecosistémicos forestales más allá de lo que nos imaginamos. Un buen manejo de los bosques está relacionado de manera importante con la conservación de la cantidad y la calidad de los recursos hídricos. En segundo lugar, los bosques son clave en servicios eco-sistémicos de regulación. Los bosques son grandes depósitos de carbono y sabemos que el planeta atraviesa por un proceso crítico de calentamiento global. La conservación de la biodiversidad es otra de las funciones ecosistémicas claves de los bosques. Pero además, los bosques bien manejados por comunidades organizadas proveen de un bien público invaluable: la go-bernabilidad de las zonas rurales, cada vez más amenazadas por violencia y deterioro social, como escuchamos o leemos cotidianamente en los medios.

Con sus experiencias en estos lugares, en estas geografías tan distintas, ¿cómo se organizan las comunidades rurales?
-Hay condiciones distintas. Hay un porcentaje importante de comunidades, en un 10% se extrae madera y se vende de diversas formas. Esta producción es por ley comunitaria, colectiva, y existen empresas forestales comunitarias en un 10 ó 12%.

Los bosques generan productos forestales no maderables, como plantas medicinales, la leña, la resina y el chicle. Son una fuente de ingreso importante. Generan recursos para las comunidades forestales. Los bosques están siendo utilizados para proyectos de ecoturismo y han entrado a esquemas que ha financiado el gobierno actual, desde la administración anterior, de pago por servicios ambientales. Es decir, se le paga a la comunidad una cuota fijada, que es realmente pequeña, alrededor de 500 pesos por hectárea, y la comunidad se compromete a conservar determinada área forestal.
Varían mucho las condiciones. La leña es el uso forestal más generalizado, es el combustible más utilizado en el campo mexicano. Entonces, si para la gente es fuente de ingreso, aunque no sea la principal, es una fuente complementaria importante para las familias rurales. Lo que llama la atención es que a cambio de poco, la gente está dispuesta a hacer mucho.

En muchos casos, las ganancias de la producción forestal comunitaria se reinvierten en servicios públicos en los pueblos, como escuelas, clínicas, caminos e incluso en bibliotecas comunitarias.


Desertificación:Impacto económico, social y ecológico

AL PENSAR EN DESERTIFICACIÓN, imágenes de tierras áridas, ríos secos, bosques talados y ecosistemas devastados suelen venir a la mente; pero los efectos sociales, económicos, políticos y ecológicos que acarrea este problema pocas veces son analizados y difundidos entre las sociedades del mundo.

El término suele ser confuso e ignorado; por ésta y otras razones, el 17 de junio de 1994 se estableció en París -mediante la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación- la definición internacional de este fenómeno: "La desertificación es la degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, incluso variaciones climáticas y actividades humanas".

Se trata de un problema mundial que afecta a la quinta parte de la población en más de 110 países; 230 millones de personas son directamente perjudicadas por este fenómeno, y más de 900 millones que habitan en tierras secas o semisecas, resienten sus efectos.

La desertificación se ha convertido en una de las amenazas más graves contra la humanidad. Es conocida como la última etapa del proceso de degradación del suelo, causada la mayoría de las veces por un manejo inadecuado del mismo. Inicia con la disminución de la productividad y concluye con la pérdida de ésta, etapa prácticamente irreversible.

El sobrepoblamiento, la acelerada y mal planificada urbanización, el pastoreo excesivo y la deforestación son las causas principales del deterioro, esto de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Entre los principales efectos de este fenómeno destacan: el incremento de la pobreza, la intensificación de la migración del campo a la ciudad, la ruptura de estructuras sociales y la inestabilidad económica. Éstos provienen de la escasez de agua y alimentos, la pérdida de cosechas, la deforestación y la sequía.

Además de revertir los daños causados, la declaración del Día Mundial de Lucha Contra la Desertificación, establecido el 17 de junio, intenta erradicar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, así como alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio.

MUNDIALMENTE SE ESTIMA QUE LA DEgradación afecta 1,900 millones de hectáreas, y cada año 10 millones quedan inservibles para labores agrícolas. La región más dañada es África, donde 65% de la superficie es árida.

En América Latina y el Caribe, de los 20.18 millones de km² que componen su superficie, 70% muestra debilidad y grados avanzados de desertificación. El PNUMA calcula que cerca de tres cuartas partes de las tierras secas de América Latina están moderada o gravemente desertificadas por el establecimiento de modelos de desarrollo no sostenibles, aunque también influyen la deforestación y el sobrepastoreo.

EN EL CASO DE MÉXICO, LA DIRECCIÓN General de Federalización y Descentralización de Servicios Forestales y Suelos, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), indicó que la erosión del suelo afecta 30% del territorio nacional, y que más del 60% de éste presenta niveles de degradación. La sierra Tarahumara, la selva lacandona, el valle de México, los Chimalapas y la región de la mariposa monarca, entre otras, son las zonas con mayor riesgo.

Por su parte, la ONU considera que en México "40% de la superficie total se encuentra con procesos de degradación de tierras con diferentes grados, comprendiendo las regiones del Altiplano, Valles y Chaco. Entre los factores generadores de la desertificación se tiene la erosión hídrica y eólica de suelos, actividad agrícola sin prácticas de conservación de suelos, actividad ganadera, sobrepastoreo, pérdida de la cobertura vegetal, deforestación, quema y tala de bosques, aplicación de riego inapropiado, asentamientos humanos, actividades mineras, industriales y urbanas; extracción de materiales superficiales áridos, arcilla".

COMO UNA DE LAS MEDIDAS IMPLEMENTADAS por las autoridades mexicanas, en abril de 2005 se conformó el Sistema Nacional de Lucha contra la Desertificación y Degradación de los Recursos Naturales (SINADES), mecanismo de concurrencia y coordinación de las funciones de las instituciones públicas y de los organismos sociales y privados que inciden en los temas enunciados.

El grupo permanente de trabajo está integrado por los titulares de diversas instancias del sector público, social y académico, como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Comisión Nacional de Zonas Áridas (CONAZA), el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO), la Red Mexicana de Esfuerzos contra la Desertificación y la Degradación de los Recursos Naturales (RIOD-MEX) y la Universidad Autónoma de Chapingo.

El SINADES tiene como objetivos "contener y revertir la desertificación; lograr que los productores rurales, especialmente de las zonas críticas, adopten sistemas y prácticas productivas que preserven y mejoren los recursos naturales, así como los ecosistemas en que se ubican".

PESE A LOS INTENTOS POR DISMINUIR LA problemática que se vive actualmente en nuestro país -en cuanto a desertificación y degradación del suelo se refiere-, los resultados obtenidos han sido prácticamente infructuosos. En junio de 2006 -la víspera del Día Mundial del Medio Ambiente-, Greenpeace presentó el documento "La destrucción de México: consecuencias económicas y sociales de la devastación ambiental", en el que detalla la situación mexicana en esta materia (véase tabla "La devastación ambiental en México").

En su informe, exhortaron a las autoridades a comprometerse con la protección de los ecosistemas del país: "Este compromiso no debe ser general, ambiguo, superficial y retórico -como ha sido- sino específico, con propuestas de acción concretas y con mecanismos de seguimiento y vigilancia, así como de participación pública".
"Además de tomar decisiones con base en las cifras del deterioro económico, es fundamental que en lo relativo a políticas públicas se aplique un criterio de transversalidad, es decir, que la perspectiva ambiental esté presente y tenga peso para la toma de decisiones económicas, sanitarias, educativas, entre otras; que se le dé autonomía financiera y de gestión a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente; que se reconozcan y fortalezcan los derechos colectivos, que se aplique el principio precautorio en la toma de decisiones y que no se subordinen los acuerdos ambientales internacionales a intereses económicos, a organismos o a negociaciones comerciales".

LA DESERTIFICACIÓN ES UN PROBLEMA QUE involucra diversas variables -sociales, económicas, ambientales, humanas- y afecta el desarrollo sustentable de cualquier nación; en consecuencia, su tratamiento debe ser integral y en correspondencia con los países del mundo. A partir de las medidas que se adopten en este sentido será posible el abastecimiento de alimentos, agua y tierras. Asimismo, la estabilidad política y económica de toda nación dependerá de las acciones realizadas. Se requiere, además, crear conciencia ambiental entre la población, dirigiendo su atención hacia los problemas vinculados con la desertificación y la preservación de los recursos naturales.


Uno de los objetos de estudio de la disciplina bibliotecológica es la organización de la información registrada
Catalina Naumis Peña

"El objetivo del Primer Simposio Internacional de Organización del Conocimiento: Bibliotecología y Terminología, fue intercambiar experiencias sobre enfoques y resultados de estudios efectuados por integrantes de la bibliotecología, la terminología y disciplinas relacionadas. Asimismo, se buscó reflexionar sobre los términos usados en la comunicación científica y que inciden en la organización del conocimiento dentro de los sistemas de información", dijo Catalina Naumis Peña, investigadora del Centro Universitario de Investigaciones Bibliotecológicas (CUIB).

Naumis Peña es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y catedrática del Colegio de Bibliotecología y Estudios de la Información de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus obras principales son el Manual para la descripción de la base de datos INFOBILA; Tesauro latinoamericano en ciencia bibliotecológica y de la información; Macrotesauro para contenidos educativos, que constituye la columna vertebral del sistema de información que alimenta las transmisiones de Edusat y la Red Escolar Educativa de México; Modelo de construcción de tesauros documentales multimedia: Aplicaciones a los contenidos educativos en televisión, publicado en CD-Rom; y el Tesauro documental: y su aplicación en la información impresa, digital y multimedia. Además, participó en el Diccionario enciclopédico de ciencias de la documentación, editado por José López Yepes y es autora de diversos artículos, capítulos en libros y ponencias.

En entrevista, la investigadora explicó que los antecedentes sobre el tema de trabajo en el simposio surgen en 1996, cuando comenzó a construir un tesauro sobre bibliotecología. "Fue en ese momento cuando tomé conciencia de la necesidad de cierta formación lingüística en el tema terminológico. Primero fue la búsqueda bibliográfica acerca de la terminología; proseguí con las lecturas que me ayudaran a entender el tema, y culminé acercándome a los expertos. En esa etapa observé que la terminología, al igual que la bibliotecología, se relaciona en un nivel transversal con disciplinas similares, como la lexicología, la informática y la traducción".

"Al integrarme a grupos interdisciplinarios -como ISKO (International Society for Knowledge Organization) y RITERM (Red Iberoamericana de Terminología)- que comparten la preocupación por la terminología para la comunicación especializada, obtuve mayor seguridad sobre el hilo conductor de las investigaciones que realizo.

Desde hacía tiempo había reparado en que las reuniones de RITERM hacen énfasis en los aspectos lingüísticos y no profundizan en la indización y recuperación de información. Sin embargo, se trabaja sobre investigación en el mismo idioma que hablamos en México. En el caso de las juntas de ISKO, están centradas en los temas de mediación para organizar información, pero no en las particularidades de nuestra lengua. De ahí surgió la necesidad de conjuntar un grupo interesado en la mediación lingüística en español para indizar y recuperar información sobre cualquier temática".

¿Cuál sería la valoración global del simposio?
-Podría decir que fue un éxito por el interés que suscitó en comunidades científicas de América Latina, España y de países con hablantes de otros idiomas; también entre nuestros estudiantes y bibliotecólogos dedicados a la organización de información registrada. Los tres días que se celebró el evento, la asistencia fue muy numerosa y tuvo una participación muy activa, lo que muestra el interés que despertó el programa. Los trabajos abarcaron tanto aspectos teóricos como experiencias en la práctica, y los temas fueron abordados desde la lexicografía, la lingüística, la informática, la traducción, la terminología y la bibliotecología.

Los trabajos de la representación temática de la información desde el punto de vista bibliotecológico, comprendieron tanto las soluciones practicadas en las bibliotecas tradicionales como las propuestas de la biblioteca semántica. El campo de trabajo es inmenso y sólo se han hecho estudios muy puntuales. Surgieron muchas propuestas que deberán ser analizadas y retomadas en un futuro. Por lo pronto, se crearon las inquietudes, se formaron nuevos grupos y se solidificaron otros ante los cambios que exige la mundialización en cuanto a intercambio y acceso a la información.

¿Cuál es la utilidad de esta disciplina en el quehacer científico?
-La tendencia de la sociedad actual se orienta hacia un intercambio intenso y extensivo de información mediante la red para actividades muy diversas, entre las que destaca el quehacer científico productor de conceptos. Al mismo tiempo, la tecnología de la información crea nuevas condiciones para la organización y acceso a la información, y su recuperación se da por medio de instrumentos lingüísticos que aseguren precisión y rapidez. Precisamente, uno de los objetos de estudio de la disciplina biblio-tecológica es la organización de la información registrada, de manera que exista una retroalimentación entre los conocimientos científicos y el medio social.

Ahora, el orden sistemático para la organización del conocimiento regresa después de dos siglos de generalización y uso del orden alfabético. Por ello, y para mejorar la calidad de los sistemas de información, es necesario contar con diccionarios, terminologías y tesauros que ubiquen los términos en el uso, los definan con claridad y los relacionen para recuperar los contenidos documentales.

Por lo mismo, la bibliotecología debe integrarse con otras disciplinas, en particular las que se conjuntaron en el evento y que tienen en común la investigación lingüística aplicada para el estudio de la transferencia de conocimiento científico en nuestro idioma; tanto desde su utilización para la interpretación de textos que provienen de otros idiomas, como para proponer modelos culturales, científicos y tecnológicos propios que se transmiten a través de la lengua.

Es bien sabido que el avance del conocimiento científico y tecnológico depende de la capacidad de transferencia de sus contenidos -resumidos mediante términos normalizados- hacia la sociedad, para cumplir con el ciclo completo de retroali-mentación de los conocimientos adquiridos y generar nuevos posteriormente.

Aislados del discurso, estos términos normalizados deberán mantener entre sí estructuras de orden jerárquico y relacionado en el ámbito horizontal, significado definido en su ámbito de operación, así como equivalencias de términos, lo cual forma un verdadero entramado que permite representar el conocimiento de una especialidad. Para transmitir información, los significados de las palabras deben ser agrupados en torno a una de ellas, la cual, a su vez, debe ubicarse en el área del conocimiento correspondiente.

Cabe recordar que en la red existe una gran falta de claridad del lenguaje para transmitir información de calidad. Las palabras cada vez adquieren mayor polisemia. Una palabra como entropía, que tenía un significado muy definido en la física, ahora es usada en las ciencias sociales como sinónimo de caos en una aplicación muy laxa de la similitud. Una búsqueda con este término en Internet traería información tanto de las ciencias duras como de las humanidades.

Pues bien, para interactuar con los nuevos sistemas expertos, es necesario disponer de lenguajes documentales con la finalidad de indizar y recuperar el conocimiento generado en el medio social. Estos lenguajes documentales, además de ofrecer la estructura cognitiva de una disciplina y aclarar los significados de los términos, ayudan a comprender en profundidad las necesidades y el comportamiento de los usuarios de los sistemas de información, porque se usan para ingresar la información a los sistemas y también para extraerla.

¿Cómo se benefician con las nuevas tecnologías?
-Las nuevas tecnologías permiten un acceso a distancia a la información que se genera en formato textual, sonoro o visual, o las combinaciones de los tres, en cualquier lugar del mundo. Existen programas que ayudan a recopilar las búsquedas de los usuarios y mantener registros de sus intereses.

Se cuenta además con programas que permiten realizar los procesos de la información con mayor rapidez y recuperar casi cualquier saber adquirido por el ser humano. Se puede acceder desde cualquier lugar a bibliotecas, archivos o museos dispuestos para consulta en la red, y disfrutar de sus contenidos. Los accesos son cómodos para los usuarios y los procesos de organización de los contenidos se facilitan, pero a la vez traen aparejados nuevos retos y conocimientos.

Respecto del análisis y sistematización de la información, la nueva organización documental digital requiere la utilización de sistemas lingüísticos para la agrupación de información, a diferencia de otros sistemas anteriores que, además de lingüísticos, podían ser numéricos o alfabéticos.

La recuperación de información se realiza a través del lenguaje, que es el instrumento que permite representar contenidos en imágenes, sonidos o textos escritos. Sin embargo, los resultados que se obtienen con el lenguaje natural no siempre son exitosos. Cuando se busca información puntual y de calidad, la polisemia y la ambigüedad del lenguaje pueden interferir en la comuni-cación científica.

Los grandes sistemas de información generales o especializados siguen indizando sus productos con los genéricamente llamados lenguajes documentales. Las bibliotecas continúan organizando su información en campos temáticos. No obstante, es necesario desarrollar sistemas de información propios de cada país y que, además de promover sus investigaciones, los man-tengan estructurados de acuerdo con la cultura que comparten.

La tecnología surge en los países muy desarrollados, y los otros nos hemos convertido en consumidores; por lo tanto, si no es posible en lo inmediato desarrollar sistemas tecnológicos propios, es importante mantener nuestras particularidades lingüísticas para hacer más claros los conocimientos que debemos asimilar a nuestra cultura.

La mundialización del conocimiento exige definir los términos provenientes de otras lenguas a la propia, de manera tal que tengan un sentido que no confunda a los que leen un texto especializado.

¿Qué nivel de desarrollo ha alcanzado México en esta disciplina? ¿Qué falta por hacer, cuáles son los retos?
-La bibliotecología ha avanzado en las últimas décadas, en parte por la actividad científica que se realiza en el CUIB, el cual fue pionero en la materia. Existe una tendencia mundial por crear condiciones para la investigación y la formación de investigadores en Bibliotecología y Estudios de la Información, dado que se han abierto nuevos retos para la disciplina.

La tarea que tenemos por delante en bibliotecología es la profundización en la gran variedad de medios de transmisión del conocimiento y recursos bibliográficos que están ampliando su uso en la sociedad, y por tanto exigen su representación en los sistemas de información. Los organismos internacionales de normalización bibliográfica están proponiendo nuevos sistemas de registro mediante la aplicación de metadatos, que son la llave de acceso a los contenidos documentales; ello exige la profundización en lenguajes de intercambio con las computadoras.

Los recursos bibliográficos digitales son ceros y unos que exigen una organización capaz de asegurar la recuperación del documento original en su formato y con sus propias características y los elementos para su identificación a través de las bases de datos. La sociedad exige con mayor fuerza la organización de los medios digitales, y la investigación deberá resolver problemas que ayudarán a la práctica profesional.

En las bibliotecas y servicios de información se controlan los servidores, las bases de datos y la red misma, el almacenamiento de los contenidos digitales, así como las aplicaciones tanto para procesar y catalogar el contenido como para buscarlo y recu-perarlo. Otra tarea es la conversión y traslado a nuevos soportes tecnológicos para asegurar la conservación de los contenidos digitales.

Lo más importante es la implementación de normas transparentes y protocolos para garantizar la interoperabilidad y compatibilidad de todos los ficheros y bases de datos en las bibliotecas y los sistemas de información. Los retos son muchos y de muy diversa índole.

¿Qué papel juegan la Universidad y el CUIB en particular en esto?
-La Universidad es una de las pioneras en investigación bibliotecológica, y reúne disciplinas muy sólidas relacionadas con el tema del simposio, que ya hemos señalado, es un aspecto de primera importancia en la denominada sociedad de la información.

Al mismo tiempo, en la UNAM se están creando modelos de bibliotecas virtuales; por lo mismo, nuestra Universidad, a través del CUIB, puede colocarse a la vanguardia internacional en éste y otros temas mediante el impulso de investigaciones colectivas integradas por investigadores de la propia UNAM, así como de otras nacionales y extranjeras.

Esta actividad tendría una repercusión en la formación de las generaciones futuras de profesionales, maestros e investigadores en el campo de la organización de información. En este sentido, la Universidad y el CUIB deben ofrecer becas para los alumnos desde la licenciatura, para atraerlos en forma temprana a la investigación, porque prácticamente todos los estudiantes de la carrera de Bibliotecología son absorbidos con bastante rapidez por el campo laboral debido a la amplia demanda existente, que no se restringe a las bibliotecas, sino a diversos sectores que requieren del desarrollo de sistemas de información.

Sin embargo, creo que el reto más importante es preparar a los alumnos de Bibliotecología con mayores conocimientos de lingüística y de tecnología. De igual manera, esa formación es importante para los estudiantes de otros campos, como la comunicación, los cuales deben incorporar temas bibliotecológicos, de lingüística y de tecnología. En algunos países, como en España, Italia, Alemania, Francia, Brasil y otros, existen facultades en las que se agrupan bibliotecología, documentación e información con mayor énfasis y recursos en la tecnología de información y comunicación.

¿Cuáles son las investigaciones o proyectos en los que usted está trabajando?
-La investigación principal que desarrollo es "Tratamiento del lenguaje para representar contenidos documentales y recuperar información".
El problema que pretendo abordar es la identificación de comportamientos terminológicos asociados a las peculiaridades que tienen los lenguajes de diversas disciplinas científicas. Se trata de distinguir el uso, la forma, el concepto y el contenido de términos de un dominio específico, con el propósito de reconocer el conjunto semántico que presentan para contribuir en una etapa posterior a la sistematización de lenguajes documentales en español.

Se comenzará con la revisión de la estructura de conocimiento y la actualización terminológica de la bibliotecología y estudios de la información, para abordar con posterioridad otras especialidades en las que se pueda contar con una comunidad científica interesada en sus aspectos terminológicos.

El simposio fue organizado en el marco de un seminario permanente, que mantengo, sobre la organización del conocimiento en las disciplinas en general, por lo que me propongo desarrollar una investigación colectiva en que participemos investigadores nacionales y extranjeros del campo de la bibliotecología, la documentación, la traducción, la lingüística y la informática.


La información es una palabra mágica. Es un término polisémico:
José López Yepes*

"Las ciencias de la información, tal como se les denomina mayoritariamente en España como sinónimo de ciencias de la comunicación, tienen como objeto de estudio la información, la cual es un concepto de contornos ambiguos, de universal consideración y, en consecuencia, de dificultosa definición", afirmó José López Yepes durante su participación en el Primer Simposio Internacional de Organización del Conocimiento: Bibliotecología y Terminología.

A juicio del especialista en ciencias de la documentación, la "información es, como indica su etimología, la acción de dar forma a algo. Por extensión, podemos afirmar que cuando informamos estamos formando un mensaje de un modo determinado para su transmisión a través de un determinado medio".

"Son modos informativos, por ejemplo, el periodismo, la comunicación audiovisual, la publicidad, la propaganda, las relaciones públicas, la documentación, la ciencia en general o la literatura. Todas estas disciplinas construyen mensajes informativos que utilizan medios para su transmisión".

López Yepes abundó en la idea de que "la documentación en bibliotecología es un modo de informar. No es lo mismo un mensaje documentario que uno literario o científico, y esa actividad utiliza diversos medios: Internet, el libro, etcétera. Desde esta perspectiva hemos defendido la utilidad de aproximarnos a la naturaleza de la bibliotecología o la documentación a partir de los propósitos y la metodología de las ciencias informativas".

"La documentación es una ciencia informativa porque tiene como objeto de estudio un peculiar proceso compuesto de sujetos emisores, mensajes, medios y receptores. La información documental se produce y se transmite como resultado de otra retenida, transformada y recuperada previamente para servir de fuente de nueva información o para tomar una decisión".

En entrevista, López Yepes explicó la relación que existe entre documentación y conocimiento: "el conocimiento es un logro del ser humano que ha podido guardar y transmitir a las siguientes generaciones. Para ello inventó la escritura y un material sobre el cual depositarla, convirtiéndolo en documento de gran valor. Así, la documentación permitió que el conocimiento fuera transmitido y registrado, extendido de generación en generación y acumulado para formar la ciencia en cada momento".

¿Cuál es la utilidad de la documentación en el quehacer científico?
-Como disciplina, la documentación tiene cuatro misiones en el quehacer científico: sirve de apoyo al crecimiento de los saberes, ya que facilita las fuentes de información para que el investigador tenga mayor conocimiento. Difunde los resultados científicos, pues cuando el investigador resuelve un problema, el resultado debe llegar a todos los especialistas que necesitan esa información; los mecanismos documentales, a través de revistas, bibliotecas o bases de datos, hacen posible su difusión. Sirve también para evaluar la calidad de las investigaciones científicas. Por último, es una parte fundamental de la metodología del trabajo científico, puesto que todo investigador necesita documentarse y producir un repertorio bibliográfico depurado y especializado, el cual será punto de partida para otras investigaciones.

¿Cómo se utiliza en la empresa informativa?
-En la empresa informativa, como en cualquier tipo de empresa, la documentación sirve para cumplir los objetivos de la misma. En el caso de la documentación informativa -que es al fin y al cabo una fábrica de ideas- puede facilitar las fuentes para que el periodista realice su trabajo eficazmente. No olvidemos aquella afirmación del periodista español Alfonso Albalá: la información es la noticia documentada.

¿Podría ahondar en el término documentación informativa y en la figura del documentalista informativo?
-La expresión "documentación informativa" es una redundancia porque documentación implica información. Lo que ocurre es que, al emplear ese término, en realidad aludimos a la documentación que es aplicada al trabajo de las empresas informativas, es decir, al trabajo de la información de actualidad o aplicada a la investigación del periodismo como disciplina.

El documentalista informativo es un experto en temas de actualidad, generalmente un periodista que conoce las técnicas de documentación para preparar la base de datos y facilitar la información a los compañeros de la redacción. Además, se encarga de los servicios documentales de valor añadido que se dan en las páginas web de los periódicos digitales, sin olvidar también al documentalista que presta auxilio al investigador de la comunicación.

¿El producto informativo es un producto documental?
-No; es el resultado original de una información. Se convierte en un producto documental cuando se guarda, se retiene y se convierte en fuente potencial para tener nuevos productos informativos. Es decir, no todo producto informativo es documental, pero todo producto documental es un producto informativo.

¿Cómo se aplican la objetividad y la ética en el proceso documental informativo?
-Lamentablemente no existe la objetividad informativa, pero la documentación ayuda como criterio para buscar la verdad. Le permite a un periodista saber si una noticia es verdad o mentira. La documentación se erige como un criterio de verdad, de veracidad, pues al aplicar las fuentes con rigor existen muchas posibilidades de que lo dicho sea cierto.

¿Cómo benefician las nuevas tecnologías al trabajo de documentación?
-Las nuevas tecnologías permiten acumular muchísima información a través de las computadoras, recuperarla automáticamente y acceder a otros grandes repositorios de información a través de Internet; por tanto, son esenciales para nosotros.

¿En qué parámetro está México en el desarrollo de la disciplina? ¿Qué falta?
-Principalmente, la manera en la que se percibe la documentación. La diferencia entre México y España, por ejemplo, es que en México se contempla más bien desde el enfoque bibliotecológico y vinculado a las humanidades. En el país ibérico se le considera una disciplina informativa vinculada a las ciencias sociales. Como he dicho antes, tiene por objeto de estudio un proceso informativo. Nosotros trabajamos con información documental que ha sido emitida previamente por alguien. La recuperamos para llenar una necesidad informativa; no tiramos el periódico, que es una afirmación contingente; lo guardamos en una hemeroteca porque puede necesitarse después. Por eso decimos que la información contingente es noticia de lo que pasa, y la documental es noticia de lo que queda.

En Iberoamérica se hace documentación pura, bibliotecológica, no aplicada. Sin embargo, la documentación no tiene sentido si no se aplica a una determinada rama del saber. Por eso está la documentación jurídica, informativa, médica, etcétera. Hemos notado que en México debería crecer más la investigación y la práctica de la documentación aplicada.

¿Qué se necesita para avanzar en este sentido?
-Hacer documentación aplicada, y, en el caso de la documentación informativa, forjar documentalistas en las facultades de comunicación. Tal vez habría que especializar a los comunicadores en documentación y a los documentalistas en comunicación.

*José López Yepes es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Se ha desempeñado como jefe de documentación e información de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (1978-1990); catedrático de Documentación de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (1978-1980); director de la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Complutense de Madrid (1990-1998), y vicedecano de Nuevas Enseñanzas y Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM (1998-2005). Es fundador y director de las revistas Documentación de las Ciencias de la Información (1976), Revista General de Información y Documentación (1991) y Journal of Spanish Research on Information Science (1999). También es miembro del Instituto de Estudios Madrileños (Madrid), académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (Madrid), académico correspondiente de la Academia Alfonso X el Sabio (Murcia) y periodista de honor del Colegio de Periodistas de Piura (Perú).
Es autor y coautor de Bibliografía del ahorro, cajas de ahorros y montes de piedad; Historia de los montes de piedad en España. El Monte de Piedad de Madrid en el siglo XVIII; Teoría de la documentación; Fundamentos de información y documentación; ¿Qué es documentación? Teoría e historia del concepto en España; Políticas de información y documentación; Manual de información y documentación; Teoría y técnica de la investigación científica; Los caminos de la información. Cómo buscar, seleccionar y organizar las fuentes de nuestra documentación personal, entre otras obras.


Cuadro de costumbres
OBSERVACIONES, QUEJAS Y NOSTALGIAS OTOÑALES
Paula Rivera

Guiseppina está distraída; ahora no es ella la que se queja sino yo. Come sin criticar, come sin saber que la tortilla que envuelve al chicharrón en salsa verde está a punto de salir corriendo por el frío, al igual que yo.

Es día de muertos y estoy en Toronto, sentada en un balcón frente al lago Ontario, fingiendo que puedo verlo a pesar de la densa neblina y pretendiendo gozar la combinación de una cerveza helada con tacos, que tal vez no se hubieran encogido si Guiseppina no hubiera insistido en comer afuera. Y es que según mi amiga, así como cualquier otro nativo de Toronto, hay que aprovechar al máximo la opción de comer en patios y terrazas si el clima está por arriba de los cero grados.

Es otoño en Toronto, y aunque hoy no es un buen ejemplo, los días pueden ser en verdad hermosos, pues las hojas de los árboles se enrojecen y el sol, cabizbajo y cansado por su intensa labor en el verano, alumbra con tonos naranjas la suave neblina que celebra el tiempo en que las almas salen de sus escondites para celebrar el misterio de la vida después de la muerte.

El último día de octubre es Halloween y no resulta extraño toparse con macabras flores gigantes haciendo las compras, o con Dráculas esperando pacientemente la llegada del tranvía. Ese día, el favorito de Guiseppina, yo no salgo de mi casa; apago todas las luces y me quedo en silencio hasta que la procesión de brujas y monstruos en busca de dulces termina, pues no hay cosa que me ponga más nerviosa que pretender que entiendo el significado de estas fiestas.

A mí lo que me llega al corazón es el mexicanísimo día de muertos, y desde que vivo en Canadá he adquirido la tradición de poner una ofrenda cada año y cocinar el pan típico de estas fechas. De todas las ofrendas que he preparado, son dos las que más recuerdo: la que le puse a la Virgen de Guadalupe, imagen que adoro, y la que le puse a Frida Kahlo, a quien no adoro, pero a la que en un momento de desesperación poética pedí inspiración y valor para acatar mi destino: ese de hacer algo, cualquier cosa.

En Toronto también se celebra el día de muertos. Con la ayuda del Consulado de México, cada año se organiza un evento con diversas actividades en el Harbourfront Centre, lugar donde Guiseppina y yo estamos. Este centro cultural es controlado por el gobierno de Toronto, y su propósito consiste en promover la diversidad cultural que caracteriza a la ciudad.

Está formado por una serie de edificios que fueron construidos o remodelados en terrenos situados a la orilla del lago, donde lo único que había era una bodega para almacenar productos congelados, construida en 1926 y llamada Queens Quay Terminal. Aquí se organizan eventos como el del día internacional de la mujer, el festival internacional de escritores, la semana del Caribe, de Asia, de Europa; en conclusión, aquí se hace de chile y de atole.

Hoy por la mañana, antes del lunch de tacos con hipotermia, Guiseppina y yo recorrimos la exposición de ofrendas, el tianguis de artesanías y dulces, y presenciamos el espectáculo de danza folclórica mexicana.

La selección de bailes de la compañía folclórica de Toronto me gustó mucho, en especial la danza final, pues las mujeres portaban unos hermosos vestidos blancos y amplios con los cuales giraban mientras, en la cabeza, balanceaban veladoras prendidas. Sin embargo, el número se arruinó para mí cuando en medio del viaje sentimental a los cementerios y a los cempasúchiles mexicanos, uno de los bailarines se soltó a cantar con su ronco pecho a José José, mientras los espectadores, Guiseppina incluida, aplaudían entusiasmados.

Al salir del pequeño teatro me di cuenta de que una mujer cargaba cajas blancas de las que emanaba un delicioso olor a agua de azahar; supuse que era pan de muerto y me acerqué a comprar uno. El precio por un ejemplar del tamaño de un pingüino Marinela era de cinco dólares, por lo que no quise ni averiguar el costo de una pieza grande.

A pesar del sabor a esponja hervida del pan, su olor me transportó al recuerdo de un lunes por la mañana cuando me escapé de clase para comprar pan de muerto con chocolate caliente y me senté en la plaza de Coyoacán sopeando mi pan, soñando con un futuro de aventuras y éxito. Y es que mi relación con la comida siempre ha sido de una intensidad inexplicable y siempre he creído que un buen platillo es más importante que un buen novio.

Día de muertos no es la única celebración de un evento latinoamericano en Toronto, y subrayo la palabra "latinoamericano" porque aquí a todos los que venimos del sur de EEUU nos echan en el mismo saco de arroz. Ya se trate de un homenaje a Salvador Allende o del Grito de Independencia de México, siempre habrá tres elementos autentificadores de latinoamericanidad: Frida Kahlo, música salsa y churros rellenos de cajeta.

El festival más importante ocurre durante el verano y es el festival de salsa de St. Clair (una calle antes conocida como Corso Italia, que forma parte de una de las varias colonias italianas a punto de desaparecer). Desde las once de la mañana hasta la medianoche, el sábado y el domingo, alrededor de dos kilómetros de calle se cierran para dar albergue a puestos de comida y a bandas de música latinoamericana, así como a alguno que otro grupo de música italiana perdido en la nostalgia de sus viejos dominios. El evento es organizado principalmente por el canal de televisión TLN (Telelatino), que desde su origen, en 1984, ha tenido como objetivo no la representación sino la comercialización de las comunidades de lengua española e italiana en Canadá.

Fue durante este evento cuando Guiseppina conoció a Mauro, un canadiense de padre chileno que se las da de auténticamente latino y quien es la verdadera causa de que a mi amiga le dé igual comer un taco que un zapato. Mauro y yo no nos caemos muy bien, y si Guiseppina no estuviera de por medio, él y yo ya nos habríamos acuchillado, pues no sólo venimos de culturas diferentes, sino que los dos nos dedicamos a lo mismo: la actuación.

A diferencia de lo que cree un canadiense común, las comunidades hispanas y/o latinoamericanas no nos identificamos como una y por lo tanto no hay solidaridad entre nosotros; por el contrario, rivalizamos y nos criticamos sin importar que hablemos el mismo idioma.

El ejemplo más claro lo vivo ahora con Mauro, ya que no sólo competimos por enaltecer nuestros países de origen; también lo hacemos en nuestras vidas profesionales. Al ser los dos actores, cuando vamos a una audición para un personaje hispano, sentimos que nos pertenece aunque su descripción no nos sea ni remotamente cercana: yo entré en una semana de depresión porque no conseguí el papel de un hombre mapuche de noventa años mal llevados.

Curiosa por la opinión de Mauro, le pregunté que cuál era la comunidad latinoamericana más numerosa en Toronto; él me respondió que sin duda la mexicana, que nomás bastaba salir a la calle por cinco minutos para darse cuenta de la invasión. Él no quiso saber mi opinión, pero yo estoy segura de que hay más Mauros que mexicanos, aunque no puedo ignorar que los mexicanos somos el grupo de inmigrantes con mayor porcentaje de crecimiento.

Las estadísticas gubernamentales canadienses señalan que México es el país que más peticiones de refugio político hace en el mundo. Incluso, durante el festival de salsa se publicó un artículo en el suplemento dominical del periódico local Star, donde se informa que los mexicanos son a los que más se les niegan los privilegios de poder vivir permanentemente en Canadá, ya que no hay bases para comprobar el discurso de que México es un país violento.

En mi opinión, a pesar de estos datos la presencia cultural de México en comparación con otros países latinoamericanos es todavía muy pobre, pues generalmente lo que hay es de mal gusto. Sin embargo, no puedo negar que la calidad mejorará rápidamente porque no sólo lo mexicano está de moda; también, aunque me cueste admitirlo, el camino previamente recorrido por tantas otras culturas latinoamericanas ayudará a que nuestra lucha por existir en un mundo anglosajón sea más fácil.

Mauro nunca celebrará el día de muertos y yo nunca iré al festival de Salvador Allende, pero mientras vivamos en Toronto nos llamarán latinos aun cuando entre nosotros hablemos una combinación de inglés y español que generalmente contiene un noventa por ciento más de inglés.

Quizá nos entra el complejo malinchista y tenemos que demostrar que we speak English muy good. Guiseppina no entiende nuestras diferencias, y por más que le he tratado de explicar que Mauro not so good with Mexicans, ella no tiene cabeza más que para él y seguirá distraída pues está enamorada. A ver si al menos aprende que en México no hablamos Mexican sino español, el mismo idioma que los chilenos, argentinos, uruguayos, salvadoreños, venezolanos, costarricenses, you name it.

Café México en el Harbourfront Centre, Toronto, otoño del 2007.


Libros y autores

Obras XIV. Meditaciones morales (1876- 1894)

Un texto de Manuel Gutiérrez Nájera nos transporta al mundo del México finisecular, en donde la complejidad y la semilla del cambio se dejan ver discreta pero crecientemente. Es indispensable conocer a Gutiérrez Nájera para entender el modernismo en las letras mexicanas y a sus seguidores. Su obra, precursora de la modernidad en la literatura mexicana, abarca un periodo de veinte años, entre los cuales predominan el periodismo, la poesía y la prosa. El interés del autor en esta última oscila entre problemas específicos de la literatura y particularidades de la política nacional.

Gutiérrez Nájera llegó a utilizar más de veinte seudónimos y sus textos aparecieron hasta en sesenta periódicos y revistas, por lo que se requirió un trabajo cuidadoso de examinación y análisis de las publicaciones en donde originalmente se publicó este material. Dicho trabajo dio como resultado el volumen XIV. Meditaciones morales, que contiene las reflexiones najerianas sobre las costumbres y prácticas éticas de la sociedad porfiriana. La colección, publicada por el Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades, contiene 59 textos firmados por once diferentes nombres, que provienen de diez periódicos diferentes, la mayoría en su versión original. Para su mejor comprensión, los textos están actualizados en ortografía y se incluyen claves bibliográficas al igual que índices de personas, obras, personajes, instituciones y calles, entre otros.

Como en los anteriores volúmenes de Obras de Gutiérrez Nájera, Meditaciones morales refleja la pasión y el interés de los estudiosos, quienes han invertido años de investigación para la publicación de este tomo, retomando el trabajo de Erwin K. Mapes, cuyo entusiasmo por conocer el trabajo del cronista mexicano se manifestó desde el volumen inicial de Obras en 1959.

Gutiérrez Nájera, Manuel. Obras XIV. Meditaciones morales, (1876-1894), Universidad Nacional Autónoma de México, 2007, 452 pp. (Nueva Biblioteca Mexicana)


Tendencia juvenil
ANOREXIA Y BULIMIA

Cada vez son más las personas que sienten descontento porque la forma de su cuerpo no las satisface y que desarrollan trastornos alimenticios o comportamientos compulsivos con la comida para compensar este sentimiento. Por ejemplo, algunos estudios estadounidenses han señalado que el 80% de las mujeres se siente infeliz con su figura, y que el 50% está a dieta.

Otro estudio estableció que los hombres que ven comerciales con modelos musculosos en la televisión generan disgusto por su cuerpo. Es así como los estándares de belleza se han vuelto más difíciles de alcanzar para una persona promedio y perjudiciales para la gran mayoría.

Tradicionalmente, las mujeres han sido las más afectadas por las presiones culturales que consideran la ultradelgadez como sinónimo de belleza. De hecho, una investigación reciente reveló que si las mujeres pudieran pedir un deseo, la mayoría pediría ser delgada. Los hombres, por otro lado, prefieren dinero, lujos y sexo, todos símbolos de éxito en nuestra cultura, y los que desearían cambiar su cuerpo, dijeron preferirlo musculoso y grande, no delgado.

Quizá es por ello que la mayoría de las personas enfermas de bulimia o anorexia son mujeres. Aún así, cada vez hay más hombres aquejados por estos desórdenes alimenticios que generalmente dañan a jóvenes de entre 17 y 28 años de edad en países industrializados. Comúnmente se dice que sólo el 5% de los enfermos son hombres; sin embargo, un estudio realizado en 2007 por la Universidad de Harvard indicó que esta cifra va en aumento. De acuerdo con este trabajo, el 25% de los enfermos de anorexia o bulimia son hombres.

Entre los factores de riesgo para hombres se cuenta: haber sufrido sobrepeso en la infancia; estar a dieta -que es el principal factor de riesgo para ambos sexos-; participar en algún deporte que exija delgadez, como el atletismo; tener un trabajo o profesión que requiera un cuerpo esbelto, como la actuación o el modelaje; vivir en una cultura que privilegie la apariencia, y donde las personas comparan sus cuerpos con los de actores y modelos, experimentando inconformidad al encontrar diferencias. Por último, estudios hechos por la Universidad de Carolina del Norte señalan que el 56% de los casos de anorexia tienen factores genéticos.

Aunque las mujeres y los hombres viven estos trastornos de maneras similares, hay dos diferencias que vale la pena considerar. La primera es que los hombres los desarrollan a edades más avanzadas. La segunda es que les cuesta más trabajo reconocer que están enfermos, probablemente por las mismas circunstancias sociales que consideran los problemas de sobrepeso como exclusivamente femeninos.

Sin embargo, una vez aceptada su condición e iniciado el tratamiento adecuado (que atienda tanto la parte física como la psicológica), un hombre tiene las mismas posibilidades de curarse que una mujer. Se dice que 60 de cada 100 logran superar esta condición; el 30% la vuelve crónica, y el 10% muere a causa de la bulimia o la anorexia.

Ya que estas enfermedades se deben a una desmedida preocupación por cambiar el aspecto físico de las personas, es importante mencionar una nueva enfermedad que funciona de manera similar: la dismorfofobia. Se trata de un trastorno en la percepción causado por baja autoestima y en el cual se manifiesta una desmedida preocupación por algún defecto físico mínimo o inexistente. Cualquier halago se toma como falso y una ligera crítica puede traer graves consecuencias -desde recurrir constantemente al quirófano hasta el suicidio. La enfermedad se da entre jóvenes de 18 a 30 años principalmente.

Los expertos recomiendan a los padres de estas personas que en lugar de llevar a sus hijos al quirófano a "corregir" pequeños defectos, acudan a un psicólogo para que puedan modificar su concepción de belleza.